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sábado, 5 de abril de 2025

En busca del tiempo perdido, o el fracaso que no es

Tonight is just like any other night, Catz...
Hablando con honestidad sobre lo que ha pasado en los últimos 6 meses, tengo que decir que contemplé la posibilidad de cerrar el blog en varias ocasiones. Y esto no fue porque no tenga ideas para la escritura de artículos, puesto que dispongo de muchos temas con el potencial de convertirse en posts de buena calidad (creo yo, por supuesto, dentro de mis cuestionables estándares). Más bien, la motivación baja fue causada por el tráfico tan pobre que este proyecto ha logrado reunir en poco más de un año de existencia. Considerando que Skynet Google aún se niega a indexar las entradas del blog en sus resultados (a diferencia de DuckDuckGo, Bing o Brave... pero, ¿quién usa dichos buscadores, realmente?), la suerte de Ir y quedar permanece sometida al capricho de las visitas que pueden obtenerse gracias a Steam, YouTube u otros lugares en donde su rastro, de una forma u otra, se ha quedado. No es un panorama muy alentador que digamos, lo que quita un poco las ganas de sentarme a escribir durante varias horas, puliendo un artículo que no será visto por ojos diferentes a los míos. Sí: por supuesto que tenemos la satisfacción personal de haber creado algo "bonito", un texto bien logrado... pero estaría siendo muy hipócrita si no aceptara que, como parte implícita de mis ganas de recordar, también ha existido siempre la idea de encontrar lectores que puedan apreciar dichas palabras. No se trata de buscar fama, sino conexión. Esto, supongo, es una reacción natural, inclusive viniendo de un introvertido extremo como yo. No ha habido mucha suerte en ese aspecto, debo admitir. Afirmar otra cosa implicaría negar la realidad.

Lo anterior me llevó a pensar que sería mejor rendirse. Cuando empecé con Ir y quedar en Febrero de 2024, me dejé muy claro a mí mismo que representaría un intento final de ser productivo en línea. Si la idea fracasaba, iba a resignarme a no tener presencia alguna en el tormentoso panorama de Internet: no más blogs, no más textos, no más nada. Status quo a 2023. Y, hasta ahora, creo que bien podemos considerar al blog como exactamente eso: un fracaso. A pesar de todo, y quizá guardando todavía cierta esperanza de que las cosas pudieran rescatarse, modifiqué ligeramente el diseño para que fuera más a mi estilo (se agrega a Janet, representando a Australia y a Li'l Elvis and the Truckstoppers, como nueva mascota/símbolo del blog), pero sin decidirme realmente a tomar un camino claro: o seguía... o abandonaba. Time to choose.


I. Looking for the Next Best Thing

 

Dedicando el tiempo a todo lo que no fuera la escritura, hace unas semanas me encontré con una sorpresa de lo más agradable: dos nuevos artículos en SydLexia.com. Aunque tal vez sería más propio dedicarle algún post especial, al menos puedo contarles que SydLexia fue una de las principales influencias para la creación del blog. Le podemos describir como una página o bitácora personal, en la que su autor nos narra sus recuerdos y experiencias sobre la cultura pop de EEUU para las décadas de 1980 y 1990: videojuegos, series de TV, juguetes, música, películas... o todo lo que se le pudiera ocurrir a su creador, Syd Lexia. ¿Qué dices? ¿Que eso suena como un blog retro cualquiera? Para nada. En primer lugar, Syd comenzó el proyecto desde 2004, mucho antes de que surgieran las docenas de páginas de Facebook o canales de YouTube que buscan explotar el tema sin mucha profundidad, buscando seguidores con el peso que se ha ganado la nostalgia vana en los últimos años. Pero ninguna puede hablar de los buenos recuerdos con el mismo ingenio y humor que Syd le ponía a cada texto. 

Si mal no recuerdo, conocí a SydLexia.com en Septiembre de 2006, porque unos días antes (como "autoregalo" para mi cumpleaños 21) había comprado Vietcong 2 en GDGames. No estoy seguro de cuál fue mi razonamiento para ello, siendo que el juego ni siquiera podía correr en mi PC de aquellos tiempos (bueno: la demo podía correr, pero a unos 15 FPS. Igual pasó con Condemned. Siempre pensaba que podía jugar títulos nuevos con una FX 5200, sólo para darme cuenta de que estaba siendo un ingenuo. Sí, ya desde entonces). Aprovechando una oferta (lo que era rarísimo en GDGames), también adquirí un disco llamado Capcom Arcade Hits: Volume I, mismo que incluía ports "modernizados" para PC de Street Fighter y Street Fighter II: Champion Edition

A decir verdad, mi razón para comprarlo fue que jamás había jugado el primer Street Fighter. Por supuesto que conocía su secuela a la perfección. No creo que exista algún "niño de los 90" que no tenga conocimientos del clásico de Capcom, y en mi caso podría hablar muchísimo sobre él. Para mí no fue un simple juego: fue toda una parte de mi vida, como serían DooM y Half-Life años más tarde. Pero no sabía nada de Street Fighter, salvo que era el clásico que había comenzado el boom de los videojuegos de pelea a fines de la década de los 80. Así que, con toda la intención de conocer a la leyenda y tener una versión física del que fuera uno de mis títulos preferidos, compré el CD... y, bueno, lo que menos pude mostrar fue entusiasmo cuando quedó instalado en mi equipo.

El port de SFII tenía cierto lag que se antojaba incómodo. Resultaba más agradable jugar la versión Arcade con el emulador Callus, sin ir más lejos (qué gozada era con Final Fight y The Punisher. Lástima que ya se considera obsoleto). Pero Street Fighter... fue cuestión de pocos minutos para darme cuenta de que no me había perdido de nada al no conocerlo antes. No se parecía ni tantito a su secuela. Qué digo: SFII era una obra de arte en comparación del primer título de la serie. Es posible que, si hubiera llegado a experimentarlo en Arcade, mi opinión sería distinta (em, no estoy tan seguro. No pasó con Pit-Fighter). No fue necesariamente una gran "decepción"... pero tampoco fue lo que esperaba de un título que había ganado el estatus de leyenda entre las comunidades de jugadores. La cosa es que, pensando que mi opinión podría estar un poco sesgada (por la edad, porque lo estaba jugando casi 20 años después de su lanzamiento, porque blah blah), me puse a buscar reseñas en el -entonces- pequeño panorama de Internet... y acabé por encontrar algo mucho mejor.


II. Enter Syd Lexia

 

Aunque para ese momento -fines del Verano de 2006- Syd ya había publicado varios artículos en su página web, siempre voy a opinar que el de Street Fighter es, para mí, uno de los mejores. No sólo me encontré pensando "tienes razón" cuando leía sus comentarios sobre el juego, sino que casi ni podía respirar por la risa. Y es que todo el texto mostraba un humor muy natural, que se notaba que ni siquiera se había tenido que esforzar intelectualmente para lograrlo, por más sencillo que pueda parecer en esta época de TikTok y "comedia" zoomer. El proyecto de SydLexia.com tenía para entonces poco más de dos años de existir, con algunos artículos anteriores y posteriores al de SF. Me puse a leer cada uno, y aunque no tenía mucha familiaridad con lo que hablaba en algunos de ellos (como el de Salute Your Shorts, una serie que no llegó a México), de todas formas me encantaba revisarlos, porque el estilo de redacción era muy agradable. Me gustaba la forma en la que Syd sabía combinar nostalgia con humor, además de un claro conocimiento de lo que hablaba, simplemente porque lo había vivido. Syd Lexia no era algún periodista escribiendo tonterías sobre cosas que ni siquiera experimentó de primera mano, sino un tipo normal de Boston que sólo quería compartir sus recuerdos. Y eso me encantaba, porque era precisamente lo que lo hacía tan genial en comparación de otros medios de la época. No era algo mainstream, sino personal. Y, sobre todo, genuino.

Me convertí en un visitante regular de la página, aunque siempre de bajo perfil. No creo haber sido el único mexicano que llegó a encontrar este gran refugio de memorias... pero nunca me enteré de ello, porque (fiel a mi estilo) no participaba en los foros, siendo el principal modo de contacto. Los recuerdo muy activos, con una comunidad de tamaño considerable y una frecuente supervisión por parte de Syd. Aun así, y por temor de acabar diciendo algo increíblemente estúpido, me conformaba con ser un lurker. Mi inglés tampoco estaba tan pulido como para tratar con nativos así como así, de todas formas, por lo que conocía el lugar que le tocaba a los usuarios como yo. Me quedaba en "mi esquina", usando pocas palabras. A pesar de todo, siempre estaba al tanto de la llegada de un nuevo artículo o entrada a su blog... especialmente las llamadas Fun With Search Engines, en las que Syd elegía las búsquedas más extrañas o ridículas que habían llevado a algún visitante random a su web. Confieso que llegué a "plantar" algunas de ellas... pero Syd era listo y las detectaba sin mucho esfuerzo.

SydLexia.com en The Wayback Machine.
4 de Febrero de 2005.

Y pasó el tiempo. Los artículos se detuvieron por periodos cada vez más considerables entre sí. SydLexia.com se conservó tal como había sido creada; Syd jamás cambió el diseño o trató de implementar lo que fueron las modas de cada época de Internet, como el uso de Flash o redes sociales (fuera de X, en la que sé que -hasta la fecha- tiene una cuenta con la que publica religiosamente). De hecho, tampoco siguió la tendencia de pasar al video y unirse a la ola de canales sobre videojuegos o cultura retro en YouTube (compartimos opinión de que el llamado AVGN no es exactamente muy bueno como jugador, por cierto. Digo, ¿el tipo en verdad no pudo con Ninja Gaiden?). Siempre quedó con su viejo estilo de texto e imágenes como el acompañamiento clásico de sus historias. Y eso era justo, justo lo que yo quería emular cuando pensaba en el proyecto de Ir y quedar

Syd recientemente publicó dos nuevos artículos en el sitio web, apenas entre Noviembre y Diciembre de 2024, después de un periodo de inactividad que comenzó en 2017. Me enteré hace unos días, y la verdad es que quedé impresionado. Syd Lexia estaba de vuelta, y yo no podía mantener un maldito blog que había estado planeando durante años... Y ahora que escribo estas líneas me doy cuenta de que, sin quererlo y a base de recuerdos, he terminado también por regresar a la actividad gracias a la vuelta de un grande. Un grande que, lejos de darle la espalda a su proyecto personal o siquiera contemplar la idea de abandonarlo, lo sigo manteniendo vivo después de 20 años. Eso es un ejemplo a seguir.

Aunque sigo pensando que me gustaría poder atraer a más lectores algún día, supongo que tendré una audiencia mucho menor si dejo al blog en calidad de abandono. Así que, como una especie de Henry Darger con cuenta de Steam (y sin, em, historias de niñas con anatomía masculina), seguiré escribiendo y publicando textos. No quiero arrepentirme luego de no haberlo intentado. Podría arrepentirme de todo lo que he hecho con el blog en sí, por supuesto... pero supongo que es peor mirar atrás y arrepentirse de lo que no se hizo. Y no al revés. "Don't look back in anger", como canta un grupo... del que nunca he sido fanático, les confieso. Pero, ciertamente, tienen sobrada razón en lo que afirman.

Gracias, Syd.


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Es curioso que, cuando publico este tipo de reflexiones, invariablemente pienso en Zevon. Bien podría pensar en Cohen, o en Waits, pero siempre termino recordando alguna letra del gran Warren... y por buenos motivos. Era inevitable cerrar con el tema que dio comienzo al post de hoy. De The Envoy (1982), Looking for the Next Best Thing.

jueves, 17 de octubre de 2024

La aurora en la ciudad

La aurora de Nueva York.

La reciente escritura del artículo dedicado a Mona the Vampire me trajo muchos recuerdos de lo que fue mi vida entre 2001 y 2006. Y no, no es que me haya olvidado de esa época de alguna manera. Para nada. Mi mente es como una base de datos con mala programación de por medio: registra, con lujo de detalles, eventos que ocurrieron muchos años atrás, pero también se olvida de cosas que me dijeron apenas unos segundos antes. Ahora bien, el haber tenido que profundizar en dicha época para la creación del texto de Mona ha "removido" algunas de esas memorias en particular. Una de ellas fue cuando descubrí el potencial creativo que podía alcanzarse por medio de la poesía, lo que da pie para comenzar el post de hoy.

Para Mayo de 2001, yo tenía poco más de un par de meses dedicado a la escritura. Había creado algunos textos, pero eran simples pastiches e intentos de sonar "lovecraftiano" que no terminaban de convencerme. También tomaba cierta influencia de las obras de Carlos Fuentes (de Cantar de Ciegos, en particular. Confieso que tuvieron que pasar varios años antes de que pudiera entender La Muñeca Reina, pero las descripciones hechas por Fuentes ya me parecían magistrales a los 15), tras encontrar algunos de sus libros en la biblioteca paterna. Aquellos intentos de redacción pueden ser calificados, ya desde la perspectiva de más de dos décadas, como irrelevantes... y, a pesar de ello, también fueron la respuesta a un afán de creación literaria que estaba experimentado en plena adolescencia, que es cuando la creatividad (en mi opinión) suele tener su momento máximo, buscando alguna forma de ser liberada. Diría que es uno de los puntos en los que el ser humano muestra su mayor creatividad, la cual va disminuyendo en conjunto con el avance de la edad. Tiene sentido, si pensamos las cosas de manera filosófica, al tratarse del periodo en el que estamos entre la niñez y la adultez... Pero me estoy yendo por otro lado.

El caso es que a mí me interesaba la prosa. No tenía mucho entusiasmo por la poesía, y de hecho ni siquiera había pensado en la idea de componer algún poema. Y sin embargo, las cosas iban a cambiar muy pronto...


I. A las cinco de la tarde...

 

No recuerdo qué fue lo que me llevó a decir "ya estuvo bien con la prosa", para entonces probar suerte creando algo de lo que no tenía la menor experiencia o, hasta dicho momento, gusto. Quizá fue la necesidad romántica de expresar lo que sentía por... cierta pequeña animada de la que ya he hablado muchísimo en las últimas semanas. O tal vez se trataba de algo que me quedaba natural, dado que siempre fui más "feeler" que "thinker", usando términos de profundidad -y credibilidad- cuestionable. Todo lo que puedo decirles es que, sin planearlo mucho, escribí mis primeros intentos de poesía. Y que no salieron tan mal como esperaba.

Le empecé a tomar gusto a la idea, y llegó el momento en el que estaba produciendo muchos más poemas que cuentos. Aún conservo las libretas que solía utilizar para escribir en dicha época, y en ellas puedo ver una cantidad muy grande de poemas, acompañados de dos o tres historias que -por lo que he notado- ni siquiera me molesté en terminar. Y es que puedo comprender que a mi "yo" adolescente le venía mucho mejor, al final, una manera de expresar las emociones por medio de la metáfora y la brevedad de palabras. ¿Los cuentos? Podía improvisar y modificarlos una y mil veces en mi  propia mente, sin necesidad de dejar su registro en papel (y pienso lo mismo, todavía. Por ello es que no le veo sentido a escribir cuentos o novelas, cuando tengo tantas ideas que difícilmente quedaría conforme con la única versión de una historia. Si me pusiera a escribir todas esas ideas que llegan y llegan, nunca terminaría, porque siempre encontraría una forma de cambiarlas o expandirlas).

Ahora bien, podría decirse que los poemas que llegué a componer durante mis primeros meses de escritura fueron "tradicionales", en el sentido de que no buscaba alguna manera de expandir mi estilo. Me enfocaba mucho en lo que yo consideraba que debía ser la poesía, tomando como ejemplo aquello que me resultaba conocido de dicho arte: trabajos de Bécquer, de Darío, Acuña, López Velarde... en otras palabras, y con excepción de ciertos casos, no trataba de experimentar con las letras. Esto cambió para los primeros meses de 2002, cuando al revisar uno de los viejos libros de texto de mi hermana mayor (estuvo en colegio privado durante toda su educación básica, lo que le dio acceso a libros muy distintos de los que nos proporcionaban en las escuelas públicas. Fui el menor de 3 hermanos; ya no era tan importante que yo estuviera en colegio "especial"... lo que fue mejor, honestamente), pude leer un poema titulado La Aurora, del autor español Federico García Lorca:


La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.

La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.


La Aurora
("Español Activo - Tercer Curso",
Lucero Lozano) 

El texto me dejó, a falta de una palabra más conveniente, impactado. ¿García Lorca? Lo ponía en el concepto de ser, también, un poeta "tradicional", con el Romancero Gitano y obras como La Casa de Bernarda Alba. Lo que regularmente se nos enseñaba en las clases de Español en la Secundaria o Preparatoria. No tenía idea de que hubiera escrito un trabajo como La Aurora. Vamos: no tenía idea de que se pudiera escribir un poema como La Aurora. Lo leí una y otra vez, analizando cada palabra, cada frase, cada metáfora. Se percibía la angustia y el miedo que el gigante de Granada había conseguido plasmar en lenguaje poético. Y me encantó, no sólo por su calidad, sino también porque me dio una gran enseñanza al respecto de lo que realmente era la poesía, más allá de lo que había percibido como simple aficionado.

La Aurora pertenece al libro Poeta en Nueva York, escrito por Lorca durante su estancia en dicha metrópoli norteamericana entre 1929 y 1930, como residente de la Universidad de Columbia. El poeta andaluz se afilia al movimiento surrealista con dicha obra, que en ese momento estaba tomando más fuerza en el medio del cine y la pintura (con los claros y evidentes ejemplos, muy relacionados con el propio Lorca, de Luis Buñuel y Dalí). Me resultaba increíble pensar que el autor de los versos de Muerte de Antoñito el Camborio fuera, también, el creador de las escenas angustiantes del amanecer en Nueva York. No, no era increíble... Era magnífico. Y yo tenía mucho por aprender...


II. No es sueño la vida

 

Para 2004, con mi entrada a la Universidad, mis andanzas poéticas se terminaron por algunos meses. Me volví más "racional", como sólo puede volverse un cerebro que trata de comprender la teoría de la Contabilidad, cuando está más hecho para hablar de lenguaje que de números. Al poco tiempo, sin embargo, retomé la creación literaria con lo que fue mi segunda y tercera época como poeta (ya he contado esa historia). En 2006 conseguí un ejemplar de Poeta en Nueva York, que me gustaba leer por las tardes en un parque cercano... y, siendo una de mis temporadas más prolíficas en cuando a escritura, no pasó mucho para que formara mi propia versión (pastiche, bien podría decirse) de un poema de corte urbano, en el que intentara representar mis propias emociones sobre el paisaje citadino. Aquí les comparto dicho texto, que es de los pocos que se conservan de mi periodo como parte de Arihua.net:


En la Ciudad
(Abril de 2006)

*****

Campanario de pasiones olvidadas
que ilumina los pasos sin rumbo
de una humilde muchedumbre.

Habitación solitaria
que alberga a los ecos del dolor;
aves negras que claman por la noche,
con un turbio ojo de plata
que brilla en la penumbra
de las horas muertas.

Bestias de acero y fuego
que vagan por los oscuros caminos
de piedra y granito;
cantares diurnos de luz dorada
y reflejos sin tiempo, 
sin alas.

Rostros cubiertos de desgano
y hartazgo,
autómatas impunes de la urbanidad
y su desdicha calcinante;
testigos inocentes
del toque cruel de la desesperanza.

Desaliento de la vida,
desaliento de la muerte que viene:
existencia vacía e ignorada
por el deseo,
atrapada en los muros ingratos
de los días sin sombra
y los años sin cuerpo.

Andar sin destino
en la escalera de los cielos,
camino sin retorno
a la vereda del destiempo...

*****

Poco después escribí un texto en prosa llamado En la Ciudad (II), el cual era semejante al poema que han podido leer, pero más orientado a la cuestión emocional. La huella del surrealismo de Lorca se mezclaba con el descubrimiento de las letras de Morrissey (mi ídolo en tales ayeres. Tengo algo planeado para Noviembre sobre el dandy de Manchester), dando como resultado un estilo muy diferente al que había demostrado en mis viejos intentos creativos. Y ya en 2011 produje otra "poesía urbana" llamada El Blues del Lunes, la cual creo que está perdida. Pero ya hablaremos más de esa época en otra ocasión, por supuesto.

Poeta en Nueva York no sólo representó una fuente de inspiración para mis torpes creaciones. El maestro Leonard Cohen reconoció en diferentes ocasiones la influencia de Lorca en sus propios trabajos, llegando a adaptar musicalmente en 1986 el Pequeño Vals Vienés como Take this Waltz (se cuenta que dedicó 150 horas para lograr una traducción perfecta del texto original al inglés, lo que puedo creer de un hombre de la altura de Cohen). En ese mismo año, de hecho, se publica el álbum Poets in New York, a manera de homenaje por los 50 años de la muerte del autor andaluz. Este disco, encabezado por el tema de Cohen, incluía versiones musicales de algunos de los textos de Poeta en Nueva York, en diferentes idiomas y con las voces de figuras como Georges MoustakiVíctor Manuel, Donovan y Patxi Andión. Escuchemos a Raimundo Fagner y Chico Buarque con su adaptación al portugués de La Aurora:

Pueden encontrarse otras versiones del poema de Lorca con acompañamiento musical... entre ellas, la más famosa tiene que ser la de Enrique Morente y Vicente Amigo. Ahora, si me lo preguntan, yo creo que la mejor es la que grabó el rockero español Loquillo en 1998 (parte del disco Con Elegancia), junto con nada más y nada menos que otro maestrazo: Luis Eduardo Aute

Cerramos el post, camaradas. Para la próxima actualización del blog tendremos el Steam Next Fest de Octubre, con 14 títulos de los que vale la pena hablar... de algunos más, de algunos menos. Pero aquí estaremos. Y, claro: luego vendrá más poesía, con Renato Leduc y su "sabia virtud".

jueves, 4 de julio de 2024

Good enough for me...

Comprar o no comprar... that's the question.
Creo que una de las cosas que pueden llegar a ocurrir cuando se tiene un blog sin temática es que, en ocasiones, no traes una idea muy clara de lo que hablarás en el siguiente post. Y esto no es algo provocado por la falta de ideas, sino todo lo contrario: hay demasiadas cosas que se merecen un artículo... y, por ello mismo, resulta más complicado elegir un buen tema que la propia escritura del post en cuestión. Tengo, por supuesto, muchas opciones. Pienso en algunas de ellas y me digo "no, eso es para cuando el blog ya tenga cierto tiempo de vida, más historial". O "de eso no puedo escribir algo breve. Tengo que explayarme"... o al revés: "claro que no; a duras penas podría juntar dos párrafos sobre ese tema". Al final, lo mejor que se puede hacer para escapar de esa escalera de Penrose mental es, simplemente, abandonar la idea de un plan cuidadoso y pasar a la acción: comenzar a escribir y dejar que los dedos se encarguen de improvisar.

El legendario gato
con audífonos, símbolo de Napster.
Mientras tecleo estas líneas, pienso en tres temas que pueden servir para buenos artículos en las semanas que vendrán. Primero: recientemente se cumplieron 25 años del lanzamiento de Napster, el pasado 1 de Junio. Aunque su época de gloria fue relativamente corta (menos de dos años, los cuales tuve la suerte de experimentar de primera mano), por supuesto que me encantaría recordar lo que esta genial aplicación representó para el Internet del final de los 90, principios de los 2000... sin olvidar, claro está, la herencia que dejó con la llegada de otros programas P2P, como mi siempre querido WinMX (creo que yo fui uno de los pocos que nunca llegó a utilizar el infame Kazaa, especialmente después de que me volví paranoico con la seguridad de mi PC, a fines de 2002. Le tenía mucha fe, que quizá era un pobre efecto placebo, a ZoneAlarm). Ya hablaremos de ello en su momento.

Otro recuerdo que puede servir para un post particularmente extenso es que, por estas fechas de 2006, escuché a Morrissey por primera vez. Y fue una mera casualidad, que de no haber estado haciendo zapping a las 2 AM de un Martes, nunca se hubiera dado. Podrá sonar como algo superfluo, pero lo considero como una parte muy importante de mis recuerdos y, honestamente, de mi vida. Y es que la música del Mozzer representó algunos de los cambios que llevé a cabo a nivel personal en dicha época. Siempre he considerado que, por circunstancias que ahora me resultan lamentables, he tenido dos años que se pueden considerar como "perdidos": 2006 y, coincidentemente, 2016 (espero que 2026 salga mejor librado... digo). Morrissey representó más que simple música para mi yo de 20/21 años, y su influencia me llevó a expandir mis conocimientos de música (y de inglés, por cierto) como nunca antes. Aunque creo que el hombre debería de comprender el valor del silencio y, de vez en cuando, callarse, no puedo negar mi admiración por él... También le dedicaré su artículo en las próximas semanas.

Y, por último, recordemos que actualmente se está celebrando la Venta de Verano de Steam. Para los fanáticos de los juegos de PC, es uno de los eventos más esperados del año, puesto que es cuando se dan las mejores ofertas en plataforma de Valve. Aunque hace tiempo que ya no tienen la grandeza que mostraron en sus mejores años, las rebajas de Steam siguen siendo un periodo que se puede considerar como de fiesta. Me gustaría enforcar mi nostalgía en hacer una pequeña remembranza de lo que fueron las Ventas de Verano de la primera mitad de 2010 (la parte "buena" de la década). No está de más, y creo que me servirá de excusa válida para hablar de Steam en general...

Tales son, en resumen, algunos de los planes que tengo para Ir y quedar en el futuro próximo. Ahora bien, cambiando de canal y continente (frase de origen incierto que solía decir mi madre), contaré que hace un par de días me encontré con algo de gran interés en Ebay. Constantemente reviso este sitio en busca de nueva mercancía que valga la pena agregar a mi pequeña colección personal, siendo regularmente aquella que es imposible conseguir en México. No me considero un "coleccionista", aclarando. Lo fui, pero hace tiempo que me deshice de casi todo lo que  me pudo haber convertido en coleccionista, prefiriendo sólo adquirir aquello con valor personal/sentimental. El caso es que ha hecho su aparición esta pequeña pieza:  

Creo que esas cinco vistas son mías en su totalidad...

Se trata de un dibujo original de Sonia Holleyman, la creadora de Mona the Vampire y autora/ilustradora de todos los libros del personaje. Si alguna vez han leído la sección de Acerca del blog y su autor, sabrán que el personaje de Mona tiene mucha importancia sentimental para mí. No quisiera hablar demasiado de ella todavía, puesto que tengo contemplado dedicarle un artículo de una extensión bastante grande en Septiembre, cuando la serie animada cumpla los 25 años. Sin embargo, comentaré que este dibujo, el cual también está autografiado, me ha puesto en un dilema. 

Libro original de Mona the Vampire (1990).
Por un lado, creo que sería una aquisición excelente. Hablamos de un dibujo directamente realizado por la "madre" de Mona. Mucha gente cree que Hiawyn Oram es la creadora de nuestra pequeña vampira, pero no es así: ella escribió los cuatro libros que sirvieron como base directa de la caricatura (sí fue la creadora de muchos de los personajes secundarios), pero Mona es una creación completa de Holleyman. De hecho, la versión de los textos de Oram es muy diferente a la Mona que podemos ver en la serie animada en cuanto a personalidad, siendo ésta más parecida a la del libro original de Holleyman, mismo que se publicó en Agosto de 1990. La cuestión es... el gasto me hace pensar un poco. El dibujo cuesta 70 USD; agregando el envío de Inglaterra (sé, por experiencia, que Correos de México es terrible para compras internacionales en Monterrey), junto con la importación al país... hablamos de por lo menos $2,500.00 pesos (un poco más de 120 USD). Y, por supuesto, no estoy considerando que podría entrar en una guerra de pujas que podría inflar mucho más el precio. Así que, contemplo mis opciones y me dedicó a sopesar la idea de gastar una cantidad considerable en un dibujo, especialmente si considero que mi colección personal de Mona ya ha representado una pequeña fortuna entre artículos e importaciones. Pero no deja de ser Mona

Haga lo que haga, no quisiera arrepentirme después.

En fin... El blog sigue con vida, a pesar de la lentitud cerebral que puedo mostrar en ocasiones. No vamos a dejar de tener novedades, y de eso pueden estar seguros. Para cerrar por esta noche, escuchemos a Bill Haley y su interpretación del clásico de Kris Kristofferson, Me and Bobby McGee. Aunque el tema es mucho más conocido en voz de Joplin, su versión nunca me ha gustado (bueno, de hecho, no me gusta nada de Joplin. Su estilo no me cae ni un poco). El cover de Haley me parece perfecto para el himno de Kristofferson, y aquí lo tenemos...

martes, 25 de junio de 2024

Poemas de Catz I - Es mejor el silencio

"¿No me estaré pasando de sentimental? Nah..."
Aunque ya anteriormente había publicado en el blog una entrada sobre mis poemas, siento que sólo podemos considerarla como una especie de "introducción" al tema, con un mayor enfoque en lo que fue mi historia (usemos dicho término) como autor de textos poéticos. Este sería, entonces, el que podríamos considerar como el primer post dedicado a mis escritos, siendo el motivo de que haya elegido usar el título "Poemas de Catz I", comenzando lo que -espero- tomará la forma de una serie de entradas sobre el tema.

Está de más aclararlo, y como ya dije en su momento, pero nunca me he considerado a mí mismo como un autor de mucha calidad literaria. A pesar de mi pobre autoconcepto, no quisiera que mis poemas se quedaran en el olvido, que es en donde han permanecido ya durante más de una década (o dos, en algunos casos). No tanto porque sean buenos, sino por lo que representaron en su momento. Podrá sonar exagerado, pero casi todo lo que escribí tuvo una razón de ser: no fueron cosas compuestas por capricho u obligación... Digo, no es como que me estuvieran pagando por escribir. Era algo que hacía porque quería, o para satisfacer la necesidad de dar rienda suelta a mi triste afán literario.

Para arrancar la nueva serie de posts, he elegido un poema que se escribió en dos ocasiones: la primera de ellas en Diciembre de 2006, habiéndose publicado en Arihua.net. Fue uno de los textos que perdí cuando mi cuenta en dicho sitio web fue eliminada por falta de actividad (historia que ya conté), sin haber tomado la precaución de conservar una copia. Un tiempo más tarde, en... tal vez Junio o Julio de 2010, lo escribí de nuevo para publicarlo en DeviantArt. Naturalmente, la segunda versión del escrito tiene sus diferencias con la primera, puesto que no podía acordarme al 100% de lo que había compuesto cuatro años antes. Pude conservar algunas líneas que recordaba particularmente, pero ambos poemas no dejan de ser, al final, muy distintos entre sí.

Bien; sin más, vamos con el poema:


Es mejor el silencio
(Verano de 2010)

*****

Si quieres marcharte, 
no digas nada...
es mejor el silencio
entre nosotros.
Guarda la crueldad
de tus palabras
para que puedas escapar
de mis brazos
en el refugio de la distancia.

Prefiero que tus labios
mueran en calma,
con la ausencia de tu voz.
Prefiero que te vayas
de mi lado para siempre
a escucharte pronunciar una mentira
que me regale la falsa esperanza
de un amor
que no existe ya para nosotros.
Aléjate de mí
si tu corazón se ha cansado
de mi cariño;
pero no permitas que tus ojos
me castiguen con el desprecio:
no me mires derrotado,
no me niegues el placer de tu silencio.

Quisiera escuchar en mi angustia
la suave melodía
que forman las lágrimas
de mi alma al confundirse
con el polvo
de los sueños rotos.
Deja que sufra tu abandono
en mi amarga soledad:
aguardaré la noche
recordando la caricia de tu cuerpo,
la ilusión hermosa
que me entregaba la calma
de tu ojos,
el suave calor de tus manos.

Ignora el dolor que me destroza,
el juramento que abandonas al dejarme.
Vete sin palabras:
volveré al lugar de la derrota...
Y es mejor el silencio entre los dos
cuando la única esperanza
que puede quedar en el alma
es ya, tan sólo, la propia
ausencia de toda esperanza...

*****


La historia de Es mejor el silencio es curiosa... y por más de un motivo. Como digo, originalmente se escribió a fines de 2006, poco después que cumplí los 21. A pesar de que lo redacté como un poema de amor, en realidad fue mi manera de lamentarme de que, en esas fechas, estaba regresando (después de un periodo de "pausa" que... no salió muy bien) a estudiar una carrera universitaria a la que le había perdido cualquier atisbo de cariño (llegué a odiarla, de hecho). Con la frase "volveré al lugar de la derrota" me refería exactamente a ello: aceptar las cosas, y regresar a un lugar que no había planeado volver a pisar jamás. Así que, en efecto: Es mejor el silencio no es el producto de una decepción amorosa, sino una representación de mis errores de estudiante universitario.

Ahora bien, una de las cosas que llaman mi atención sobre Es mejor el silencio es que, a pesar de que está muy lejos de ser uno de mis mejores poemas, sí que ha sido el más gustado. Alcanzó bastantes favoritos cuando lo publiqué en DeviantArt, y recibí comentarios muy positivos que venían de personas que ni siquiera tenían mucha afición por la poesía. Mi amigo Al, quien era más de dibujos que de letras, siempre me decía que era su favorito entre mis trabajos, e inclusive me llegó a mencionar que quería ilustrarlo. Yo le comentaba, por mi parte, que no parecía un buen poema para ser representado en dibujo... pero la cosa quedó en plan, como muchas otras.

Ya por último, les contaré que el nombre del poema no fue mi idea. De manera indirecta, se le ocurrió a mi madre. Ya he dicho en otras ocasiones que 1998 fue un año de descubrimiento musical para mí. Una canción que conocía sólo de nombre, pero que jamás había escuchado, era The Sounds of Silence de Simon & Garfunkel. Y digo que la conocía "de nombre" porque mi padre la mencionaba bastante, y de hecho tenía el vinilo de The Concert in Central Park... que de poco servía, ya que nuestra tornamesa había dejado de funcionar mucho tiempo atrás. En una ocasión, mientras disfrutaba de un cassette de musical instrumental que había comprado por pocos pesos, reconocí una de las melodías: era la misma de una canción de  Los Yorsy's que había escuchado poco antes en Radio Centro 770, la cual me había encantado, pero no tenía idea de su nombre. El cassette que les cuento afirmaba que el tema era The Sounds of Silence... 


Recuerdo que le pedí a mi padre que me diera detalles sobre esta canción, y que me dijera si conocía otros covers al español aparte del de Los Yorsy's. Quien reaccionó primero fue mi madre, empezando a tararear "es mejor el silencio...". Se acordaba de esa parte de la letra, pero no del intérprete o más detalles del cover. ¿Mi padre? No conocía siquiera el de Los Yorsy's. También le pregunté al Lic. Octavio González, mas no supo decirme mucho acerca de la versión que mi madre recordaba. Por años la busqué, descubriendo otras adaptaciones en el camino, todas muy buenas (como la del argentino Sergio Denis, la de Los Módulos, José Feliciano...). Fue más o menos por estos días del año pasado cuando, sin realmente buscarla, me encontré con la versión a la que seguramente se refería mi madre: es de la cantante mexicana Tehua, perteneciente a su primer disco


Este cover me ha gustado muchísimo. Tanto en interpretación como en letra, diría que es mi adaptación favorita de The Sounds of Silence a nuestro idioma (aunque, a decir verdad, casi todas las versiones en español del tema son buenísimas. De hecho no sería mala idea crear un post en el que pudiéramos hablar de ellas a profundidad. Más adelante). Si bien, aunque su letra dice "Mejor es el silencio", esa pequeña confusión en la memoria de mi madre me dio la idea para no sólo bautizar al que terminó siendo mi poema de mayor éxito, sino que del propio título se desprendió todo el mensaje del texto. Ante el dolor, callar. Ante la derrota, silencio... Es un buen recuerdo de mis años juveniles. Y, por supuesto, de mi madre.

Nos leemos pronto.

sábado, 18 de mayo de 2024

Call of Cthulhu: una larga espera (Parte I)

Iä Catthulhu.

A decir verdad, pensaba publicar el artículo de hoy hasta que el blog tuviera un poco más de tiempo al aire (y, por ende, algunos lectores más)... pero últimamente le he dedicado varias horas de juego a los dos Forgive Me Father (que vale la pena reseñar en un futuro), lo que ha terminado por hacerme investigar de nuevo sobre lo que fue una de mis pasiones como adolescente: los trabajos de H. P. Lovecraft y los Mitos de Cthulhu. Si vamos a hablar de este tema, creo que no hay una mejor forma de hacerlo que dedicándole un post a cierto videojuego que marcó todo un periodo de mi vida, siendo nada más y nada menos que Call of Cthulhu: Dark Corners of the Earth. ¿Suena exagerado? Créanme: no lo es. Y para que puedan comprender al 100% lo que quiero decir, tenemos que hacer (como ya es costumbre en Ir y quedar) una larga y detallada historia, misma que comenzó a escribirse hace más de 23 años... así que no esperemos a que las estrellas estén en la posición correcta para comenzar, y despertemos al pulpo-calamar gigante de su letargo. 

Por cierto, y aclarando un detalle: debido al tamaño del post, preferí dividirlo en dos partes. En la primera de ellas me enfocaré en mi historia con el juego y, por igual, la historia del desarrollo del juego. Ya en la próxima entrada haré una reseña propiamente dicha, con opiniones sobre el gameplay. 


I. Cthulhu waits dreaming

 

La compañía británica Headfirst Studios comenzó el desarrollo de DCotE  (vamos a utilizar este acrónimo, como hemos hecho en otros casos para títulos extensos) desde algún punto de 1999. Su plan era la creación de un juego que representara de una manera fiel tanto los trabajos de Lovecraft como el espíritu del juego de rol Call of Cthulhu (publicado por Chaosium Inc. en 1982, siguiendo la fiebre de Dungeons and Dragons. No, nunca lo he jugado. Podré tener una imaginación bastante grande, pero los RPG de mesa no van mucho conmigo. Eso de tener que seguir las reglas de un "master" me sofoca... y creo que terminarían expulsándome de la partida). Por mi parte, la primera vez que supe de la existencia del proyecto de Headfirst fue en Enero de 2002, gracias a 3DGamers (una de mis páginas de cabecera durante muchos años). La noticia no podía haber llegado en un mejor momento, puesto que en esos tiempos yo era todo un fanboy de Lovecraft... Qué digo fanboy: ¡el tipo era mi ídolo! Unos años antes, desde que había comenzado a interesarme por la literatura en general, tuve la oportunidad de leer algunos de sus trabajos incluidos en las antologías de  cuentos de miedo que mi padre había adquirido durante los 60 (como el excelente Cuentos de Terror de Rafael Llopis, en la edición original de 1963). No eran muchos, pero las pocas historias que tenía en mi poder con el nombre del Loco de Providence eran, en mi opinión, de lo más intenso de su repertorio: The Dreams in the Witch House (un relato que, para un chico impresionable de 12 ó 13 años, resultaba increíble), junto con The Outsider, The Rats in the Walls (las descripciones tan gráficas de este texto podían causar pesadillas), The Statement of Randolph Carter y otros más. Sus ideas y estilo me parecían de un nivel increíblemente macabro, tal como imaginaba lo que debía ser el terror como parte de la literatura.

Es un milagro que las hojas estén intactas.
El viejo siempre se quedó con la idea de que encontrar libros de Lovecraft en Monterrey era casi imposible. Y quizá lo fue... durante los 70, 80 y tal vez hasta parte de los 90. Para 2001, sin embargo, las cosas habían cambiado bastante. Por un tiempo, cuando ya empezaba con mis búsquedas personales de literatura, di por hecho que sólo encontraría material lovecraftiano como parte de antologías, junto con otros autores de mayor o menor calibre. Un buen día, sin embargo, mientras miraba el surtido de la Librería Castillo (que eran un poquito careros en comparación de otras tiendas. Sólo conseguías precios bajos cuando los libros tenían algún defecto), me di cuenta de que Howie ya no era un desconocido en México, puesto que fácilmente pude comprar mis primeros volúmenes 100% de HPL, publicados bajo el sello de EDAF. Y fue el primero de muchos; podrán ver uno de mis favoritos en el costado izquierdo, presentado por Mona: Los Mitos de Cthulhu, también con selección de Llopis, en la edición de 1999. ¿Que se ve sucio y maltratado? Pues claro. Ese libro, desde que me lo compraron como regalo de cumpleaños en Agosto de 2001, lo cargué para todas partes por varios meses, leyendo y volviendo a leer cada una de sus historias. Y pasó igual con At the Mountains of Madness y The Dunwich Horror en las versiones de Alianza Editorial. De 2001 a 2006, traté de conseguir todo lo que tuviera el nombre de Lovecraft para mi biblioteca personal. No me conformé con los libros, sino que también comencé a leer los trabajos de otros autores de los Mitos: tomé la costumbre de descargar los cuentos publicados en la Universidad Miskatonica Lovecraftiana (una página web que era, posiblemente, la más completa para todo lo relacionado con el loco Howie. Parece ser que todavía seguía en línea hasta 2019) y similares, para luego imprimirlos y dedicar las tardes de sábado a leer esas geniales historias de Frank Belknap Long (siempre quise conseguir su novela The Horror from the Hills), Robert E. Howard, Henry Kuttner, Robert Bloch y Ramsey Campbell (de quien quiero hablarles luego), por mencionar algunos de los autores que se volvieron muy familiares para mi imaginación...

Screenshot de uno de los primeros videos del juego,
con la escopeta de un solo cañón. Enero 2002... lo recuerdo.

Claro, claro: la literatura de horror no era la única afición de aquellos confusos años de la adolescencia, sino que también estaba muy dedicado a los juegos de PC... muy específicamente a los FPS, como era el caso de DooM, Blood, HeXeN y Half-Life. Con todo lo que ya he contado antes, podrán suponer que el anuncio de un videojuego basado en los trabajos de Lovecraft y, mejor aún, un FPS, me volvió completamente loco. La información sobre DCotE era escasa, y únicamente se habían publicado algunos screenshots y videos (que, luego se supo, eran versiones muy preliminares del proyecto). Se sabía que, conforme al plan inicial de Headfirst, su fecha de lanzamiento se había programado para los primeros meses de 2002. Este plazo se había cumplido y, para cuando supe que el juego era una realidad, se calculaba que para el cierre del mismo año lo tendríamos ejecutándose en nuestras computadoras. ¿Había que esperar, entonces? ¡Sin problema! Estaba más que dispuesto para probar lo que, a pesar del poco contenido y material disponible, ya se antojaba como una maravilla. 


II. So tired, tired of waiting, tired of waiting for you



Casi todos mis niveles para DooM 2 estuvieron
influenciados, de una manera u otra, por Lovecraft.
Tenemos que poner las cosas en contexto: en la actualidad, todo lo relacionado con los Mitos de Cthulhu ya se ha convertido en una especie de cliché. De haber sido material que en alguna época se consideraba como oscuro, ya podemos encontrar una cantidad enorme de juegos basados en la obra de Lovecraft... a saber: los ya mencionados Forgive Me Father, Lovecraft's Untold Stories, Bloodborne, Eldritch, Sundered, Magrunner...). En 2002, sin embargo, teníamos un surtido muy limitado. Hablo de únicamente el primer Alone in the Dark (que era y sigue siendo un juegazo. Fue uno de los primeros títulos de PC que llegué a conocer en mi vida, gracias a la revista Video Tips. Luego hablamos de ella), Shadow of the Comet (quise completarlo en esos días, pero no iba para nada con mi estilo), Prisoner of Ice, la aventura de texto The Lurking Horror y el poco conocido Innsmouth no Yakata para la Virtual Boy, sin olvidar que Eternal Darkness estaba a punto de publicarse en la GameCube. En esta categoría también podríamos a colocar al primer Quake (el cual me encanta; es uno de mis juegos favoritos), por cierto, puesto que tenía mucha influencia lovecraftiana por parte de Sandy Petersen, diseñador original del RPG Call of CthulhuComo buen fanboy, y poniendo un poco de mi parte, yo construí algunos niveles para DooM 2 basados directamente en las historias de HPL, siendo el caso de The Dreams in the Witch House, The Nameless City y terminando con In the Vault, que fue posiblemente mi mapa de mayor fama... aunque no necesariamente calidad.

Podrán imaginar entonces la emoción que provocaba el hecho de saber que, por fin, tendríamos un título que no sólo respetaría los trabajos del maestro del terror de Providence, sino que también nos daría una buena experiencia como juego de acción. Ahora bien, las cosas no iban a resultar tan sencillas como aparentaban. El plan de Headfirst pecaba de optimista... como les he dicho hace unos párrafos, los británicos tenían la intención de que el juego estuviera listo para comienzos de 2002. Pero el calendario avanzó, y luego se dijo que DCotE llegaría para el último cuarto del año... y después 2003. Comenzaron entonces los problemas. La compañía Fishtank Interactive, misma que tendría a su cargo la distribución del juego, fue vendida a la empresa JoWooD, la cual no mostró interés por el proyecto lovecraftiano de Headfirst (junto con algunos problemas legales). Así como así, DCotE se había quedado sin distribuidor, teniendo que dedicar los próximos meses a buscar una nueva compañía editora. En el inter, se publicó lo que podría considerarse como el primer trailer en forma del juego. 

Ese "Coming Soon" no podría ser más irónico. Constantemente visitaba la página web de Call of Cthulhu para enterarme de cualquier novedad. Recuerdo muy bien que tenían un minijuego en flash que representaba una galería de tiro, mismo que lamentablemente no está disponible en The Wayback Machine (es increíble lo bien que me acuerdo de algunos detalles de la página, como la llamada "Coffee Cam". También los foros, en los que siempre fui estrictamente lurker). Constantemente ponían pequeñas actualizaciones sobre el desarrollo del juego, pero nada sobre alguna de una nueva fecha de lanzamiento. A mediados de 2003 se anunció que Bethesda Softworks (sí, los mismos de Fallout y los Elder Scrolls. Ahora propiedad de Microsoft... Go figure) había entrado al quite y serían los distribuidores de DCotE. Una buena noticia, sin duda, pero nadie del público sabía que el juego estaba metido en lo que solo puede calificarse como "development hell". Bethesda puso algunas condiciones que llevaron a rediseñar buena parte de lo que Headfirst ya tenía considerado como listo, demandando también que el juego se publicara para la consola Xbox. Esto significó tener que realizar algunos sacrificios en cuanto al tamaño de los niveles y, en general, a la ambición técnica que únicamente habría podido conseguirse en una PC.

A nivel personal, para ese momento ya todos en mi familia y amigos conocían el famoso "juego de Lovecraft", porque el chamaco de no dejaba de hablar de él -desde que tenía 16- y de la emoción que le causaba el hecho de que "pronto" llegaría a jugarlo. Claro que, al igual que Headfirst y sus planes, yo estaba siendo muy optimista. Llegó 2003, pasó 2004, 2005... a pesar de las dudas, no perdía el entusiasmo y estaba al tanto de todo lo que se publicaba en su nueva página web, con de vez en cuando algunas nuevas capturas, arte conceptual o detalles. Finalmente, y como un milagro, el título que alguna vez se preparó para publicarse en 2002 tenía fecha de lanzamiento: 24 de Octubre de 2005. Peeeero sólo la versión de Xbox... oh, pequeño gran detalle. ¿Qué pasaba entonces con la versión de PC? Ya hablaremos de eso en la segunda parte del artículo, que no quisiera extenderme demasiado (¿más?).

Mientras tanto, los dejo con The Kinks y su Tired Of Waiting For You, una canción que siempre me recordará a Dark Corners of the Earth por obvias razones... y porque la escuché por primera vez justo a fines de 2003, cuando aún parecía que el juego llegaría "pronto". Y ese maldito "pronto" se convirtió en casi 3 años más... o 5, en mi caso. Pero no nos adelantemos, camaradas...

lunes, 29 de abril de 2024

La poesía del número 13

Escritura nocturna de poemas, circa 2002.

Pues ha llegado el momento de publicar la entrada número 13 del blog. En cierta forma, esto carecería de importancia, si no fuera por el hecho de que una enorme cantidad de personas (culturas enteras, más bien) consideran que este pequeño número es de muy mala suerte. Se le adjudica una especie de relevancia cabalística que nunca puede llevar a resultados favorables, cayendo en el extremo de que algunos edificios suprimen por completo el piso 13, o simplemente lo dejan en el más puro abandono... parte superstición, parte precaución, imagino. Y supongo que, de hacerle caso a quienes califican a este dígito infame como un símbolo de mal agüero, el  blog comenzó con el pie izquierdo, puesto que tuvo su "gran apertura" el día 13 de Febrero (una fecha que, por motivos personales, me resultaba de suma importancia para arrancar este proyecto). 

Ahora bien, ¿debería dejarme llevar por las creencias populares e ignorar el hecho de que el post número 13 de Ir y quedar llegaría alguna vez? Nah. No creo que sea lo correcto. Y no es que sea un tipo muy racional o lógico (para nada), sino que mi punto de vista puede tacharse de cínico: ¿qué es lo peor que podría pasar? Nunca me he considerado a mí mismo como un hombre con buena suerte, sino todo lo contrario (ahora sí que, como cantaban Los Piccolinos: "¿a quién le puede pasar? Sólo a mí, sólo a mí..."). Considerando lo anterior, ¿es en realidad esta caótica cifra tan mala, o estamos hablando de un miedo igual de absurdo que el que mucha gente le tiene a los gatos negros, esas pequeñas panteras que los verdaderos amantes de los felinos adoramos? No soy quién para juzgar, ni tengo tantos conocimientos de aspectos sobrenaturales (vaya) que pudieran servirme para hablarles largamente sobre la importancia, a nivel esotérico, de la unión del 1 con el 3... pero sí que puedo decidir cómo tratar de la mejor manera la existencia de una entrada que, guiándonos por el orden de sus dígitos, sería motivo suficiente para despertar nerviosismo en muchos redactores. Buscando un método casero para "exorcizar los demonios", será buena idea hablar un poco sobre poesía. Específicamente, mí poesía.... bueno: si se le puede llamar así a las mezclas de palabras que solía componer hace años. Vamos allá.

I. My poetry was lousy, you said...

 

Siempre he dicho que, como escritor de poemas (usaré dicho término en lugar de "poeta". Soy muy honesto al decir que no sé si puedo calificarme a mí mismo como poeta. La palabra implica un dominio del arte, algo que yo jamás alcancé), tuve cuatro diferentes épocas. La primera de ellas fue entre 2001 y 2003, cuando apenas experimentaba un poco con la cuestión poética. En ese tiempo me interesaba más la creación de cuentos, sin embargo, puesto que fue el momento en el que realmente descubrí la genialidad de libros que guardaba la biblioteca familiar (casi todos comprados por mi padre desde la década de 1960). Ya desde antes disfrutaba leyendo algunos tomos que yo mismo había elegido, como las Narraciones Extraordinarias de Poe, o el tercer tomo de Aventuras de Sherlock Holmes de Editorial Porrúa (parte de la colección "Sepán Cuántos..."). Era una mezcolanza de las primeras historias escritas por Conan Doyle, junto con todos los cuentos de The Case-Book of Sherlock Holmes. Todos los libros con los relatos del personaje que se publicaron bajo el sello de Porrúa eran un tutti-frutti, pero no estaban mal. Por cierto que este volumen lo compré usado en la famosísima Librería Cerda (el 5 de Mayo de 1999. Hablo de Monterrey, por supuesto), a un precio más caro del que me hubiera salido nuevo. Tenía la idea de que los libros de Holmes eran "muy difíciles" de encontrar -no sé de dónde saqué esa estupidez-, por lo que no tuve la precaución de buscar primero en la Castillo o Iztaccíhuatl. Hace años que no pongo un pie en la zona de librerías de segunda mano de la ciudad, ya que hablamos de eso... De hecho, tengo muchísimo tiempo sin entrar a cualquier librería. No creo que el coleccionismo de libros valga la pena en la época actual, realmente.

El caso es que la creación literaria me pegó con fuerza, llegando a escribir algunos cuentos sencillo que no vale la pena rescatar. Quería imtar a Lovecraft, que en ese momento era mi ídolo (meh, tenía 15 años). Había conseguido, por fin, mi primer volumen completo del loco de Providence (El Intruso y otros cuentos fantásticos de EDAF), así que tenía inspiración para rato. Sin embargo, comencé a preguntarme qué resultaría si hiciera el intento de probar suerte con la poesía... y quise probarme. Comencé y no me detuve por un espacio de dos años, después de haber escrito una buena cantidad de poemas sencillos. Y bastante, bastante dramáticos. No puedo hablar demasiado de ellos, salvo que son malos y, más bien, eran una forma en la que daba rienda a los sentimientos negativos que a veces llegan con la adolescencia. Todos los adolescentes son dramáticos, de una forma u otra, y cuando eres notablemente más sentimental que el promedio, las cosas se ponen todavía más emocionales de lo que deberían. Conservo casi todos los textos que escribí en este periodo, por lo que puedo leerlos y sentir pena hacia mi yo de 16... Aquí les dejo un ejemplo, compuesto a principios de 2002. Nótese que, a pesar de todos los defectos que pueda tener mi intento de poesía, contaba con un buen vocabulario para un chico de esa edad.


Sonidos de la tarde
(21 de Enero de 2002)

*****

Bello y rosado atardecer...
en el aire vuelan
los sonidos del ayer,
y un grupo de seca hojarasca
cubre la dulce piel
de las cúpulas terrenales,
con una lluvia de cien rosales
y los tristes ecos fantasmales
de las encerradas voces,
sobre el prodigioso lago azul
y las gorgoteantes canciones
de las aves que moran en el abedul.

Hierba verde y danzante
conversa con el viento solitario,
que envuelve al espino rozagante
y tiembla bajo las alas del canario.

En su cénit romántico,
la llanura flameante
rompe los límites de su espesura
y baila, rugiendo al aire,
con su particular y digno arte.
Sobre el vínculo dorado,
la noche espera su llamada
y duerme en ignorada calma,
preparando su etéreo buque
y la hora de cortar amarras.

*****


Por un tiempo dejé la poesía en el olvido. En 2005 me animé a volver a escribir, en lo que yo llamó mi segunda época en cuanto a la experimentación con poemas, siendo también la primera vez que los publiqué en línea. Para entonces, nadie había leído mis ocurrencias (ah, no... me estoy olvidando de que en Junio de 2002 participé en un concurso de poesía en la Prepa. No alcancé ni un maldito lugar, y eso que premiaron a 15. Sí, a eso me refiero con "mala suerte", estilo Charlie Brown). Con el descubrimiento de un sitio llamado Rincón de Poesía (que todavía existe, por increíble que resulte), recibí mis primeros comentarios y lectores. Esta época no duró mucho, sin embargo, y creo que no guardé ninguno de mis trabajos de dicha era... mas no es una pérdida muy grande, la verdad. Al menos, no es una de la que me arrepienta. Escribí poco, pero mi estilo cambió en comparación de lo que producía unos años antes. Esto dio cabida a lo que fue mi tercera época, y quizá la mejor de todas.  


II. It's only words, and words are all I have



Toda mi tercera época de escritura de poesía se dio como miembro de la web Arihua.net. Ya no existe, pero recuerdo que todavía en 2016 podía visitarse. Exactamente diez años antes, yo publiqué en dicha página lo que fueron mis mejores textos poéticos, desde Enero de 2006 hasta Febrero de 2007. Mi nombre de usuario era El Desconocido y, fiel a mi estilo, no solía comentar o participar demasiado en la comunidad... o, más bien, no participaba. Todo lo que hacía era publicar y publicar escritos, alcanzando alrededor de 40. Conseguí algunos lectores asiduos, e inclusive llegaron a preguntarme si tenía libros publicados (sí,  me causó bastante gracia)... supongo que no imaginaban que el "hombre misterioso", ese que ponía cuadros de Magritte como imagen de perfil, era un simple nerd de 20 años.

Textos de Enero de 2007 en Arihua.net.
En cuanto a Arihua.net como sitio, pues... su diseño era muy de su tiempo. Trato de revisarlo con The Wayback Machine, pero carga de manera muy limitada o errática (para Junio de 2006 se pueden ver, como ejemplo, poemas publicados en Enero de 2007. Entre ellos aparece Sol de Escarcha, mi último trabajo que se leyó en el portal. No está disponible, como era de esperarse). Estaba lleno de animaciones en Flash, y había dibujos de mariposas y siluetas de mujer por todas partes. Sólo le faltaban Piolines, Minions (que todavía no existían) y fotos de Chayanne para verse como el clásico perfil de Facebook de señora. Y es raro, puesto que su creadora era una chica joven que se llamaba, precisamente y de acuerdo con le que llegué a leer, "Arihua". Me resultaba claro que toda la página era su vanity project (sin ánimo de ofenderla, pero claramente es lo que era), siendo ella también la administradora máxima. Fueron sus reglas, de hecho, las que terminaron por cerrar mi entonces racha poética: yo no lo sabía, pero si no iniciabas sesión en la web durante 90 días, tu cuenta se borraba automáticamente. Resultó que para Marzo de 2007 yo ya no sentía mucha preocupación hacia mi lado poético (estaba más enfocado en la cuestión escolar, pues había tenido algunos problemas en la universidad), así que dejé pasar un buen tiempo sin acordarme de Arihua.net. La consecuencia de esto fue que perdí mi cuenta y, por lo mismo, casi todos los poemas de mi tercera época... Pude conservar solamente algunos que había impreso, pero muy pocos. Fue algo desafortunado que sí lamenté, en realidad, aunque no había nada que pudiera hacer para resolverla. De lo que fue este periodo poético, les dejo el poema Lluvia. En comparación de lo que escribía a los 16 ó 17 años, adopté un estilo más sencillo... menos "adornado" y que era, más bien, poesía en prosa.


Lluvia
(Marzo de 2006)

*****

Dulce canción de primavera
que llega en las horas del cansado insomnio:
llueve.

Diamantes de belleza helada
y viejos recuerdos de verano;
trozos de cielo gris
que golpean con tristeza
los cristales de mi ventana.

Calles marcadas por el llanto
de los cielos y las horas,
luces de vigilia nocturna
reflejadas en una barcaza perdida
sobre el profundo mar azul
de la memoria;
temores callados
que vagan por las alas
de un pobre navegante.

En el camino solitario
de mi errada existencia,
las lágrimas del cielo
forman estrellas y guijarros
que inundan
el corazón de la noche.

Lluvia...
que golpeas con tristeza
los cristales de mi ventana...
Por lo menos tú me quedas.

*****


Mi cuarta época, y hasta el momento la final (a menos que, por alguna razón, me deje de cosas y decida ponerme creativo de nuevo), se dio de 2009 a 2012. Primero intenté regresar a Rincón de Poesía, publicando cuatro poemas con el seudónimo Gato. El problema fue que en ese momento se estaba dando el plagio de textos en dicha web, y al poco tiempo pude ver que uno de mis poemas ya estaba publicado en otro sitio, adjudicado a un tipo que se había vuelto infame por el robo poético (me acuerdo perfectamente de su nombre, pero no lo voy a mencionar). Al final, caí en un servicio en el que nunca pensé terminar, inclusive en un momento como 2009: DeviantArt... o "DevianTart", que le queda mejor. En dicho portal publiqué un número considerable de poemas, de los que conservé en su mayoría. Perdonarán que no me explaye, pero realmente no hay caso en el hablar de lo que fue ese periodo de casi 3 años en la plataforma. Les dejo uno de los primeros poemas de esta era:


N.
(Abril de 2010)

*****

Estoy sentado
frente al espejo,
escribiéndole una carta al pasado.
La tarde me ha ofrecido
su regazo,
sus manos cálidas
y el acero cortante de la lluvia.

Te veo entre las luces, 
con el agua de tus ojos
opacada por los cristales de luna.

¿Recuerdas al otoño?...
El viento dibujaba sueños entonces.
Las horas se quebraban
con el murmullo del papel
y la verdad oculta de tu rostro.
Te miraba en silencio
-como tú querías-
y rogaba que tus labios
no robaran el abrazo de mis letras.

En vano pedimos un tiempo
de amargura y espera.
En vano buscó mi angustia
una salida entre las puertas
de bronce dejadas por los años,
por los celos,
por el miedo que dejó tu pérdida 
en mi loca conciencia.
(¡Y después de tanto!...
¡De tanto!...)

Hoy estoy sentado 
frente al espejo,
escribiéndole una carta
a ese pasado roto que soñábamos.
Pero ha caído la noche,
y mi corazón desearía
que tú recordaras al otoño,
todavía.

*****


Bien, seguiré dejando por aquí más de mis poemas de cuando en cuando; tengo todavía un buen número de ellos guardados. Algunos respetables, muchos malos... pero no está de más recordarlos, en vez de dejar que se queden para siempre en el olvido. Estamos en ello, camaradas.