Acerca del blog y su autor




I. If you have five seconds to spare...


Bienvenido@, visitante. Si has llegado hasta aquí, ya sea por medio de alguna de las publicaciones o por mera casualidad, es porque seguramente te preguntas de qué va este blog. Bueno… en realidad, no va de nada. Se podría decir que Ir y quedar es un proyecto completamente personal que me sirve como una especie de “terapia” o desahogo, en el que puedo escribir tanto mis recuerdos como puntos de vista sobre diferentes temas (principalmente relacionados con mis aficiones: música, literatura y, ¿por qué no?, juegos de PC).

Había pensado en crear un blog desde 2016, pero siempre dejaba la idea para "más tarde". Digamos que no me decidía a dar el primer paso, creyendo que no valdría mucho la pena hacer un proyecto como este en la época actual. Ahora bien, en los últimos años ocurrieron algunas eventos que me llevaron a decir "hazlo de una vez". A principios del año 2023 me dio la que posiblemente ha sido la peor depresión de mi vida. Los sentimientos de tristeza no me resultan extraños: los he tenido conmigo, de una manera u otra, durante buena parte de mi existencia. Se podría decir que (por herencia o por algún capricho biológico) forman parte de mi personalidad, pero… nada se compara a la forma en que me sentí durante el lapso del que les hablo. 

Lo que fue el periodo de mediados de Febrero a fines de Julio, especialmente entre Marzo y Mayo, me resultó durísimo a nivel anímico. Al momento de escribir estas líneas (Febrero de 2024), no puedo decir que esté completamente recuperado en la cuestión emocional, pero al menos el panorama se ve… un tanto mejor. Y es que, a decir verdad, era cuestión de tiempo para que llegara un rebote. Las cosas no han sido fáciles desde 2020 a la fecha, empezando porque a fines de dicho año falleció mi madre, por un cáncer que se la llevó demasiado rápido... Como es sabido, ese año miserable tampoco fue muy placentero para el resto del mundo, al grado de que muchas personas quisieran olvidarlo: negar que existió. 

El caso es que, en lugar de dejarme llevar por esa temporada depresiva (que se antojaba interminable mientras la sufría) y los sentimientos negativos/autodestructivos que me trajo, decidí que ya era momento de hacer realidad aquello que había relegado como simples planes durante años, y que no podía seguirme deteniendo por mera inseguridad y el "qué dirán". El tiempo pasa: nos hacemos viejos y perdemos a las personas y las cosas que nos son profundamente queridas... y esto puede ocurrir de la noche a la mañana, sin advertencia de por medio. El mundo deja de ser aquel mundo que conocimos en nuestra infancia y adolescencia, acomodándose para una nueva generación que quizá no comprendemos, o que no nos agrada particularmente. Cuando estamos más jóvenes nos decimos que esto jamás nos pasará a nosotros... pero, tarde o temprano, nos pasa. Entonces nos damos cuenta de que no es posible seguir nada más contemplando la forma en la que la vida se mueve, dejándonos muy atrás y con las manos vacías. No quise seguir en la depresión... sino que, como respuesta, elegí el camino de Ir y quedar. Y tú, desde el simple hecho de leer estas líneas, ya eres parte de esa jornada.


II. Twenty years of boredom



"¡Ya hay Internet para computadora!"
Haciendo un poco de historia personal, he navegado por Internet desde 1999, cortesía del sencillo módem de 56k con el que contaba la primera computadora de la familia (una Alaska. Los visitantes de México, particularmente aquellos de Nuevo León, sabrán perfectamente de lo que hablo. Ese "sencillo módem" tronó a los dos años, por cierto, dejándonos sin conexión por un par de meses). Desde entonces, e independientemente de que me haya gustado o no, he tenido la oportunidad de ver de primera mano muchos de los cambios en la forma en que se maneja la cuestión de la "red de redes" (término antiguo, poco agradable). Mi época comenzó desde las páginas personales de Geocities/Lycos/Xoom, los juegos en Flash de Newgrounds y StickDeath, el mIRC y el ICQ (ese era más del estilo de mi hermana, mientras que yo prefería el mIRC y el canal de Doom Hispano), los foros, las páginas con passwords para entrar a los sitios XXX de paga, el Napster y, poco más tarde, Audiogalaxy y WinMx… hasta el nacimiento de los blogs (que recuerdo haber visto, como novedad, en algún punto de 2002), las primeras redes sociales y el uso de los teléfonos para navegar. Esto último ha crecido tanto que, por más raro que podría haber sonado hace dos décadas, hay personas que jamás han utilizado Internet en una PC. Ese momento de The Simpsons en el que Homero se asombra de que exista Internet para computadora se antojaba como una broma en 1998. Más de 25 años después, sin embargo, el chiste se ha convertido en una realidad.

En aquella época era un poco difícil llamar la atención, pero no faltaban las herramientas para ello. En mi caso, no me mantuve necesariamente quieto y participé en algunos proyectos web que fueron bastante dispares entre sí. Por ejemplo: de 1999 a 2003 formé parte de la comunidad hispana de DooM (sí, el del 93), siendo principalmente mapero (de poca fama... y de poca calidad, para decirlo como fue. Mis niveles, que eran bastante cuadrados y carentes de complejidad técnica, se perdieron. Hay uno que anda todavía por ahí, lamentablemente. Perdonarán que no les dé muchos detalles, pero no creo que tengan importancia después de tantos años) y, a falta de una mejor palabra, metiche. También tuve páginas personales dedicadas a la literatura de H. P. Lovecraft (mi ídolo personal en tales ayeres, cuando pensaba que un tipo como yo podría escribir cuentos. Le perdí casi toda mi admiración con los años), otra sobre un personaje animado del que fui fanático y, ya para 2008, bloguero musical por un espacio de cerca de 4 años. En dicha faceta tuve dos proyectos que lograron ganar cierto éxito, pero que al final se terminaron por diferentes razones (tiempo, falta de interés... o simple necesidad de crear "algo" nuevo, de lo que no tenía mucha idea). 

Desde entonces, y hasta hoy, no había tenido absolutamente ninguna presencia en línea… vaya: ni siquiera redes sociales. No cuento con Facebook (a fines de 2024, por ciertos motivo, he hecho un perfil. Pero no tiene importancia), Twitter (o "Twatter", que le queda más. Bueno, bueno: X. Musk y sus ideas), Instagram, cuenta de Reddit, ni nada que se le parezca. Tampoco suelo comentar en las infames imageboards anónimas (ya saben a cuáles me refiero. Si vienes de ahí, lo más probable es que seas 20 años menor que yo, hijo mío). Más allá de mi cuenta de Steam (en la que llegué a publicar algunas reseñas menores… y muchos, muchos comentarios que, más bien, eran reseñas en miniatura), mi actividad en línea se redujo a observar, a ser un “lurker” por más de una década. Con Ir y quedar, he decidido volver a tener un poco de actividad que pueda ser remotamente calificada como "productiva".


III. Estas son las cosas / que me hacen olvidar...


Pero, ¿un blog? ¿En pleno 2024, cuando tenemos grupos de Facebook y Telegram? ¿Cuando la inteligencia artificial nos permite discutir horas y horas sobre temas sin importancia en ChatGPT? Pues… sí. Ya sé que es algo pasado de moda, y que Ir y quedar fácilmente puede ser visto como un anacronismo en la terrible y confusa década de 2020, cuando casi todos quienes buscan “decir algo” se graban a sí mismos para aparecer en YouTube o TikTok. Yo no quería eso… en primera, porque el panorama ya está saturadísimo. Cualquiera con un teléfono puede convertirse en líder de opinión o figura de alta  importancia. Y, en segunda, porque creo que debemos retomar un poco la costumbre de la lectura. Mucha de la gente que pasa su tiempo en línea se ha acostumbrado a los mensajes cortos de Twitter/X, o a leer los encabezados de Milenio para calentarse y publicar comentarios llenos de ira... lo que no tiene caso y sólo termina por ser dañino. 

No: yo no tenía ninguna intención de formar parte de ese grupo, sino que quería hacer las cosas completamente a mi manera, sin influencia de nada ni de nadie. Dado que siempre me ha gustado más expresarme por escrito que en la cuestión hablada, y a que me gusta explayarme (no creo que se note mucho. Eso fue sarcasmo), era natural que eligiera un blog para este nuevo proyecto... Además, sitios como Tumblr no van para nada con mi estilo (ya estoy muy viejo como para andar con los problemas mentales o emocionales que muestra el usuario promedio de Dumblr). Tampoco quería someterme a las reglas Orwellianas de Facebook, y la brevedad de Twitter no me parecía atractiva en lo más mínimo. Considerando que ya tenía experiencia previa con Blogspot y WordPress, la respuesta era simple.

Ahora bien, ¿cuál es el plan que tengo para el blog? Una frase: que dure lo que tenga que durar. Quiero tener por lo menos un proyecto duradero, del que pueda decir que no lo abandoné por "x" causa, sea la falta de tiempo, interés o disciplina que ya he usado como lamentables excusas en mis trabajos previos, fallidos. El proyecto apenas está comenzando, por lo que es muy pronto para hacer planes a largo plazo. Pero, honestamente, le tengo fe. Le tengo fe y quiero que tenga una larga vida. Quizá en el futuro la cosa pueda irse a mayores y consiga un dominio. Pero, ya que estamos en eso, hay algo que también me gustaría dejar en claro: el objetivo del blog no es buscar fama ni éxito

Todo lo que quiero es hablar de mis recuerdos, de aquello que me gusta y me hace llevadera la vida. No tengo planes de ganar dinero con este proyecto (si llega, bien. Si no, también) o de que mi nombre se vuelva conocido (de hecho creo que no me gustaría, si es que llegara a pasar. No se me da la atención excesiva). No soy un YouTuber haciendo "videoensayos" de media hora sobre alguna serie de cuestionable calidad, y mucho menos un influencer que busca cenar gratis a cambio de una mención: soy sólo un tipo que quiere escribir a manera de terapia personal, y que está dispuesto a darle la bienvenida a todo el que quiera darse un momento para leerlo. Ya sea que vengas de paso, o te vuelvas un visitante regular, concéntrate en pasarla bien... y espero que puedas disfrutar mis líneas, bien o mal (por cierto: el diseño tan anticuado de Ir y quedar está hecho a propósito. Había elegido uno más moderno y estilizado... pero al final me fui por uno que tenía el sabor de mediados de los 2000. Fue una de las razones por las que elegí Blogpost en lugar de Wordpress).

En fin… para dar más detalles sobre mi persona, si es que te interesa conocerlos por alguna razón, te diré que puedes llamarme Catz. El nombre tiene su historia, la cual no creo que valga mucho la pena contar aquí. Basta y sobra decir que lo he utilizado desde hace 15 años, y que me sigue representando de manera perfecta. Aunque creo que el doxxing es algo a lo que eventualmente voy a arriesgarme al terminar hablando de más, esa es la manera en la que me puedes identificar por ahora. Soy de Monterrey, México, por lo que muchos de los tema que trataé en el blog estarán relacionados de una forma u otra con mi ciudad (todo mundo me dice que no tengo acento de Monterrey. Que no pueden precisar de dónde es mi acento, pero que no suena "regio"... a pesar de que nací y he pasado toda mi vida en esta tierra norteña). Si con lo que he dicho antes no has logrado determinar mi edad, pondré el asunto más específico al mencionar que nací justo a la mitad de la década de 1980. "El tipo ya está viejo", estás diciendo ahora. Pues sí. Lo mismo te pasará a ti, no te preocupes.

¿Algo más? Mmm... bueno, no acostumbro ir al cine, no tengo Netflix o similares (trabajé para Netflix durante una mala época. Pero eso se los cuento más tarde...), no veo series de TV, programas o caricaturas modernas (salvo contadísimas excepciones). A nivel más personal, soy abstemio, no fumo y mucho menos me voy por el uso de drogas "recreativas" o medicinales. Mitad falta de interés, mitad elección voluntaria. Hace años que le perdí el gusto a los cómics, casi no miro las noticias y, en general, no me entero mucho de las modas o demás tonterías virales que se dan en esta época que nos ha tocado vivir, fuera de uno que otro juego de PC. Llámame excéntrico, llámame aburrido o como quieras… ¿qué le vamos a hacer?

No se me olvida: si por algún motivo deseas contactarme, deja un comentario exponiendo lo que necesites. Actualmente, hablando ya casi en 2025, tengo un perfil de Facebook que casi no uso, pero puedes intentarlo. O, de otra forma, búscame a la antigua:

iryquedar@proton.me 


IV. Agradecimientos y Dedicatorias especiales



Y, claro, también hay varias personas a las que quiero agradecer por su apoyo o influencia para la creación de Ir y quedar… o, simplemente, porque han sido de mucha importancia para el autor de este proyecto mamilas:

- A la memoria de mi madre, L. M., quien estoy seguro de que hubiera tenido unas buenas risas con la falta de sentido, estructura y objetivo del blog. Pero ya sabía cómo se las gastaba su hijo menor, y era paciente siempre que empezaba a desvariar sobre tener mi propio "espacio"...

- A Luke, quien siempre (desde 2001, con algunas pausas en las que no supimos ni del uno ni del otro) se toma un poco de tiempo para leer mis estupideces y opinar sobre ellas. Es cierto cuando te dicen que a los mejores amigos los encuentras en la Prepa.

- A mi hermana, L., de quien puedo decir lo mismo que de Luke… salvo que le resulta un poco más difícil librarse de mí, puesto que somos familia. Y le pido una disculpa, porque voy a mencionarla mucho en el blog como parte de mis recuerdos en general.

- A Jaime Almeida y Herbé Pompeyo, a quienes no tuve la suerte de conocer en persona, pero cuyo enorme y genuino amor por la música me fue de mucha inspiración. Ambos me demostraron que toda canción tiene una historia... la cual puede ser breve y sencilla, o extensa y compleja. Los considero como mis dos principales maestros en la cuestión musical, y estoy seguro de que no sería un melómano tan apasionado si nunca hubiera tenido la suerte de escucharlos. 

- A los comediantes del norte de México. Sin embargo, mi agradecimiento va principalmente para dos de ellos: Charly Rodríguez, mejor conocido como Chaironman… y, por supuesto, el máster Rogelio Ramos. Sus videos y transmisiones en vivo me han levantado el ánimo en muchas ocasiones, cuando siento que ya todo se está yendo al carajo. Yo no era de ver comediantes, pero todos llegaron justo cuando más necesitaba del apoyo del humor.

A los amigos y colegas que se perdieron, como ShavattSilvoThe Unnamable y Al. Lamento mucho haber perdido la amistad de Al, especialmente. Aunque teníamos nuestros conflictos y éramos totalmente opuestos en muchos aspectos, fue un gran amigo. Siempre me he arrepentido de que no hiciéramos algún proyecto juntos... y es que, precisamente por esas diferencias de las que hablo, nuestras personalidades se complementaban de manera excelente. No sé en dónde podrá estar, ni cómo: hace seis años que no hablamos... y, bueno, ocho que comenzó el distanciamiento... pero definitivamente que me gustaría volver a esos viejos tiempos, ahora quizá perdidos para siempre.

- A Sonia Holleyman, creadora de Mona the Vampire. Mona es un personaje que tiene mucha importancia sentimental para mí desde hace 23 años (y contando). Decidí adoptarla como uno de los dos "símbolos" del blog, a manera de homenaje. Ya llegará el momento en el que hable de ella, dedicándole un extenso artículo que he estado preparando (al 1 de Octubre de 2024, dicho artículo ya está en línea).

- A Cristina Hernández y Carmen Ambrós, a quienes siempre voy a considerar como mis dos voces favoritas de Mona: la que quedaba perfecta para el personaje (en mi opinión) y la más tierna, respectivamente.

- A Luna Lovegood y, por tanto, Evanna Lynch. Debo aclarar que no soy (para nada) fanático del mundo de Harry Potter. No me parece bueno, atractivo o por lo menos coherente (bajen sus armas... digo, sus varitas. No a todos nos puede gustar lo mismo. Es como piña en la pizza, o mostaza en el sandwich), y no le tengo demasiada simpatía a su creadora a nivel personal. Sé que todo lo que diga podrá ser usado en mi contra, así que me abstendré de hacer más comentarios que puedan despertar animosidad. Sin embargo, Luna es un personaje con el que terminé encariñándome mucho con el paso del tiempo. Así que, al igual que con Monala he adoptado como el segundo símbolo de Ir y quedar (sue me, Rowling). 

Ya que hablamos de eso, diría que Luna y Mona son dos personajes muy similares entre sí. Imaginativas, sin miedo a ser ellas mismas o a que las juzguen por ese motivo, inteligentes, analíticas... absolutamente convencidas de la existencia de monstruos y criaturas mágicas que son producto de su capacidad para la fantasía. Ambas tienen poco interés en lo que pueda ocurrir fuera de su particular manera de ver el mundo; la gran diferencia entre las dos pequeñas excéntricas es que una es bastante extrovertida y, por describirla de la mejor manera, voluntariosa... mientras que la otra es claramente introvertida y relajada. Creo que se entenderían/complementarían muy bien si pertenecieran al mismo universo, o si fueran personas reales. No es de sorprender que ambas me gusten...

- A ti, seas quien seas, si te has tomado la molestia de leer todo lo anterior, independientemente de lo que estés pensando ahora mismo. Ya sea que creas que soy un nostálgico que  no acepta la época actual, un boomer en sus treinta, un tipo raro con tiempo libre, un pobre loco o un genio (sí, puede ser... ¿no?), se agradece.

V. Ausencia



Y, si acaso te preguntas el motivo del nombre del blog, la respuesta es muy simple. Ir y quedar es referencia a uno de los sonetos más conocidos de Lope de Vega. Dicho poema, en un principio sin título, frecuentemente puede ser encontrado con el nombre Ir y quedarse o Ir y quedarse, y con quedar partirse, citando la primera línea del texto. Ahora bien: no pude bautizar al blog de esta manera debido a que otro usuario, muchos años atrás, me ganó el enlace de "iryquedarse" (para uno de esos blogs, bastante típicos, que nunca reciben actualizaciones, y mucho menos algún diseño formal). Como no quería abandonar el título que ya tenía pensado por un buen tiempo, decidí optar por un pequeño cambio. Y, para eso, me apoyé en la música.

El cantautor vasco Imanol Larzabal (1947 - 2004) realizó la adaptación musical del soneto de Lope de Vega con el nombre Ausencia, obteniendo resultados que sólo puedo calificar de geniales. Yo conocí el poema, precisamente, gracias al tema de Imanol; la letra me impresionó muchísimo... y claro: no fue una sorpresa el saber que eran las palabras de un maestro literario del Siglo de Oro español. La canción tiene algunos cambios menores en cuanto al soneto original, lo que seguramente fue hecho para mejorar su ritmo y que resultara más sencillo acoplar la letra con la música. 

El principal cambio es que, en lugar del "Ir y quedarse" escrito por Lope de Vega, en Ausencia quedó como "Ir y quedar". Esa fue la clave para el nombre del blog. Ya que no podría dejar "Ir y quedarse", opté por hacer como Imanol e irme por el camino de Ir y quedar (luego me enteré de que otra persona ya había utilizado ese nombre para su blog, en una plataforma distinta y sin relación alguna con mi proyecto. Nada que ver, de hecho: su Ir y quedar no podría más opuesto al mío, tanto en estilo como en temática. El suyo es más, em... grotesco. Con todo, ya era un poco tarde para hacer cambios... y, bueno, siendo que el blog del que les hablo no tiene actividad desde 2017, juzgo que la coincidencia de título no importa mucho). Así que, para cerrar este laaargo texto de "introducción", les dejo el soneto de Lope y su versión musical, a cargo de Imanol Larzabal. Creo que, fácilmente, lo puedo considerar como el tema del blog...


***

Ir y quedarse, y con quedar partirse,
partir sin alma, y ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;

arder como la vela y consumirse,
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;

hablar entre las mudas soledades,
pedir prestada sobre fe paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;

creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma, y en la vida infierno.

***


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Monterrey, México
Febrero de 2024