lunes, 29 de abril de 2024

La poesía del número 13

Escritura nocturna de poemas, circa 2002.

Pues ha llegado el momento de publicar la entrada número 13 del blog. En cierta forma, esto carecería de importancia, si no fuera por el hecho de que una enorme cantidad de personas (culturas enteras, más bien) consideran que este pequeño número es de muy mala suerte. Se le adjudica una especie de relevancia cabalística que nunca puede llevar a resultados favorables, cayendo en el extremo de que algunos edificios suprimen por completo el piso 13, o simplemente lo dejan en el más puro abandono... parte superstición, parte precaución, imagino. Y supongo que, de hacerle caso a quienes califican a este dígito infame como un símbolo de mal agüero, el  blog comenzó con el pie izquierdo, puesto que tuvo su "gran apertura" el día 13 de Febrero (una fecha que, por motivos personales, me resultaba de suma importancia para arrancar este proyecto). 

Ahora bien, ¿debería dejarme llevar por las creencias populares e ignorar el hecho de que el post número 13 de Ir y quedar llegaría alguna vez? Nah. No creo que sea lo correcto. Y no es que sea un tipo muy racional o lógico (para nada), sino que mi punto de vista puede tacharse de cínico: ¿qué es lo peor que podría pasar? Nunca me he considerado a mí mismo como un hombre con buena suerte, sino todo lo contrario (ahora sí que, como cantaban Los Piccolinos: "¿a quién le puede pasar? Sólo a mí, sólo a mí..."). Considerando lo anterior, ¿es en realidad esta caótica cifra tan mala, o estamos hablando de un miedo igual de absurdo que el que mucha gente le tiene a los gatos negros, esas pequeñas panteras que los verdaderos amantes de los felinos adoramos? No soy quién para juzgar, ni tengo tantos conocimientos de aspectos sobrenaturales (vaya) que pudieran servirme para hablarles largamente sobre la importancia, a nivel esotérico, de la unión del 1 con el 3... pero sí que puedo decidir cómo tratar de la mejor manera la existencia de una entrada que, guiándonos por el orden de sus dígitos, sería motivo suficiente para despertar nerviosismo en muchos redactores. Buscando un método casero para "exorcizar los demonios", será buena idea hablar un poco sobre poesía. Específicamente, mí poesía.... bueno: si se le puede llamar así a las mezclas de palabras que solía componer hace años. Vamos allá.

I. My poetry was lousy, you said...

 

Siempre he dicho que, como escritor de poemas (usaré dicho término en lugar de "poeta". Soy muy honesto al decir que no sé si puedo calificarme a mí mismo como poeta. La palabra implica un dominio del arte, algo que yo jamás alcancé), tuve cuatro diferentes épocas. La primera de ellas fue entre 2001 y 2003, cuando apenas experimentaba un poco con la cuestión poética. En ese tiempo me interesaba más la creación de cuentos, sin embargo, puesto que fue el momento en el que realmente descubrí la genialidad de libros que guardaba la biblioteca familiar (casi todos comprados por mi padre desde la década de 1960). Ya desde antes disfrutaba leyendo algunos tomos que yo mismo había elegido, como las Narraciones Extraordinarias de Poe, o el tercer tomo de Aventuras de Sherlock Holmes de Editorial Porrúa (parte de la colección "Sepán Cuántos..."). Era una mezcolanza de las primeras historias escritas por Conan Doyle, junto con todos los cuentos de The Case-Book of Sherlock Holmes. Todos los libros con los relatos del personaje que se publicaron bajo el sello de Porrúa eran un tutti-frutti, pero no estaban mal. Por cierto que este volumen lo compré usado en la famosísima Librería Cerda (el 5 de Mayo de 1999. Hablo de Monterrey, por supuesto), a un precio más caro del que me hubiera salido nuevo. Tenía la idea de que los libros de Holmes eran "muy difíciles" de encontrar -no sé de dónde saqué esa estupidez-, por lo que no tuve la precaución de buscar primero en la Castillo o Iztaccíhuatl. Hace años que no pongo un pie en la zona de librerías de segunda mano de la ciudad, ya que hablamos de eso... De hecho, tengo muchísimo tiempo sin entrar a cualquier librería. No creo que el coleccionismo de libros valga la pena en la época actual, realmente.

El caso es que la creación literaria me pegó con fuerza, llegando a escribir algunos cuentos sencillo que no vale la pena rescatar. Quería imtar a Lovecraft, que en ese momento era mi ídolo (meh, tenía 15 años). Había conseguido, por fin, mi primer volumen completo del loco de Providence (El Intruso y otros cuentos fantásticos de EDAF), así que tenía inspiración para rato. Sin embargo, comencé a preguntarme qué resultaría si hiciera el intento de probar suerte con la poesía... y quise probarme. Comencé y no me detuve por un espacio de dos años, después de haber escrito una buena cantidad de poemas sencillos. Y bastante, bastante dramáticos. No puedo hablar demasiado de ellos, salvo que son malos y, más bien, eran una forma en la que daba rienda a los sentimientos negativos que a veces llegan con la adolescencia. Todos los adolescentes son dramáticos, de una forma u otra, y cuando eres notablemente más sentimental que el promedio, las cosas se ponen todavía más emocionales de lo que deberían. Conservo casi todos los textos que escribí en este periodo, por lo que puedo leerlos y sentir pena hacia mi yo de 16... Aquí les dejo un ejemplo, compuesto a principios de 2002. Nótese que, a pesar de todos los defectos que pueda tener mi intento de poesía, contaba con un buen vocabulario para un chico de esa edad.


Sonidos de la tarde
(21 de Enero de 2002)

*****

Bello y rosado atardecer...
en el aire vuelan
los sonidos del ayer,
y un grupo de seca hojarasca
cubre la dulce piel
de las cúpulas terrenales,
con una lluvia de cien rosales
y los tristes ecos fantasmales
de las encerradas voces,
sobre el prodigioso lago azul
y las gorgoteantes canciones
de las aves que moran en el abedul.

Hierba verde y danzante
conversa con el viento solitario,
que envuelve al espino rozagante
y tiembla bajo las alas del canario.

En su cénit romántico,
la llanura flameante
rompe los límites de su espesura
y baila, rugiendo al aire,
con su particular y digno arte.
Sobre el vínculo dorado,
la noche espera su llamada
y duerme en ignorada calma,
preparando su etéreo buque
y la hora de cortar amarras.

*****


Por un tiempo dejé la poesía en el olvido. En 2005 me animé a volver a escribir, en lo que yo llamó mi segunda época en cuanto a la experimentación con poemas, siendo también la primera vez que los publiqué en línea. Para entonces, nadie había leído mis ocurrencias (ah, no... me estoy olvidando de que en Junio de 2002 participé en un concurso de poesía en la Prepa. No alcancé ni un maldito lugar, y eso que premiaron a 15. Sí, a eso me refiero con "mala suerte", estilo Charlie Brown). Con el descubrimiento de un sitio llamado Rincón de Poesía (que todavía existe, por increíble que resulte), recibí mis primeros comentarios y lectores. Esta época no duró mucho, sin embargo, y creo que no guardé ninguno de mis trabajos de dicha era... mas no es una pérdida muy grande, la verdad. Al menos, no es una de la que me arrepienta. Escribí poco, pero mi estilo cambió en comparación de lo que producía unos años antes. Esto dio cabida a lo que fue mi tercera época, y quizá la mejor de todas.  


II. It's only words, and words are all I have



Toda mi tercera época de escritura de poesía se dio como miembro de la web Arihua.net. Ya no existe, pero recuerdo que todavía en 2016 podía visitarse. Exactamente diez años antes, yo publiqué en dicha página lo que fueron mis mejores textos poéticos, desde Enero de 2006 hasta Febrero de 2007. Mi nombre de usuario era El Desconocido y, fiel a mi estilo, no solía comentar o participar demasiado en la comunidad... o, más bien, no participaba. Todo lo que hacía era publicar y publicar escritos, alcanzando alrededor de 40. Conseguí algunos lectores asiduos, e inclusive llegaron a preguntarme si tenía libros publicados (sí,  me causó bastante gracia)... supongo que no imaginaban que el "hombre misterioso", ese que ponía cuadros de Magritte como imagen de perfil, era un simple nerd de 20 años.

Textos de Enero de 2007 en Arihua.net.
En cuanto a Arihua.net como sitio, pues... su diseño era muy de su tiempo. Trato de revisarlo con The Wayback Machine, pero carga de manera muy limitada o errática (para Junio de 2006 se pueden ver, como ejemplo, poemas publicados en Enero de 2007. Entre ellos aparece Sol de Escarcha, mi último trabajo que se leyó en el portal. No está disponible, como era de esperarse). Estaba lleno de animaciones en Flash, y había dibujos de mariposas y siluetas de mujer por todas partes. Sólo le faltaban Piolines, Minions (que todavía no existían) y fotos de Chayanne para verse como el clásico perfil de Facebook de señora. Y es raro, puesto que su creadora era una chica joven que se llamaba, precisamente y de acuerdo con le que llegué a leer, "Arihua". Me resultaba claro que toda la página era su vanity project (sin ánimo de ofenderla, pero claramente es lo que era), siendo ella también la administradora máxima. Fueron sus reglas, de hecho, las que terminaron por cerrar mi entonces racha poética: yo no lo sabía, pero si no iniciabas sesión en la web durante 90 días, tu cuenta se borraba automáticamente. Resultó que para Marzo de 2007 yo ya no sentía mucha preocupación hacia mi lado poético (estaba más enfocado en la cuestión escolar, pues había tenido algunos problemas en la universidad), así que dejé pasar un buen tiempo sin acordarme de Arihua.net. La consecuencia de esto fue que perdí mi cuenta y, por lo mismo, casi todos los poemas de mi tercera época... Pude conservar solamente algunos que había impreso, pero muy pocos. Fue algo desafortunado que sí lamenté, en realidad, aunque no había nada que pudiera hacer para resolverla. De lo que fue este periodo poético, les dejo el poema Lluvia. En comparación de lo que escribía a los 16 ó 17 años, adopté un estilo más sencillo... menos "adornado" y que era, más bien, poesía en prosa.


Lluvia
(Marzo de 2006)

*****

Dulce canción de primavera
que llega en las horas del cansado insomnio:
llueve.

Diamantes de belleza helada
y viejos recuerdos de verano;
trozos de cielo gris
que golpean con tristeza
los cristales de mi ventana.

Calles marcadas por el llanto
de los cielos y las horas,
luces de vigilia nocturna
reflejadas en una barcaza perdida
sobre el profundo mar azul
de la memoria;
temores callados
que vagan por las alas
de un pobre navegante.

En el camino solitario
de mi errada existencia,
las lágrimas del cielo
forman estrellas y guijarros
que inundan
el corazón de la noche.

Lluvia...
que golpeas con tristeza
los cristales de mi ventana...
Por lo menos tú me quedas.

*****


Mi cuarta época, y hasta el momento la final (a menos que, por alguna razón, me deje de cosas y decida ponerme creativo de nuevo), se dio de 2009 a 2012. Primero intenté regresar a Rincón de Poesía, publicando cuatro poemas con el seudónimo Gato. El problema fue que en ese momento se estaba dando el plagio de textos en dicha web, y al poco tiempo pude ver que uno de mis poemas ya estaba publicado en otro sitio, adjudicado a un tipo que se había vuelto infame por el robo poético (me acuerdo perfectamente de su nombre, pero no lo voy a mencionar). Al final, caí en un servicio en el que nunca pensé terminar, inclusive en un momento como 2009: DeviantArt... o "DevianTart", que le queda mejor. En dicho portal publiqué un número considerable de poemas, de los que conservé en su mayoría. Perdonarán que no me explaye, pero realmente no hay caso en el hablar de lo que fue ese periodo de casi 3 años en la plataforma. Les dejo uno de los primeros poemas de esta era:


N.
(Abril de 2010)

*****

Estoy sentado
frente al espejo,
escribiéndole una carta al pasado.
La tarde me ha ofrecido
su regazo,
sus manos cálidas
y el acero cortante de la lluvia.

Te veo entre las luces, 
con el agua de tus ojos
opacada por los cristales de luna.

¿Recuerdas al otoño?...
El viento dibujaba sueños entonces.
Las horas se quebraban
con el murmullo del papel
y la verdad oculta de tu rostro.
Te miraba en silencio
-como tú querías-
y rogaba que tus labios
no robaran el abrazo de mis letras.

En vano pedimos un tiempo
de amargura y espera.
En vano buscó mi angustia
una salida entre las puertas
de bronce dejadas por los años,
por los celos,
por el miedo que dejó tu pérdida 
en mi loca conciencia.
(¡Y después de tanto!...
¡De tanto!...)

Hoy estoy sentado 
frente al espejo,
escribiéndole una carta
a ese pasado roto que soñábamos.
Pero ha caído la noche,
y mi corazón desearía
que tú recordaras al otoño,
todavía.

*****


Bien, seguiré dejando por aquí más de mis poemas de cuando en cuando; tengo todavía un buen número de ellos guardados. Algunos respetables, muchos malos... pero no está de más recordarlos, en vez de dejar que se queden para siempre en el olvido. Estamos en ello, camaradas.

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