miércoles, 8 de mayo de 2024

A veces, simplemente hay que atreverse

Soon we'll be shipbuilding.
Podrá sonar como algo que carece de la menor importancia en el, vamos a llamarle, "gran orden de las cosas", pero hace un par de días cambié el disipador para la CPU de mi computadora de Escritorio. Sí: es un pequeño movimiento técnico que resulta simple para el que sabe lo que está haciendo... ahora bien, y a pesar de que estoy a unos días de cumplir 25 años como usuario de computadoras (el primer equipo de la familia se compró el 10 de Mayo de 1999, fecha que recuerdo a la perfección), hace unos pocos meses no me hubiera atrevido a realizar algo como esto.

¿Por qué?, se preguntarán ustedes. Pues... por simple inseguridad. Por dudar de mis propias capacidades. No se puede describir de otra forma. Durante un buen tiempo, mis habilidades técnicas en cuanto a informática se limitaban a software... y, a decir verdad, hasta 2015 no me había molestado en hacer un proceso tan básico como lo es un reformateo. Con el paso de los años comencé a aprender más detalles, pasando por experimentar con diferentes sistemas operativos, como Linux y sus distros (Ubuntu, Zorin OS, LubuntuPop!_OS, Manjaro... decidiéndome por Mint Xfce, la cual dejé instalada en una mis laptops) o FreeBSD, para finalmente poder instalar y reinstalar Windows en sus diferentes versiones de manera rutinaria. Todavía en 2018, sin embargo, dependía de técnicos para realizar algunos cambios en el hardware, los cuales simplemente no me atrevía a hacer por mí mismo. Pero las cosas iban a cambiar, me gustaran o no.


I. It's understood, we'll do or die

 

Pasé de Noviembre de 2012 a Octubre de 2023 con el mismo equipo de Escritorio: un procesador Intel i7-3770, emparejado con una tarjeta de video GeForce GTX 970 (comprada en Octubre de 2014). Como hace años tenía mucho interés por los juegos de tipo AAA, era un equipo pensado específicamente para servir como computadora gamer. Ahora bien, para principios de 2023 comencé a preguntarme si valía la pena actualizarme con un equipo que tomara el papel del equivalente moderno de mi vieja PC, la cual temía que pudiera fallar en cualquier momento debido a su edad. El panorama de los videojuegos en general tiene unos tres o cuatro años que no me entusiasma tanto (¿hay juegos AAA que valgan la pena? Pues... el remake de Alone in the Dark se ve llamativo. Mi época en la que me apresuraba a comprar el último Call of Duty, sin embargo, se acabó con Advanced Warfare. Ahora difícilmente pago más de 250 MX por cualquier juego), teniendo ya la preferencia de buscar títulos indie orientados al estilo Metroidvania (Blasphemous es un ejemplo excelente. Ya le escribiré su artículo) o a los mal llamados "Boomer Shooters" (a los que sería más apropiado llamar "Gen X Shooters", si nos ponemos técnicos. Quiero hablar de algunos de ellos, por cierto. Le he estado dedicando tiempo a los dos Forgive Me Father desde Marzo. El primero no está mal... El segundo, por otro lado, me parece estupendo). Por ello es que dudaba que valiera la pena gastar en un equipo muy sofisticado, llegando inclusive a pensar en adquirir un Steam Deck. La costumbre pudo más, y en Septiembre del año pasado me fui por lo clásico: AMD Ryzen 5 5600xRTX 3060 12 Gb. Un equipo modesto, para un usuario que ya puede recibir el mismo calificativo.

¿El problema? Pues que la tienda, en lugar de seguir la instrucción de que el equipo debía entregarse armado, me enviaron por separado cada una de las piezas que había elegido (he sido cliente de PCEL desde 2003. En estas dos décadas, a veces me han sorprendido por la calidad de su servicio... en otras, bueno: no sé en qué están pensando). La idea de la tienda era ofrecerme el ensamblado una vez que todas las piezas de la computadora hubieran llegado a mi casa. No era un mal plan, pero... no me gustaba. Comencé a preguntarme si valdría la pena dejar mis temores e inseguridades a un lado, para lanzarme a armar la computadora desde cero. Mi experiencia en hardware hasta ese momento consistía en un cambio de PSU (lo cual tuve que hacer en Julio de 2020, cuando casi todos los negocios estaban cerrados), además de reemplazar la RAM y los discos duros de dos de mis laptops. Pero, por algún motivo, sentí que ya era tiempo de irme a la grande.

Blasphemous: mi juego de cabecera en 2019 y 2020.
En fin: con ayuda de los numerosos tutoriales disponibles en YouTube, sentido común y "prueba y error", mi equipo de Escritorio quedó listo, con Windows 11 (Picotazo de KMS, claro). Es la primera computadora que he armado en 25 años de usuario de PC, y espero que no sea la última (meh, no creo vivir tanto). Cometí errores, sin embargo. Tuve varios problemas para instalar correctamente el disipador de la CPU. Este detalle fue el manchón negro de lo que, de otra forma, se podría haber considerado como un build casi perfecto, puesto que noté que el procesador estaba alcanzando algunas temperaturas preocupantes para la temporada de Otoño. Nunca sabré si esto fue porque instalé mal el disipador de stock, o si fue porque éste no tenía la potencia suficiente como para refrescar al procesador. Todo lo que sabía es que tenía que cambiarlo, pudiendo esperar hasta la llegada de las primeras temperaturas altas de Abril y Mayo.

Pensando que todo había sido culpa mía por, quizá, haber hecho las cosas mal al colocar el disipador y, temiendo repetir mis equivocaciones, quise dejarle el trabajo a los "profesionales". Conseguí un Thermalright Peerless Assassin 120 SE a buen precio y comencé a buscar un técnico que pudiera apoyarme con el cambio. Era solo un pequeño ajuste, después de todo... Pero el plan dejó de parecerme atractivo cuando me dieron sus presupuestos. Uno de esos pros quería cobrarme 600 MXN (35 USD, al día de hoy), mientras que otro (al que consulté pensando que me ofrecería un mejor acuerdo) se fue a 800 MXN. Vamos: eso lo veo razonable para armar un equipo nuevo desde cero. Pero, ¿instalar el disipador de una CPU? ¿En serio? ¿Casi 1,000 pesos por un movimiento que no puede llevarle más de 15 minutos a alguien con experiencia? Digamos que me salió lo regiomontano, no queriendo pagar ninguna de las cantidades que me pedían... y se podría decir que me picó el orgullo. "Ya armaste una computadora desde cero", me dije. "¿Cómo diablos no vas a poder con un maldito abanico?".

Forgive me Father, de lo mejor de los Boomer Shooters.
Me decidí a afrontar las cosas. Guiándome con un par de tutoriales en línea, me tomó unos pocos minutos completar el cambio. Retiré el viejo disipador sin mucha novedad, limpié la pasta térmica, apliqué la nueva y, salvo por un par de momentos en los que sentí que las cosas podían complicarse, el nuevo artilugio refrescante quedó instalado de manera exitosa. ¿Que si fue una buena compra? Diría que sí. La CPU ahora se mantiene con una temperatura que ronda entre los 37° y 43° grados en reposo... lo cual parece elevado, pero -dadas las circunstancias- no está nada mal. Considerando que hemos tenido algunos días de calor extremo en la ciudad (un poco a destiempo... o no tanto. Puedo recordar algunos Mayos en los que el termómetro ya superaba los 38° ó 40° por las tardes, así que la mezcla de Primavera y Verano que ha traído 2024 no puede ser calificada de "atípica"), dichas temperaturas se antojan de los más respetables... y mucho más preferibles que las que llegaban a darse con el viejo disipador, en especial si tomamos en cuenta que mi PC está ubicada en una habitación que recibe el calor del sol directamente. 

La cuestión es: pude haber perdido dinero estúpidamente solo por la idea de que yo no podía hacer el cambio de disipador. Si me hubiera quedado con la testarudez de que era algo complicado, que probablemente terminaría "arruinando" las cosas por mi falta de pericia, habría dejado en manos de otra persona algo que, al final, yo mismo pude hacer con mi poca experiencia en cuanto a hardware. Y ahora que lo pienso, creo que el hecho de haberme atrevido a armar el equipo en primer lugar tuvo una dificultad considerablemente mayor que la que pudo implicar la instalación del Thermalright. Y es que, a veces, simplemente hay que atreverse. De igual forma que me atreví a armar mi computadora hace 7 meses, ahora pude hacer algo que mi maldita inseguridad me decía "olvídalo". Es como atreverse a tener de manera pública un blog extraño y aburrido, en el que puedo hablar acerca de estas pequeñas y tontas vivencias, junto con las enseñanzas que me dejan.

En verdad que nunca es tarde para aprender a hacer las cosas por nosotros mismos.


II. Don't rake up my mistakes



En el Departamento de Asuntos sin Importancia, contaré que el otro día me uní a Bloguers.net, una plataforma que funciona como "agregador de enlaces de blogs"... o sea, en palabras comprensibles y castellanas, no es otra cosa más que una página en la que podemos promocionar los artículos de nuestros blogs. Sugerí el post que le dediqué a The Hollywood Persuaders, obteniendo algunos clicks... pero terminé por cancelar la cuenta a las pocas horas. No creo que sea una comunidad apropiada para un concepto como Ir y quedar, empezando porque la mayor parte de los blogs que pude ver en sus archivos tenían entradas pequeñas y (muy) numerosas. Quiero decir, eran bitácoras en las que sus autores publicaban unos 4 ó 5 artículos al día, con poquísimas líneas y temas tan dispares como el Día del Trabajo y un nuevo videojuego de rol para la consola PlayStation. Todo de forma breve, con lenguaje técnico, sin toque personal

Creo que la mayor parte de los blogs de la plataforma están pensados para ganar dinero, lo que supongo que hacen bien si la idea es mantenerlos con la mayor actividad posible y un número considerable de visitantes. Sé que la posibilidad de obtener ganancias con Ir y quedar es prácticamente nula (con eso de que actualizo cuando quiero), por lo que no forma parte de mis aspiraciones para con este proyecto. Sin ir más lejos: sospecho que leerlo gratis ya es bastante pedir para el visitante promedio, así que no mentiré cuando les digo que no me interesa el dinero. Lo que quiero es escribir, recordar, reflexionar... y nada más. Por ello es que pedí que cancelaran mi cuenta de Bloguers.net. También pude ver que era una comunidad un tanto cerrada, y la verdad es que no soy muy dado a socializar por la fuerza... motivo por el cual no duré ni 6 meses como agente de soporte en chat para Netflix, en el desafortunado 2017. Para ese trabajo se necesitaba mentir demasiado, lo que no me gustaba. Y sigue sin gustarme, como podrán suponer. Al menos me sirvió para pulir el inglés, which wasn't so bad. 

Es cierto que este pequeño blog aún no cuenta con muchos visitantes o lectores... pero ya vendrán. If you build it, he will come. Pero ciertamente no ocurrirá por medio de falsedades y promoción descarada. No, señores... yo no le hago a eso. En fin... ¿qué tal algo de música para cerrar el post? Me gustaría compartirles algo. Vamos con Micah P. Hinson y Close your Eyes, tema inicial del disco Micah P. Hinson and the Gospel of Progress. Viene a tono para esta madrugada, con el amanecer ya próximo...

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