domingo, 31 de marzo de 2024

The Hollywood Persuaders - Tijuana Surf

Felino fronterizo.
A manera de continuación del post que dediqué a mis blogs musicales de antaño, he estado leyendo algunos de los artículos que escribí en su momento para ellos (y que aún se conservan en los archivos de The Wayback Machine, ya que -previsiblemente- no están todos). Varios de los textos son, en una palabra, inútiles. Entradas cortas, sin mucho sentido o propósito, más allá de poner una canción que sirviera de relleno temporal para el contenido del blog en turno... eso sin mencionar que muchas de esas canciones eran tremendamente conocidas; nada que pudiera calificarse como raro o único (¿el equivalente a "comida rápida" para un blog hambriento de novedad y un autor con poco cerebro? Mmm... pues sí. Sí, podría decirse). Ahora bien, también he redescubierto otros artículos que me parecen de una calidad moderamente respetable. Tienen ciertos detalles que no acaban de convencerme, pero no es nada que no se pueda corregir con tan solo un poco de pulido. 

Creo que dichos escritos se merecen una segunda oportunidad, así que voy a tomarme el tiempo de rescatarlos para que queden como parte de este nuevo proyecto que es Ir y quedar. Comenzaré con la que probablemente fue una de las entradas más populares de mi primer blog musical. No será la única, por supuesto... Hay al menos unos 4 ó 5 artículos "refriteados" (si no es que más) que aparecerán por aquí en el futuro. Pero vamos poco a poco; por ahora, y sin más preámbulo y habladuría de mi parte, saquemos del olvido al primero de esos textos que compuse entre 2008 y 2009. Corre video.


I. Surf of the Border



Una de las piezas de Rock instrumental que cosechó más éxito en México durante la década de 1960 fue, sin duda, Tijuana Surf (mucho más conocida como, simplemente, Tijuana), a cargo de la banda Los Persuasivos. No deja de ser llamativo el hecho de que, a pesar de haberse convertido en un hitazo a todo lo largo del país (siendo popular inclusive entre quienes no tienen mucho conocimiento o interés por el Rock nacional de corte "clásico"), el origen de esta melodía sea todo un enigma para muchos, puesto que el público mexicano llegó a conocer muy poco sobre la historia de sus intérpretes. 

En realidad, el nombre de Los Persuasivos era The Hollywood Persuaders –aunque también se les conoce como The Persuaders.. o, vaya, el spanglish Los Persuaders-, y no eran un grupo de connacionales de la ciudad de Tijuana. Su verdadero origen nos lleva a Rancho Cucamonga, California, a comienzos de la década de 1960. La banda nunca existió como tal, con miembros formales que puedan ser identificados de manera clara: fue un proyecto conformado por Paul Buff, el entonces director de la compañía discográfica Pal Recording Studios. Su principal mérito consistía en la posesión de una grabadora de cinco pistas, hecho rarísimo para un estudio pequeño de la época, y a la atención que le ponían específicamente al género Surf (fue en donde se grabó la conocidísima Wipe Out, a cargo de The Surfaris). 

El tema Tijuana Surf aparece en 1963 en disco sencillo, junto a la pieza Grunion Run. Por lo que he podido averiguar sobre Buff, todas las fuentes coinciden en que era un hombre bastante excepcional en cuanto a conocimientos técnicos... de hecho, parece ser que cada instrumento de Tijuana Surf fue interpretado por él mismo, quien luego realizó el mix de sus propias pistas para sonar como una banda completa. Pasó igual con el resto de los temas publicados bajo el nombre de The Hollywood Persuaders/The Persuaders, teniendo apoyo ocasional de músicos de estudio. Paul Buff se apunta un éxito moderado dentro de EEUU gracias a Tijuana, pero se transforma rápidamente en todo un fenómeno en México. En 1965 se lanza un LP, Drums A Go-Go, en el que se incluye el tema que hoy nos ocupa y la melodía que da título al disco (y que, por lo que he notado, tuvo más popularidad en el resto del mundo que Tijuana Surf, llegando a aparecer en el soundtrack de tres películas). La historia de The Hollywood Persuaders ya había terminado para entonces, sin embargo, pues Pal es convertida en Studio Z por nada más y nada menos que Frank Zappa en 1964.


Zappa es, precisamente, uno de los motivos que han hecho que The Hollywood Persuaders sigan en la memoria de los entusiastas del Rock. El músico de Baltimore estuvo ligado profesionalmente con Buff en la misma época en la que participaba con el grupo The Penguins. Ambos trabajaron juntos en labores de producción y edición entre 1960 y 1964, lo que llevó a Zappa a colaborar un poco con el proyecto de The Hollywood Persuaders. Se habla acerca de la "extensa" participación que Frank tuvo con la banda, pero lo cierto es que su experiencia musical sólo está presente en el tema Grunion Run, que él mismo escribe. Su guitarra no puede escucharse en Tijuana Surf Drums A Go-Go, aunque estuvo detrás de la producción de ambos temas. 


El éxito de Tijuana Surf en México motivó que varios grupos de la época realizaran adaptaciones vocales. La que fácilmente se puede considerar como la mejor (en mi opinión) y más conocida, es la que grabaron Los Seven Days en 1964. El cover de esta banda originaria de Laredo, Tamaulipas, pegó con mucha fuerza en el norte del país.


Y aquí les dejo todas las fuentes y referencias que tomé para el artículo en su momento. Increíblemente, y a pesar de que estamos hablando de un rango de tiempo de 15 años, todas las páginas citadas siguen online (la única que no me sorprende, claro, es Discogs. Las demás... wow). Les recomiendo darles una mirada, no solamente si quieren saber un poco más sobre The Persuaders, sino por el contenido general de cada una:

http://instrorama.blogspot.com/2009/02/los-persuasivos-hollywood-persuaders.html https://www.discogs.com/artist/258012-The-Hollywood-Persuaders


II. As I remember...



Tijuana siempre me traerá recuerdos de una época muy específica: el Verano/Otoño de 1996, cuando cursaba Quinto de Primaria y me gustaba escuchar la programación nocturna de la RG 690 de Monterrey. Como llegué a comentar en una de las entradas anteriores, aunque dicha estación es conocida por centrarse en la programación deportiva, durante muchos años mezclaron las espacios de opinión con un horario dedicado a la música "del recuerdo". Fue precisamente gracias a la RG la conducción de Víctor Manuel Hernández (y otro locutor que se llamaba... ¿Juan Uriegas? Sí, si no estoy mal, ese era su nombre. Pero se notaba de inmediato que no sabía mucho de música; el bueno era Víctor), que pude adquirir bastantes conocimientos de lo que fue el Rock sesentero de México. Bien podría explayarme acerca de mis recuerdos sobre La Deportiva, pero prefiero guardar energías para un post especial que incluya algunas grabaciones que conservo dentro de mis archivos y, por supuesto, más historias sobre la RG.

Al cierre del artículo de hoy, sólo comentaré que Tijuana era uno de los pocos temas a cargo de un grupo extranjero (fuera de otros cuantos de Bill Haley, a quien imagino que consideraban como "nacional" por el material que grabó con Orfeón durante su periodo en México, junto con Tequila de The Champs y La Bamba con Ritchie Valens) que podían escucharse en la programación musical de la RG. Para 1998, sin embargo, expandieron el contenido poniendo canciones de los 90, y en la conducción ya sólo quedaba Uriegas junto a otra conductora, quienes nunca hacían mucho caso cuando se les pedía alguna complacencia. 

Pero esa es otra cosa, de la que ya hablaremos cuando llegue el momento.

jueves, 28 de marzo de 2024

The fool on the hill

Hang in there, Baby.
Tras una semana de no actualizar el blog, una parte de mí me dice que estoy descuidando la acción... otra, sin embargo, me hace ver que es mejor llevar un ritmo tranquilo y -digamos- seguro. Por ello me refiero a que, viendo las cosas de manera fría, siento que es una mejor idea publicar algunos posts esporádicos (vamos a usar dicha palabra, aunque quizá no sea la más correcta), pero bien trabajados, que un montón de entradas rápidas y simplonas, con nada más un video de YouTube o algún recuerdo breve. Sí: la actividad constante le pondría un poco más de vida a Ir y quedar... sin embargo, no representaría lo que quiero conseguir con este proyecto. No se trata de hacer las cosas con velocidad, sino con ganas y buena voluntad. Ir y quedar no parece ser lo suficientemente digno como para las búsquedas de Google (se me ocurrió sugerirlo a la Search Console y se quedó el limbo de "Crawled – Currently Not Indexed”, lo cual viene a ser un equivalente técnico y californiano de "sabemos que existes, pero tu trabajo no vale madre")... Y, considerando mi falta de redes sociales (lo que me niego a cambiar), la situación se complica. Quizá es demasiado pronto, o quizá Google tiene razón y el blog carece del valor necesario como para ser un resultado de búsquedas random. A pesar de ello, aquí seguiremos... hablando para mí mismo, de ser necesario. A fin de cuentas, reitero que esto lo hago como una especie de anecdotario personal, así que las visitas vienen a ser algo secundario en el gran orden de las cosas. Y no es que esté ganando dinero con lo que escribo, claro está.

Bien, bien... Como les he contado en la sección de Acerca de este blog y su autor, Ir y quedar no es el primer proyecto web que he tenido en mis treinta y tantos años de vida. Fuera de las páginas de diseño amateur que llegué a publicar en Geocities (cuatro, de las cuales no considero que valga la pena hablar mucho. Tal vez algún día... o tal vez no), mi etapa como bloguero musical se dio entre 2008 y 2011. No duró mucho tiempo, pero en ella tuve la oportunidad de comenzar dos blogs que alcanzaron cierto nivel de crecimiento, y que de hecho tuvieron su propio grupo de visitantes regulares. Y esto a pesar de que, en mi opinión, no eran exactamente buenos o con mucha información relevante. Pero estamos hablando de una época en la que YouTube no había crecido tanto, y en que los blogs eran todavía la principal fuente de información al respecto de muchos temas... incluyendo, por supuesto, la música.


I. Algunas notas del pasado



Aquí hay dos grandes mentiras de mi parte: no me quedé
nada más con la música en inglés, y fui mucho
más atrás de 1950 en varias ocasiones.

La primera vez que pensé en crear un blog fue a mediados de 2007, pero no estaba seguro de cómo hacerlo. Conocía la existencia de Wordpress y de Blogger, pero el uso de ambos servicios me resultaba completamente desconocido. Cuando llegó el punto en el que me dije "vamos", no tenía mucha idea de lo que estaba haciendo, a decir verdad. El caso es que, según puedo ver en los archivos de The Wayback Machine (que fue bastante generosa y conservó buena parte del contenido), para el 25 de Julio de 2008, Catz (en ese entonces llamado CatsLock) ya tenía su primer blog. ¿El nombre? No me compliqué mucho y elegí Notas del Pasado como título de mi nueva bitácora. Simple y específico. Si no estoy mal, el comienzo del blog fue una especie de arranque emocional. Me cansé de limitar las cosas a la imginación y, sobre la marcha, me aventé a hacerla realidad sin muchos planes de por medio. Todo lo que sabía era que necesitaba hablar de música: ya no era cosa de ponerse a meditar sobre lo que podría llegar a ocurrir. La primera entrada del blog fue la típica introducción, de la que no puedo decir mucho. Si analizamos el lenguaje que tenía a mis 22 años, no es muy diferente del actual. Tengo mejor ortografía y ahora no repito tanto las frases, eso sí. Suerte que en ese tiempo aún no todavía a una novia que tuve años más tarde, que si no hubiera estado lleno de emoticones. Pero dejemos esas tonterías.

Leyendo algunas de las entradas que escribí en su momento, puedo ver que era bastante parco en lo que redactaba. Y es que, realmente, ¿qué tanto se puede hablar de una sola canción? Puedes explayarte contando la historia del grupo/intérprete o de su compositor, pero muchas veces hay poco para decir. Por supuesto que vale la pena contarlo, mas no siempre podemos esperar un artículo muy amplio, fuera de los aspectos básicos. Ahora bien, yo para entonces traía mucho la escuela de Jaime Almeida, con sus programas La Sobremesa (que descubrí en 2001. Tengo por aquí algunas grabaciones que compartiré más tarde) y Estudio Cincuenta y Tantos (no me refiero a Estudio 54, aclarando, sino a otro espacio que el maestro tuvo a principios de los 2000), ambos transmitidos por Radio Fórmula. Junto con La Taberna de Herbé, a cargo de Herbé Pompeyo en lo que fue Best FM por 2003 (la antigua Stereorey, en el 92.5. El formato de Best FM fue breve, puesto que al poco tiempo se convirtieron en La Mejor. Fue, literalmente, mejor para ellos, considerando que siguen con el mismo estilo a más de 20 años), ambos comunicadores/musicólogos representaban mi modelo a seguir en cuanto al objetivo de Notas del Pasado (y a ambos los consideraré siempre como mis maestros). Quería imitarlos con una estrategia simple: tomar una canción, un cantante o un grupo... y hacer un poco de historia, sin desviarme para nada con elucubraciones (o sea, todo lo contrario de Ir y quedar).

Cuando veo los artículos del blog, sin embargo, no me gustan. No me agradan porque los siento muy... técnicos. Algo carentes de vida, sabor... Siento que me esforzaba tanto por contar los hechos, que no podía relejarme. Me ponía demasiado en el papel de cronista, de historiador musical, a veces sin saber exactamente de qué carajos estaba hablando. Me concretaba en seguir las fuentes de mis investigaciones (que siempre trataba de incluir en cada post, por cierto), al punto que no le daba un toque personal, un algo que dijera "esto lo escribió CatsLock". El problema es que tenía una regla que acostumbraba seguir de manera estricta: el blog era musical... y punto. Nada de libros, nada de poemas y, sobre todo, NADA de videojuegos. A pesar de que en los meses de existencia de Notas del Pasado tuve la fortuna de jugar genialidades como STALKER, Crysis o los dos Rainbow Six: Vegas, me prohibí a mí mismo el publicar la más mínima referencia a los juegos. Alguien que noté que hizo lo mismo fue uno de los colegas blogueras que con los que tuve mejor relación durante la época: Shavatt, redactor de España y creador de La Gramola de Shavatt. El era unos 5 años menor que yo... un chico de 17/18 que tenía ya un conocimiento enorme en cuanto a música... y, en un par de ocasiones, dejó ver que también era fanático de los videojuegos (ya que hablamos de Shavatt, también debo mencionar a Silvo, Ringo, Joxemiel o Milhaud. Todos ellos eran grandes redactores, y mucho más, mucho más prolíficos que yo).

Y ese el principal problema que tengo con lo que fue Notas del Pasado en su primera etapa (2008 a 2010). Tenía buenas ideas, pero las presentaba de una forma que se sentía plana, demasiado sencilla. Ahora bien, las "anécdotas" (si se le puede llamar como tal a los hechos de mi aburrida existencia) a los 22 ó 23 años eran pocas, por lo que los textos no podía desarrollarse de otra forma. Cerca del final, tal vez ya un poco tarde, sí adopté un poco dicho estilo. Ahora bien, y como dije antes, la costumbre de los podcasts o los canales históricos de YouTube estaba arrancando, así que un blog como el mío terminó por hacerse de regulares y atraer visitantes random que a veces dejaban sus comentarios, especialmente en aquellos artículos en los que había reunido un buen número de información (como el de Tijuana y The Persuaders), o los que estaban dedicados a temas o cantantes cuyo nombre no resultaba tan familiar para el público de México (la entrada sobre el guitarrista argentino Freddy Solo fue, sin duda, la más exitosa. Y la que más me gusta, porque se lee más como lo que estoy haciendo -o tratando de hacer- en Ir y quedar). Varios de estos artículos merecen ser rescatados, y no sería mala idea publicar algunas versiones actualizadas por aquí próximamente.


II. All the burning bridges...


En Noviembre de 2009 anuncié que me tomaría "vacaciones". En ese tiempo había conseguido un trabajo nuevo y estaba un poco fastidiado de investigar y redactar después de llegar a casa... así que las vacaciones se fueron haciendo más y más amplias, hasta que en algún punto de 2010 (no sé exactamente cuándo) decidí eliminar el blog. Para ese momento, Shavatt y otros más de mis conocidos melómanos también habían retirado sus proyectos. Fue una temporada fugaz, pero no dejo de arrepentirme de haber decidido acabar con Notas del Pasado en un punto en el que podía haber crecido mucho más. Creo que sólo necesitaba un cambio de formato; estaba encontrando mi propia voz justo cuando elegí darle la espalda al blog (se nota de inmediato cuando comparamos los más antiguos con los que puse para fines de 2009). Peeero, al igual que no le di importancia cuando un amigo me habló de comprar unos miles de Bitcoin por pocos pesos en 2010, tampoco pude ver el posible valor de mi pequeño trabajo musical... y pasó lo que pasó.

Para la primavera de 2011 quise regresar, esta vez con Blogspot... pero no fue lo mismo. The Wayback Machine ni siquiera conserva una copia de lo que fue Notas del Pasado en dicha fase, lo que imagino es normal debido a la pequeñísima duración de mi humilde bitácora (menos de 6 meses). En ese blog intenté abarcar más temas, abandonando la regla de sólo música que tenía en Wordpress. No funcionó; seguía con la misma tendencia de ser demasiado técnico. Redactaba como historiador puro y duro, sin relajarme. También cometí el error de mezclar el blog con la temática de lo que fue una de mis páginas de Geocities creadas en 2006, lo que desentonaba muchísimo. Y, como es claro,  me cansé pronto de seguir con más de lo mismo. Ahora bien, es posible que esto haya sido necesario, porque me resulta obvio que me faltaba bastante por aprender en general. No sólo de música, no sólo de libros, sino de la puta vida en sí. Casi 15 años después, creo que ya tengo lo suficiente para ello. Creo, nada más.

Pues esa es la historia de mis dos blogs personales, tan queridos en su momentro (bueno... el segundo no tanto. Me causa más verguenza que alegría, francamente). Debo admitir que también la he publicado como un mensaje en una botella, por si llega a leerme Shavatt o alguno de los colegas que tuve en mi momento de joven melómano. De ser el caso, me encantaría que se reportaran, si es que aún siguen interesados en la música y los recuerdos. Y si no, pues al menos fue buen ejercicio de memoria y reflexión para mi atrofiado cerebro... but I digress Para cerrar y no dejarlos sin música, algo de Juan Pardo que viene a tono con lo que mencioné al principio: hablando sólo, conmigo mismo... pero hablando, a fin de cuentas. Arrivederci, lectores imaginarios.

viernes, 22 de marzo de 2024

The first day of spring

Sugeriría escuchar a Vivaldi, si al menos
no fuera todo un cliché.
La primavera llegó de manera contradictoria a Monterrey en 2024. La noche del Domingo comenzó una lluvia que se extendió por prácticamente todo el Lunes, trayendo un par de días con frío moderado. Un "frente frío" (como dicen los que saben) que marcó el cierre de un Invierno débil, imposible de comparar con los que vivimos en años anteriores. No me quejo, digo. Ya les había contado antes que no me llevo para nada con las temperaturas bajas... Sí, yo sé que a mucha gente le gustan. Peeero yo no formo parte de tal grupo. Al respecto de la lluvia, cualquier chubasco se agradece, en un momento en el que nuestras presas se encuentran a punto de quedar secas. Esta es una ciudad cuyo clima es famoso por ser inestable, caprichoso. Creo, aun así, que las tendencias de lluvia tienden a repetirse de una forma que podría ser descrita como ligeramente predecible: un año viene con su Verano sin lluvia (como en 2021). Y, al siguiente, nos estamos ahogando (recordemos lo que pasó a fines de Agosto de 2022. La historia se dio exactamente igual en 2019 y 2020). Pero no nos adelantemos, lector. Tengo la esperanza de que Agosto y Septiembre, acercándose el Otoño, traerán el regalo de lluvias cuantiosas... y si no es así, pidiéndoles una disculpa ante la falta de elegancia en mi léxico, nos va a cargar la chingada

Ok... dejemos la especulación dramática y el lenguaje arrabalero para otra ocasión. Volviendo al tema: cuando era más joven, con una mentalidad más simple y "edgy" (no pondré "melancólica" porque, dejándonos de cosas, sigo siendo melancólico), solía decir que el Otoño era mi estación favorita. Mi imagen del Otoño no estaba muy apegada al realismo, sin embargo, siendo más bien influenciada por las poesías que acostumbraba leer y escribir. La estampa de las hojas de los árboles cubriendo los calles, el viento suave, la boina gris y el corazón en calma de Neruda... ese estilo de cosas en las que sólo puede pensar un adolescente, un poco más sensible de lo razonable, que ha descubierto el poder emocional de las palabras. Ahora que ya estoy más viejo y fastidiado, creo que le he encontrado el gusto a la Primavera. Es la temporada de las vacaciones de Semana Santa, cuando el clima es excelente (antes de que el Verano ponga el termómetro a más de 40° y las laptops quemen los dedos)... ¡Qué sé yo! Se respira una atmósfera tranquila, con nostalgia de la buena. Es como si la Primavera fuera la infancia del año, a pesar de que ya nos encontramos casi en el cuarto mes. Marzo y Abril son amigos amables, cuya presencia es muy agradecida para el ánimo. Difícil de explicar con palabras claras lo que quiero decir. Sólo sé que la Primavera es hermosa, y que no puedo evitar quererla. 

Precisamente recordaba que, en uno de mis libros de lectura de la escuela Primaria, se incluía el poema Primavera, del autor cubano Nicolás Guillén. De acuerdo con el catálogo histórico de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG), yo alcancé los libros de la generación de 1988 durante mi primer año de educación elemental. Para el segundo grado, ya nos habían hecho el cambio a los de la generación de 1993... lo que tiene perfecto sentido, puesto que cursé la Primaria de 1992 a 1998 (no, no alcancé a tener el libro con el perro blanco en la portada). No creo equivocarme de alguna manera, entonces, al identificar el Libro de Lecturas en el que estaba incluido el texto de Guillén. Y sé muy bien que no serán pocos quienes recuerden esta pequeña pieza literaria:

Mi libro escolar de lecturas, exactamente
hace 30 largos años...

Cuando leí el poema de Guillén tenía poco de haber cumplido los 8 años. No obstante, para esa edad yo ya conocía muchos temas del Rock mexicano sesentero, por lo que la metáfora de la "Prima Vera" como persona (y una frase muy, muy específica) me recordó de inmediato a una canción de la época, la cual parece -de hecho- una adaptación libre de la poesía cubana. ¿Ya se imaginan a cuál, verdad? Es uno de esos temas que se han vuelto considerablemente famosos entre muchas personas que no son aficionadas al Rock clásico, ya que (me acabo de enterar) suele utilizarse para bailables en las escuelas Primarias y Secundarias, como parte de los festivales de la Primavera. Lo curioso es que es una canción que habla sobre extrañar la Primavera cuando llega el Invierno, no sobre el arribo de la estacón en sí. Claro: me refiero a Vuelve Primavera, de Los Blue Caps, tema nacional compuesto por Armando Trejo en 1961. Tenía bastantes años sin escucharla, así que lo harán conmigo:


Y, para finalizar, aunque pensé en incluir The Rose de Bette Midler para cerrar el post de hoy, me fui con algo menos popular. El nombre de The Lilac Time, la banda formada por el británico Stephen Duffy, quizá no resulte tan familiar como el de otros grupos de su género. Su álbum No Sad Songs, sin embargo, me parece bastante bueno. En realidad, creo que no tiene alguna canción que pueda considerar como "mala" (me gusta particularmente The Wedding Song), así que vale la pena compartirles The First Song of the Spring antes de pasar a retirarme. Es una banda que merece mucha más atención de la que tiene, sin duda.