domingo, 28 de julio de 2024

El lamento del coleccionista

"You're out of your element!"
¡Vaya! ¿Qué ha pasado con Catz y su taaan mencionado "proyecto personal"? Aunque puede parecer que me he olvidado del blog en las últimas semanas, las cosas no son exactamente así. He tenido muy presente el hecho de que no me he puesto a escribir un nuevo artículo, pero el mes de Julio ha sido un poco... difícil. Como les comentaba en el último post, estuve aparentemente enfermo de faringitis durante algunos días. Y digo "aparentemente" porque, a pesar de que la fiebre y el dolor de garganta cedieron, no me he sentido muy bien que digamos desde entonces (hablamos de que ya son 3 largas semanas de malestar constante). Tengo la sospecha de que, más bien, me pegó una de las muchas variantes débiles (usemos esta palabra) de la Kung-Flu, lo que me ha provocado dolores de cabeza frecuentes y fatiga. Sin ir más lejos: cuando escribí el último artículo del blog tenía una migraña terrible... que se puso todavía peor al estar mirando la pantalla, tecleando y tecleando. Es eso, o una respuesta mucho más simple: que mis hábitos recientes -los cuales difícilmente pueden ser descritos como saludables- me están cobrando lo que debo. 

Sí... es momento de hacer algunos cambios en cuanto a estilo de vida. Tal como dije antes, muchas de mis elecciones de rutina podrían haber sido inofensivas cuando tenía 25. A esa edad aguantas todo. Pero, a estas alturas de la vida, cuando a estoy a exactamente un mes de cumplir 39 (*murmullos de shock y admiración entre la audiencia, junto con miradas de desprecio mal disimulado*), es claro que el asunto no es igual. Y sólo puedo aceptarlo, so pena de continuar extendiendo un dolor de cabeza innecesario. Y eso lo digo literalmente. Ouch.

Hablando de dolores de cabeza, les contaré que mi computadora de Escritorio falló hace unos días. Sí: me refiero al mismo equipo que armé apenas en Octubre, y del cual les hablé con entusiasmo a principios de Mayo. El problema parece estar en la tarjeta de video, una ZOTAC RTX 3060 que es, como podrán imaginar si conocen del tema, la pieza más cara del conjunto. Ahora bien, hay ciertos detalles que me hacen pensar en la fuente de poder, o inclusive en la motherboard. No lo sé; he corrido algunas pruebas, obteniendo resultados contradictorios. La GPU parece estar, para fines prácticos, muerta. Pero al revisar el equipo con mi vieja Gigabyte GTX 970 (la cual compré en Octubre de 2014 por poco más de 6,000 pesos. En aquellos tiempos era una de las tarjetas de video más potentes del mercado, únicamente superada por las Titan o la GTX 980 de la propia NVIDIA. Es increíble que, diez años después, siga funcionando... y la maldita ZOTAC, diez meses después, ya no puede más), también he tenido pantallas negras y reinicios. Esto es lo que me lleva a suponer que la PSU o la placa madre tampoco están trabajando al 100. Y si es el caso, ¡bonita situación! Habrá que, prácticamente, reemplazar todo el condenado equipo. Mi pequeño monstruo de Frankenstein, tal como ocurrió con el de Shelley, se ha vuelto en contra de su creador. It happens, citando a Harry Callahan en Magnum Force... que es, sin duda, la mejor de las 5 películas del personaje. No, no es discutible.

No deja de parecerme curioso, por no decir triste, la analogía que podemos hacer entre la situación de mi computadora y mi estado de salud. No puedo señalar con exactitud qué anda mal con el equipo... y tampoco puedo decir con mucha precisión qué anda mal conmigo mismo. Sólo que algo no funciona bien en mi cuerpo... y tampoco en mi computadora. Estoy en blanco para ambos casos. Sobra decir que no me siento exactamente animado... El año pasado estaba deprimido, pero al menos tenía buen estado físico. Algo habrá qué hacer, sin embargo. Ya estoy más que dispuesto a tomar las cosas en serio y realizar cambios considerables en mis hábitos, por un lado. Por el otro, pues sólo me queda seguir experimentando, pelear garantías... o rendirme y aceptar que, al final, posiblemente me veré comprando otro equipo. 

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Bien: como la entrada de hoy quizá suena un poco derrotista (espejo de mi alma... mmm... eso fue innecesariamente poético. ¿No es la letra de Perfidia? Ah, no; esa dice "espejo de mi corazón"), no quisiera irme sin dejar algo relevante en el post. 

El Norte
27/01/96

Hace unos días, hablando con mi hermana, recordé un breve periodo de mi niñez en el que me dio por comprar cómics. No estoy muy enterado de cómo está actualmente el panorama de las tiendas de cómics en Monterrey. Sé de la existencia de varios negocios de dicho ramo, y por supuesto que también estoy al tanto de que, cada año, se celebran tres convenciones sobre el tema en Cintermex (me he mantenido al pendiente de ellas desde 2021, por si viene Cristina Hernández. Pero parece que no la hemos tenido por aquí desde 2019. ¿Evanna? Em... lo dudo  mucho). No es uno de mis tópicos de interés, sin embargo, aunque de vez en cuando me guste pasarme por Read Comic Online por su contenido vintage (o las revistas MAD clásicas). Ahora bien, a los diez años hice el intento de convertirme en coleccionista de cómics... y fue principalmente porque, cerca de mi zona, apareció una tienda llamada Parafernalia

No he podido encontrar muchos registros sobre ella en mis búsquedas, pero parece (y creo acordarme) que estaba ubicada en lo que ahora forma parte del centro comercial Plaza Real de Gonzalitos. Solía visitar la tienda con frecuencia a principios de 1996, guardando bastantes recuerdos del material que tenían disponible. Los superhéroes estaban de moda entre los niños de México por una buena razón: entre el 94 y 95, se habían publicado las Pepsi Cards. Primero las de Marvel, que fueron sin duda las más exitosas (y que nos permitieron conocer un buen número de eventos y personajes de los cómics que, de otra forma, no nos hubiéramos enterado tan fácilmente. Por ello es que mi generación ya sabía muchas de las cosas que ahora se miran como novedad, en las películas y series del tema), apareciendo luego las de DC Comics... que, por cierto, no despertaron tanto entusiasmo como las de la compañía de Stan Lee. Creo que ni siquiera hice el intento de coleccionarlas, cuando había conseguido casi todas las de Marvel. Las Pepsi Cards, las geniales adaptaciones a caricatura de Spider-Man, X-Men, Superman, Batman (posiblemente la mejor serie animada de la historia sobre un personaje de cómics, en mi opinión) y los juegazos publicados por Capcom en las Arcades (Marvel Super Heroes, X-Men: Children of the Atom o The Punisher. No me olvido de Captain America and the Avengers. Ese era imprescindible en las visitas al Magic Place de Galerías... junto con The Simpsons de Konami. La trama no tenía relación alguna con la serie, pero era increíblemente bueno), todo en conjunto resultaba idóneo para crear un interés hacia el material de origen de estos personajes e historias (no digo películas porque, en realidad, con excepción de Batman, los 90 no resaltaron particularmente por buenas adaptaciones de superhéroes al cine. Aún recuerdo que quería ver The Shadow, pero no me dejaban entrar a la función por la edad. Cuando finalmente la vi años después, llegué a la conclusión de que fue mejor perdérmela en mi infancia...).

El Norte - 17/02/96
La redacción infantil se debe a que la noticia apareció en
una sección dedicado a los niños ("Gente Chiquita").
En fin... Los cómics no son un hobby barato, y en mis visitas a Parafernalia sólo me alcanzaba para comprar los números de Spider-Man en español que publicaba Editoral Vid (se quedaron en 26. Un pleito de derechos con Marvel, o algo así. Cada uno costaba 7 pesos de la época. Calculando la inflación, serían unos... ¿35 pesos? Poco más, poco menos). No conseguí la maldita serie completa de Maximum Carnage, ya que nunca les llegó el tercer tomo... También adquirí algunos cómics en inglés (no hablaba el idioma todavía, como ya les he contado, pero el 90% del surtido de la tienda estaba en inglés), particularmente de DooM 2099, más un par de What if...?. Aún puedo acordarme de algunas ediciones de cómics en pasta dura, que llegaban a costar unos 200/300 pesos, dirigidas a coleccionistas "serios". También vendían materiales para juegos de rol, como Cyberpunk, Vampire: The Masquerade y el clásico Dungeons & Dragons, organizando eventos y partidas especiales los fines de semana. Parafernalia era un lugar que, a los ojos de un niño de escasos diez años, resultaba profundamente llamativo... pero muy, muy por encima de su alcance económico. 

Con el inicio del proyecto de Plaza Real en Agosto de 2000, toda la estructura física de Gonzalitos cambió. Muchos negocios desaparecieron, siendo Parafernalia uno de ellos. O quizá ya había desaparecido para entonces; lamentablemente no volví a la tienda después de algún punto de mediados del 96, cuando me di cuenta de que el coleccionismo de cómics no iba mucho conmigo. Sentí (y lo siento, todavía) que ese mundo era una especie de "barril sin fondo", en el que se hacen mezclas de series, variantes y ediciones. Una historia sin fin, con estructura caprichosa que no estaba dispuesto a seguir. Preferí dedicarme a los juegos, y de hecho en Noviembre de ese mismo año tuve finalmente mi consola SNES. Con excepción de Watchmen en 2009, nunca volví a comprar algún otro cómic... pero guardo un recuerdo cariñoso de Parafernalia. Así es como sigo imaginando todavía las tiendas de cómics, a pesar de que el concepto seguramente ha cambiado con el paso de casi 30 años. O, al menos, eso creo.

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Bueno, bueno: cerremos con música. Algo que viene a tono con post de hoy (al menos para la primera parte)... de Sentimental Hygiene, uno de mis temas favoritos de Zevon: Trouble Waiting to Happen.

La verdad es que se ha sentido bien volver a escribir en el blog. Aunque a veces me parezca que mi cabeza está hueca cuando me pongo a teclear un nuevo post (o a punto de explotarme, como hace 3 semanas), siempre termino disfrutando de la manera en que sale un texto respetable -creo yo- a base de, en realidad, improvisación. Nos veremos por aquí en un par de días; hay un texto muy personal que tengo que escribir.

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