"You're out of your element!" |
Sí... es momento de hacer algunos cambios en cuanto a estilo de vida. Tal como dije antes, muchas de mis elecciones de rutina podrían haber sido inofensivas cuando tenía 25. A esa edad aguantas todo. Pero, a estas alturas de la vida, cuando a estoy a exactamente un mes de cumplir 39 (*murmullos de shock y admiración entre la audiencia, junto con miradas de desprecio mal disimulado*), es claro que el asunto no es igual. Y sólo puedo aceptarlo, so pena de continuar extendiendo un dolor de cabeza innecesario. Y eso lo digo literalmente. Ouch.
Hablando de dolores de cabeza, les contaré que mi computadora de Escritorio falló hace unos días. Sí: me refiero al mismo equipo que armé apenas en Octubre, y del cual les hablé con entusiasmo a principios de Mayo. El problema parece estar en la tarjeta de video, una ZOTAC RTX 3060 que es, como podrán imaginar si conocen del tema, la pieza más cara del conjunto. Ahora bien, hay ciertos detalles que me hacen pensar en la fuente de poder, o inclusive en la motherboard. No lo sé; he corrido algunas pruebas, obteniendo resultados contradictorios. La GPU parece estar, para fines prácticos, muerta. Pero al revisar el equipo con mi vieja Gigabyte GTX 970 (la cual compré en Octubre de 2014 por poco más de 6,000 pesos. En aquellos tiempos era una de las tarjetas de video más potentes del mercado, únicamente superada por las Titan o la GTX 980 de la propia NVIDIA. Es increíble que, diez años después, siga funcionando... y la maldita ZOTAC, diez meses después, ya no puede más), también he tenido pantallas negras y reinicios.
Esto es lo que me lleva a suponer que la PSU o la placa madre tampoco están trabajando al 100. Y si es el caso, ¡bonita situación! Habrá que, prácticamente, reemplazar todo el condenado equipo. Mi pequeño monstruo de Frankenstein, tal como ocurrió con el de Shelley, se ha vuelto en contra de su creador. It happens, citando a Harry Callahan en Magnum Force... que es, sin duda, la mejor de las 5 películas del personaje. No, no es discutible.
No deja de parecerme curiosa, por no decir triste, la analogía que podemos hacer entre la situación de mi computadora y mi estado de salud. No puedo señalar con exactitud qué anda mal con el equipo... y tampoco puedo decir con mucha precisión qué anda mal conmigo mismo. Sólo que algo no funciona bien en mi cuerpo... y tampoco en mi computadora. Estoy en blanco para ambos casos. Sobra decir que no me siento exactamente animado... El año pasado estaba deprimido, pero al menos tenía buen estado físico. Algo habrá qué hacer, sin embargo. Ya estoy más que dispuesto a tomar las cosas en serio y realizar cambios considerables en mis hábitos, por un lado. Por el otro, pues sólo me queda seguir experimentando, pelear garantías... o rendirme y aceptar que, al final, posiblemente me veré comprando otro equipo.
Bien: como la entrada de hoy quizá suena un poco derrotista (espejo de mi alma... mmm... eso fue innecesariamente poético. ¿No es la letra de Perfidia? Ah, no; esa dice "espejo de mi corazón"), no quisiera irme sin dejar algo relevante en el post.
El Norte 27/01/96 |
No he podido encontrar muchos registros sobre ella en mis búsquedas, pero parece (y creo acordarme) que estaba ubicada en lo que ahora forma parte del centro comercial Plaza Real de Gonzalitos. Solía visitar la tienda con frecuencia a principios de 1996, guardando bastantes recuerdos del material que tenían disponible. Los superhéroes estaban de moda entre los niños de México por una buena razón: entre el 94 y 95, se habían publicado las Pepsi Cards. Primero las de Marvel, que fueron sin duda las más exitosas (y que nos permitieron conocer un buen número de eventos y personajes de los cómics que, de otra forma, no nos hubiéramos enterado tan fácilmente. Por ello es que mi generación ya sabía muchas de las cosas que ahora se miran como novedad, en las películas y series del tema), apareciendo luego las de DC Comics... que, por cierto, no despertaron tanto entusiasmo como las de la compañía de Stan Lee. Creo que ni siquiera hice el intento de coleccionarlas, cuando había conseguido casi todas las de Marvel.
Las Pepsi Cards, las geniales adaptaciones a caricatura de Spider-Man, X-Men, Superman, Batman (posiblemente la mejor serie animada de la historia sobre un personaje de cómics, en mi opinión) y los juegazos publicados por Capcom en las Arcades (Marvel Super Heroes, X-Men: Children of the Atom o The Punisher. No me olvido de Captain America and the Avengers. Ese era imprescindible en las visitas al Magic Place de Galerías... junto con The Simpsons de Konami. La trama no tenía relación alguna con la serie, pero era increíblemente bueno), todo en conjunto resultaba idóneo para crear un interés hacia el material de origen de estos personajes e historias (no digo películas porque, en realidad, con excepción de Batman, los 90 no resaltaron particularmente por buenas adaptaciones de superhéroes al cine. Aún recuerdo que quería ver The Shadow, pero no me dejaban entrar a la función por la edad. Cuando finalmente la vi años después, llegué a la conclusión de que fue mejor perdérmela en mi infancia. Y es que es malísima).
El Norte - 17/02/96 La redacción infantil se debe a que la noticia apareció en una sección dedicada a los niños ("Gente Chiquita"). |
Con el inicio del proyecto de Plaza Real en Agosto de 2000, toda la estructura física de Gonzalitos cambió. Muchos negocios desaparecieron, siendo Parafernalia uno de ellos. O quizá ya había desaparecido para entonces; lamentablemente no volví a la tienda después de algún punto de mediados del 96, cuando me di cuenta de que el coleccionismo de cómics no iba mucho conmigo. Sentí (y lo siento, todavía) que ese mundo era una especie de "barril sin fondo", en el que se hacen mezclas de series, variantes y ediciones. Una historia sin fin, con estructura caprichosa que no estaba dispuesto a seguir. Preferí dedicarme a los juegos, y de hecho en Noviembre de ese mismo año tuve finalmente mi consola SNES. Con excepción de Watchmen en 2009, nunca volví a comprar algún otro cómic... pero guardo un recuerdo cariñoso de Parafernalia. Así es como sigo imaginando todavía las tiendas de cómics, a pesar de que el concepto seguramente ha cambiado con el paso de casi 30 años. O, al menos, eso creo.
La verdad es que se ha sentido bien volver a escribir en el blog. Aunque a veces me parezca que mi cabeza está hueca cuando me pongo a teclear un nuevo post (o a punto de explotarme, como hace 3 semanas), siempre termino disfrutando de la manera en que sale un texto respetable -creo yo- a base de, en realidad, improvisación. Nos veremos por aquí en un par de días; hay un texto muy personal que tengo que escribir.
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