jueves, 17 de octubre de 2024

La aurora en la ciudad

La aurora de Nueva York.

La reciente escritura del artículo dedicado a Mona the Vampire me trajo muchos recuerdos de lo que fue mi vida entre 2001 y 2006. Y no, no es que me haya olvidado de esa época de alguna manera. Para nada. Mi mente es como una base de datos con mala programación de por medio: registra, con lujo de detalles, eventos que ocurrieron muchos años atrás, pero también se olvida de cosas que me dijeron apenas unos segundos antes. Ahora bien, el haber tenido que profundizar en dicha época para la creación del texto de Mona ha "removido" algunas de esas memorias en particular. Una de ellas fue cuando descubrí el potencial creativo que podía alcanzarse por medio de la poesía, lo que da pie para comenzar el post de hoy.

Para Mayo de 2001, yo tenía poco más de un par de meses dedicado a la escritura. Había creado algunos textos, pero eran simples pastiches e intentos de sonar "lovecraftiano" que no terminaban de convencerme. También tomaba cierta influencia de las obras de Carlos Fuentes (de Cantar de Ciegos, en particular. Confieso que tuvieron que pasar varios años antes de que pudiera entender La Muñeca Reina, pero las descripciones hechas por Fuentes ya me parecían magistrales a los 15), tras encontrar algunos de sus libros en la biblioteca paterna. Aquellos intentos de redacción pueden ser calificados, ya desde la perspectiva de más de dos décadas, como irrelevantes... y, a pesar de ello, también fueron la respuesta a un afán de creación literaria que estaba experimentado en plena adolescencia, que es cuando la creatividad (en mi opinión) suele tener su momento máximo, buscando alguna forma de ser liberada. Diría que es uno de los puntos en los que el ser humano muestra su mayor creatividad, la cual va disminuyendo en conjunto con el avance de la edad. Tiene sentido, si pensamos las cosas de manera filosófica, al tratarse del periodo en el que estamos entre la niñez y la adultez... Pero me estoy yendo por otro lado.

El caso es que a mí me interesaba la prosa. No tenía mucho entusiasmo por la poesía, y de hecho ni siquiera había pensado en la idea de componer algún poema. Y sin embargo, las cosas iban a cambiar muy pronto...


I. A las cinco de la tarde...

 

No recuerdo qué fue lo que me llevó a decir "ya estuvo bien con la prosa", para entonces probar suerte creando algo de lo que no tenía la menor experiencia o, hasta dicho momento, gusto. Quizá fue la necesidad romántica de expresar lo que sentía por... cierta pequeña animada de la que ya he hablado muchísimo en las últimas semanas. O tal vez se trataba de algo que me quedaba natural, dado que siempre fui más "feeler" que "thinker", usando términos de profundidad -y credibilidad- cuestionable. Todo lo que puedo decirles es que, sin planearlo mucho, escribí mis primeros intentos de poesía. Y que no salieron tan mal como esperaba.

Le empecé a tomar gusto a la idea, y llegó el momento en el que estaba produciendo muchos más poemas que cuentos. Aún conservo las libretas que solía utilizar para escribir en dicha época, y en ellas puedo ver una cantidad muy grande de poemas, acompañados de dos o tres historias que -por lo que he notado- ni siquiera me molesté en terminar. Y es que puedo comprender que a mi "yo" adolescente le venía mucho mejor, al final, una manera de expresar las emociones por medio de la metáfora y la brevedad de palabras. ¿Los cuentos? Podía improvisar y modificarlos una y mil veces en mi  propia mente, sin necesidad de dejar su registro en papel (y pienso lo mismo, todavía. Por ello es que no le veo sentido a escribir cuentos o novelas, cuando tengo tantas ideas que difícilmente quedaría conforme con la única versión de una historia. Si me pusiera a escribir todas esas ideas que llegan y llegan, nunca terminaría, porque siempre encontraría una forma de cambiarlas o expandirlas).

Ahora bien, podría decirse que los poemas que llegué a componer durante mis primeros meses de escritura fueron "tradicionales", en el sentido de que no buscaba alguna manera de expandir mi estilo. Me enfocaba mucho en lo que yo consideraba que debía ser la poesía, tomando como ejemplo aquello que me resultaba conocido de dicho arte: trabajos de Bécquer, de Darío, Acuña, López Velarde... en otras palabras, y con excepción de ciertos casos, no trataba de experimentar con las letras. Esto cambió para los primeros meses de 2002, cuando al revisar uno de los viejos libros de texto de mi hermana mayor (estuvo en colegio privado durante toda su educación básica, lo que le dio acceso a libros muy distintos de los que nos proporcionaban en las escuelas públicas. Fui el menor de 3 hermanos; ya no era tan importante que yo estuviera en colegio "especial"... lo que fue mejor, honestamente), pude leer un poema titulado La Aurora, del autor español Federico García Lorca:


La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.

La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.


La Aurora
("Español Activo - Tercer Curso",
Lucero Lozano) 

El texto me dejó, a falta de una palabra más conveniente, impactado. ¿García Lorca? Lo ponía en el concepto de ser, también, un poeta "tradicional", con el Romancero Gitano y obras como La Casa de Bernarda Alba. Lo que regularmente se nos enseñaba en las clases de Español en la Secundaria o Preparatoria. No tenía idea de que hubiera escrito un trabajo como La Aurora. Vamos: no tenía idea de que se pudiera escribir un poema como La Aurora. Lo leí una y otra vez, analizando cada palabra, cada frase, cada metáfora. Se percibía la angustia y el miedo que el gigante de Granada había conseguido plasmar en lenguaje poético. Y me encantó, no sólo por su calidad, sino también porque me dio una gran enseñanza al respecto de lo que realmente era la poesía, más allá de lo que había percibido como simple aficionado.

La Aurora pertenece al libro Poeta en Nueva York, escrito por Lorca durante su estancia en dicha metrópoli norteamericana entre 1929 y 1930, como residente de la Universidad de Columbia. El poeta andaluz se afilia al movimiento surrealista con dicha obra, que en ese momento estaba tomando más fuerza en el medio del cine y la pintura (con los claros y evidentes ejemplos, muy relacionados con el propio Lorca, de Luis Buñuel y Dalí). Me resultaba increíble pensar que el autor de los versos de Muerte de Antoñito el Camborio fuera, también, el creador de las escenas angustiantes del amanecer en Nueva York. No, no era increíble... Era magnífico. Y yo tenía mucho por aprender...


II. No es sueño la vida

 

Para 2004, con mi entrada a la Universidad, mis andanzas poéticas se terminaron por algunos meses. Me volví más "racional", como sólo puede volverse un cerebro que trata de comprender la teoría de la Contabilidad, cuando está más hecho para hablar de lenguaje que de números. Al poco tiempo, sin embargo, retomé la creación literaria con lo que fue mi segunda y tercera época como poeta (ya he contado esa historia). En 2006 conseguí un ejemplar de Poeta en Nueva York, que me gustaba leer por las tardes en un parque cercano... y, siendo una de mis temporadas más prolíficas en cuando a escritura, no pasó mucho para que formara mi propia versión (pastiche, bien podría decirse) de un poema de corte urbano, en el que intentara representar mis propias emociones sobre el paisaje citadino. Aquí les comparto dicho texto, que es de los pocos que se conservan de mi periodo como parte de Arihua.net:


En la Ciudad
(Abril de 2006)

*****

Campanario de pasiones olvidadas
que ilumina los pasos sin rumbo
de una humilde muchedumbre.

Habitación solitaria
que alberga a los ecos del dolor;
aves negras que claman por la noche,
con un turbio ojo de plata
que brilla en la penumbra
de las horas muertas.

Bestias de acero y fuego
que vagan por los oscuros caminos
de piedra y granito;
cantares diurnos de luz dorada
y reflejos sin tiempo, 
sin alas.

Rostros cubiertos de desgano
y hartazgo,
autómatas impunes de la urbanidad
y su desdicha calcinante;
testigos inocentes
del toque cruel de la desesperanza.

Desaliento de la vida,
desaliento de la muerte que viene:
existencia vacía e ignorada
por el deseo,
atrapada en los muros ingratos
de los días sin sombra
y los años sin cuerpo.

Andar sin destino
en la escalera de los cielos,
camino sin retorno
a la vereda del destiempo...

*****

Poco después escribí un texto en prosa llamado En la Ciudad (II), el cual era semejante al poema que han podido leer, pero más orientado a la cuestión emocional. La huella del surrealismo de Lorca se mezclaba con el descubrimiento de las letras de Morrissey (mi ídolo en tales ayeres. Tengo algo planeado para Noviembre sobre el dandy de Manchester), dando como resultado un estilo muy diferente al que había demostrado en mis viejos intentos creativos. Y ya en 2011 produje otra "poesía urbana" llamada El Blues del Lunes, la cual creo que está perdida. Pero ya hablaremos más de esa época en otra ocasión, por supuesto.

Poeta en Nueva York no sólo representó una fuente de inspiración para mis torpes creaciones. El maestro Leonard Cohen reconoció en diferentes ocasiones la influencia de Lorca en sus propios trabajos, llegando a adaptar musicalmente en 1986 el Pequeño Vals Vienés como Take this Waltz (se cuenta que dedicó 150 horas para lograr una traducción perfecta del texto original al inglés, lo que puedo creer de un hombre de la altura de Cohen). En ese mismo año, de hecho, se publica el álbum Poets in New York, a manera de homenaje por los 50 años de la muerte del autor andaluz. Este disco, encabezado por el tema de Cohen, incluía versiones musicales de algunos de los textos de Poeta en Nueva York, en diferentes idiomas y con las voces de figuras como Georges MoustakiVíctor Manuel, Donovan y Patxi Andión. Escuchemos a Raimundo Fagner y Chico Buarque con su adaptación al portugués de La Aurora:

Pueden encontrarse otras versiones del poema de Lorca con acompañamiento musical... entre ellas, la más famosa tiene que ser la de Enrique Morente y Vicente Amigo. Ahora, si me lo preguntan, yo creo que la mejor es la que grabó el rockero español Loquillo en 1998 (parte del disco Con Elegancia), junto con nada más y nada menos que otro maestrazo: Luis Eduardo Aute

Cerramos el post, camaradas. Para la próxima actualización del blog tendremos el Steam Next Fest de Octubre, con 14 títulos de los que vale la pena hablar... de algunos más, de algunos menos. Pero aquí estaremos. Y, claro: luego vendrá más poesía, con Renato Leduc y su "sabia virtud".

lunes, 7 de octubre de 2024

Retomando actividades

Revisando la lista de pendientes...
Bien: aquí estamos de nuevo. ¿Qué pasó en los dos últimos meses, que desaparecí por completo? Bueno... pues realmente no ocurrió nada especial. No hay algún motivo "mágico" que me haya llevado a mantenerme alejado del blog, a pesar de la relevancia que ha tomado para mí desde el comienzo del proyecto. Simplemente supongo que necesitaba un periodo de reflexión (digo), o al menos un espacio en el que pudiera pensar -y pensar bien- sobre la dirección en la que llevaré el futuro de Ir y quedar. El post dedicado a Mona la Vampira ha sido una manera de retomar actividades (ese artículo fue, como dije, el equivalente de escribir unas 6 entradas regulares del blog. O tal vez más, ¿han visto la cantidad de palabras que tiene? Todavía me sorprende haber podido teclearlo, considerando que buena parte de él fue realizada en un lapso de dos noches. Es un milagro que, tras 25 años de usar computadoras, me haya escapado del túnel carpiano), por lo que es mejor aprovechar el estímulo que ha significado la celebración de los 25 años de Mona para volver a las actividades.

Me gustaría comenzar a actualizar el blog de manera más frecuente, siendo menos rollero (no será fácil, pero lo intentaré. No se rían) y más centrado en, simplemente, compartir algo de música o hacer alguna recomendación breve. Los entradas extensas serían para ocasiones especiales, o cuando realmente no se pueda decir todo lo necesario con algunas palabras. No lo sé, pero es parte de lo que he planeado a manera de "evolución" para esta bitácora. Por lo pronto, y por más contradictorio que suene, sólo puedo pensar en entradas extensas... Por ejemplo, entre Agosto y Septiembre tuve la oportunidad de jugar un título llamado Astalon: Tears of the Earth. Me gustaría hablarles de él, reseñarlo a profundidad; dejar mis impresiones acerca de lo que significó jugarlo. Lo mismo puedo decir de Apotheon, otro Metroidvania que me pareció lo suficientemente bueno como para dedicarle todo un artículo. Se me han estado ocurriendo nuevas ideas para mantener el blog activo, y creo que lo mejor que puedo hacer es -también- mantener el brazo "caliente" en la cuestión de la escritura, tecleando sin fijarme demasiado. Mostrando acción.

Por lo pronto, ¿qué ocurrió en la cuestión de salud, que mencionaba en el último post de Julio? Pues ya sé qué es lo que andaba mal, y es algo que no deja de ser mi culpa. Lo peor de todo es que, desde el año pasado, ya había controlado muy bien este problema... y volvió por el simple hecho de que abusé de mi buena suerte. Dejé de cuidarme, pensando que el peligro ya había pasado. Así que, una vez más, tener que comprar medicamentos nada baratos, pagar visitas con el médico y hacer lo posible por llevar una dieta estrictamente sana, desprovista de mi droga principal (la Pepsi. Bueno, digo, ya saben que no consumo alcohol. Y si fumara, no me quiero imaginar cómo andaría)... lo que no siempre es fácil, pero no me queda más remedio. 

Tengo que ponerme a hacer las cosas en serio antes de que llegue la época navideña, con todo lo que ésta implica en la cuestión alimenticia. Y no es que yo sea un tipo muy fiestero (para nada), pero la Navidad es una buena excusa para que la familia se reúna, tal como lo hacíamos cuando mi madre vivía. Así que todo depende de mí. Por suerte, esos feos malestares que pasé entre Junio y Julio terminaron, gracias a un medicamento adecuado y a que sí he dejado muchas cosas que sólo me provocaban daño. Tengo la esperanza de que el tratamiento y, sobre todo, mi voluntad, me ayuden a recuperarme. Y si no, pues... tendré que someterme a una operación. Que no es la gran cosa, pero no deja de implicar un bisturí. Damn.

En fin: estamos ya en Otoño. Este año ha transcurrido inusualmente rápido, pero así pasa el tiempo entre más viejo te vuelves. Cuando comencé el blog, hace 7 meses, estábamos entrando al último mes del Invierno. En unas semanas estaremos llegando a Diciembre, y en pocos días terminará 2024. Un año que no puedo calificar como malo, pero sí como... ¿irrelevante? Quizá. Aún le quedan casi 90 días para mostrar músculo, pero no guardo muchas esperanzas al respecto.

En el futuro próximo del blog, tengo pensados dos artículos sobre poesía para el resto de la semana. Por ahora, cerrando la breve publicación de hoy (que hice, principalmente, para demostrar que Ir y quedar sigue y seguirá con vida), nada mejor que música. Para esta noche de Lunes, con la próxima medianoche, queda muy bien el tema Roll Bus Roll, del cantautor estadounidense Jeffrey Lewis. A Lewis con frecuencia se le considera como perteneciente al movimiento "antifolk". Más bien, yo describiría su estilo como "nerd folk". Y es que estamos hablando de un hombre que gusta, y se dedica, a los cómics. Jeffrey puede ser calificado, en toda la extensión de la palabra, como un verdadero nerd. No es un "antisistema", por así llamarle, sino un tipo que sabe componer letras que resultan tan cerebrales como relatable, usando un término que queda mejor en inglés. Aquí lo tenemos, acompañado de The Junkyard:



I wasn’t designed to move so fast.
I wasn’t designed to have so much past.
And in my minds eye they all have so much fun,
nowhere to hide, and nowhere to run.

[...]

Two weeks in England, two weeks in town.
Another hundred bucks of medication down,
another sorry message that I need to send
and another situation that I have to end.

martes, 1 de octubre de 2024

Los 25 años de Mona la Vampira

La pequeña vampira.
En realidad, empecé a escribir el artículo de hoy en Agosto de 2021. Lo dejé durante mucho tiempo "en el tintero", sin saber exactamente qué haría con él... ya que, claro está, sin redes sociales o algún otro medio que sirviera para darlo a conocer, no había mucho campo de por medio para su publicación. Al final, terminó por convertirse en uno de los principales motivos que me llevaron a iniciar el proyecto de Ir y quedar (el cual, por cierto, sé muy bien que ha estado un poco olvidado en los dos últimos meses. Ya luego discutiremos eso, en posts futuros, puesto que tengo claras intenciones de continuar con el blog. Hay mucho de qué hablar, aunque a veces no me queden demasiadas ganas de ponerme a teclear al final del día). Desde entonces, mi plan era que se publicara el 13 de Septiembre... lo cual no pudo lograrse debido a algunas complicaciones. 

¿Por qué era tan relevante esta fecha? Pues por el simple hecho de que la serie animada Mona the Vampire llegó a los 25 años de su estreno (en Canadá, su país de origen): 13 de Septiembre de 1999. Como ya se sabe y les he contado antes por aquí, tanto la caricatura como el personaje tienen una gran importancia personal para el autor de este blog, por lo que se puede considerar como una de las entradas más significativas (a nivel sentimental, supongo) que veremos en este espacio de recuerdos. Inclusive cuando ya han transcurrido -casi- tres semanas del "cumpleaños" de Mona, habría lamentado mucho que este artículo siguiera en el olvido. Y, sobre todo, no me gustaría que la celebración de sus 25 años pasara como tal. Es el momento idóneo para recordarla de manera especial. 

Sin más, los dejo con mi sencillo homenaje para Mona Parker, y un recuento de lo que esta pequeña vampira ha sido para mí. Un detalle: advierto que el post es un poco extenso. Eso es algo de esperarse en el blog, pero en esta ocasión me explayé con toda libertad. Y es que no se puede ser breve si tengo que hablar de Mona, combinando mis recuerdos con los detalles históricos del personaje. Sólo espero que mi interminable palabrería refleje, de manera adecuada, el principal sentimiento con el que escribí estas líneas: cariño.


I. You're old enough, some people say... 


Siendo sincero con ustedes, no puedo decir que conozco el razonamiento o "filosofía de vida" de la juventud actual. Pero, al menos en el ahora lejano 2001, lo que se esperaba de ti al alcanzar la edad de 15 años era que hubieras aprendido a dejar atrás muchas de las costumbres de la niñez, entre ellas el perder tiempo viendo caricaturas. Claro: con lo anterior, me estoy refiriendo específicamente a aquellas que fueron hechas para un público infantil, puesto que el ánime (mismo que había empezado a tomar mucha fuerza en la TV de México desde mediados de los 90) y algunas de las series de contenido más "adulto" resultaban aceptables, como era el caso de Beavis and Butthead, Ren & Stimpy (que se empezó a transmitir por el Canal 5 en -poco más, poco menos- el Invierno del 97, junto con Rugrats. Era bastante enferma, pero me encantaba), Daria (la mascota oficial de la Generación X), South Park, Family Guy (con sus primeros episodios, los cuales siempre he pensado que fueron de los mejores) o King of the Hill... y no hablemos de The Simpsons, cuya aceptación para prácticamente todas las edades ya era más que indiscutible. Aquello que de alguna forma tuviera el patrocinio de MTV se permitía sin problema, resumiendo.

El caso es que decir que estabas a punto de entrar a la Preparatoria venía con, entre otras cosas, la responsabilidad implícita de dejarle las caricaturas a los niños. Era tiempo de tomar algunos pasatiempos que, ante el juicio adulto, fueran más propios para la edad. No obstante, cuando me llegó dicho momento y me encontré a mí mismo como un adolescente de 15 años, a pocos meses de terminar la Secundaria, no pude evitar convertirme en fanático de una serie que llamó mi atención desde la primera vez que me topé con su nombre. Porque, de hecho, fue su nombre lo que me pareció tan extraño como cautivante en un principio.

Tarjetas de los Monstruos de Bolsillo.
Seguro que serían favoritos de Mona.
(Imagen de MercadoLibre)

Para comenzar con nuestra historia, tenemos que ir hasta mediados del año 2000, cuando me gustaba revisar la programación de TV por cable en el periódico El Norte (nada más para ver de qué “me estaba perdiendo”, ya que no teníamos aún  el servicio de Cablevisión o Multivisión en casa. ¿Cómo olvidar que, en el Monterrey de los 90, existían dos servicios de TV de paga en eterna competencia; Cablevisión -entonces propiedad del grupo Multimedios, ahora parte de izzi telecom- y Multivisión, de MVS? Todos preferían a Cablevisión, al tener más canales y ofrecer el poderoso Intercable como servicio de Internet, que superaba por mucho a los módems telefónicos). 

Y es que, después de todo, el título Mona la Vampira no era exactamente común. Al menos, no para una caricatura. Dicho nombre no me hacía pensar en una serie animada, sino en alguna especie de programa de terror mezclado con comedia. De hecho, me recordaba a dos cosas, bastante alejadas entre sí: a la Vampiresa de los Monstruos de Bolsillo (originalmente distribuidos en EEUU y Europa con el nombre Monster in My Pocket. Llegaron a México, como es bien sabido por cualquier nostálgico empedernido, gracias a las cajitas de dulces de Sonric's en 1994) y al tema Long Cool Woman (In a Black Dress) de The Hollies, comúnmente traducido como La Vampiresa de Negro. Una cosa no tenía que ver con la otra, pero esa era la rara conexión que mi cerebro de 14 años, atrofiado por la cantidad de horas de DooM que jugaba en aquellos tiempos, podía hacer.

¿Qué era eso de "Mona la Vampira"? ¿Algún programa europeo, como los que solían transmitirse por el canal 28 local en el espacio de Ventana de Colores (no andaba tan errado, aquí entre nos)? ¿Era la versión “family friendly” de Elvira? ¿Una botarga de la era soviética, o algo al estilo de Juana la Iguana? ¿Un programa cultural de bajo presupuesto?... Creo que, a pesar de mi curiosidad, nunca llegué a buscar en línea algún tipo de información sobre lo que fuera  "Mona la Vampira". Inclusive, ya cuando la familia tuvo el servicio de cable (después de Septiembre de 2000), siempre olvidaba poner la TV en el canal 41, la señal del canal del IPN en Monterrey, en donde había visto referencias a tan misteriosa serie... o lo que fuera. De cualquier forma, ¿qué importancia podía tener?, pensaba. Seguramente era algún programa random, al que no le prestaría mucha atención. 

Pues  resultó que no. Cuando la casualidad me llevó a conocer a Mona, me topé con una caricatura bien realizada, cuya protagonista me despertó simpatía de inmediato. Fue la tarde del Jueves 19 de Abril de 2001 (y lo recuerdo muy bien porque estaban ya próximas a terminarse las vacaciones de Semana Santa de dicho año, las cuales tengo muy presentes), cuando el zapping me llevó a ver el episodio La Batata Mutante (llamado Yak of the Yammering Yam en inglés, segundo segmento de la T1E14). Poco imaginaba que acababa de encontrarme con un personaje que, dos décadas más tarde, seguiría teniendo una enorme importancia sentimental para mí… con todos los cambios que ha traído la vida y el mundo. Pero, antes de seguir con mis recuerdos, vamos a dedicarle algunas líneas a la historia de Mona the Vampire...


II. Now I'm going back to Canada, 

on a journey through the past


"La Batata Mutante" ("Yak of the Yammering Yam"),
mi primer episodio de Mona the Vampire.

La pequeña Mona Parker es una niña de 10 años con una gran afición por todo lo relacionado con el género de horror y el sci-fi, particularmente el cine, la literatura y los cómics. Su imaginación es muy activa y, al fin niña, piensa firmemente que los monstruos y fantasmas de los cuentos de miedo forman parte de la realidad, por lo que es necesario enfrentarlos para evitar que aterroricen a la población inocente. Con dicho fin, Mona toma una capa hecha con lo que alguna vez fuera una cortina morada, sus colmillos de plástico, una llamativa peluca negra y un toque de maquillaje. Esto es suficiente para convertirse en su alter ego: Mona la Vampira. Junto con sus amigos Charley Bones y Lily Duncan, a quienes Mona les ha dado sus propias identidades "secretas" como Zapman (Relámpago) y Princess Giant (Princesa Gigante), el trío se dedica a investigar casos sobrenaturales que, muchas veces, sólo existen en las fantasías de Mona. Algún hecho que puede calificarse de trivial, sea un drenaje tapado, un videojuego adictivo o un concurso de deletreo, basta para que la imaginación de Mona se mezcle con su mente analítica y su curiosidad natural, junto con una personalidad que no conoce la timidez o el significado de la palabra "no". Las fantasías de la pequeña investigadora, aunque podrían parecerle tontas a muchos de los personajes que no comparten su agilidad mental, en ocasiones terminan por ser la clave para resolver situaciones completamente reales, llegando inclusive a evitar crímenes o dar con los responsables de alguna fechoría. 

Como los conocedores de los cuentos de terror podrán haberse dado cuenta ya, Mona es el equivalente infantil de los llamados "detectives de lo sobrenatural" que han existido en la literatura del género desde hace más de un siglo, con ejemplos como el John Silence de Algernon Blackwood, Carnacki de William Hope Hodson, Jules de Grandin de Seabury Quinn, o Titus Crow de Brian Lumley, por mencionar solamente algunos de los más conocidos. Vaya, inclusive podríamos hablar del Dr. Van Helsing como una inspiración menor de Mona (a decir verdad, y aunque parezca obvio después de pensarlo por seis segundos, creo que su nombre es una adaptación del que tuviera la heroína de Drácula: Mina Harker), de no ser por el hecho de que nuestra pequeña sleuth es -o se considera a sí misma, claro- una vampira... a pesar de que eventualmente se enfrentaría a una cazadora de vampiros, lo que tuvo perfecto sentido dentro de la temática de la serie. 

A diferencia de otros programas de corte similar, los "seres de la noche" presentados en los argumentos de Mona the Vampire no terminan por ser oportunistas con disfraz en busca de algún beneficio (lo común para Scooby-Doo y su amigo volador), sino que, ya sea como simples creaciones de la mente de Mona o convertidos de alguna forma en realidad, hacen acto de presencia abiertamente. Así, Mona la Vampira y sus amigos luchan con espectros, zombies, mutantes, invasores del espacio, robots malignos o vampiros por igual, siempre encontrando la manera de vencerlos con una mezcla de imaginación e investigaciones detectivescas. Puedo entender la razón de que la fórmula funcionara bien. 

Confieso que me sentía extrañamente identificado con la Srita. Parker, ya que la conocí justo cuando me encontraba en mi era de máxima dedicación a la literatura de horror. Lovecraft y Poe eran mis ídolos, a los que trataba de imitar con la composición de relatos de calidad cuestionable y constantes ideas que no llegaron a cuajar por una u otra razón. Aunque me sigo considerando un entusiasta de los cuentos de terror (ya mucho menos que en su época, puesto que preferí la afición por la música), hablamos del momento exacto en el que mi pasión por el tema cobraba forma. Al igual que Mona, la fantasía y el miedo se convertían en verdadero entusiasmo al leer The Hound o The Dreams in the Witch House del viejo Howie, The Masque of the Red Death de Poe o An Episode of Cathedral History de MR James (uno de los mejores cuentos de terror en la historia del género, en la opinión de este redactor). 

Encontrando difícil hablar del tema con los compañeros de mi edad (a excepción de algunos conocidos, un poco mayores y extranjeros, con los que trataba en línea), terminaba por ver a Mona como una pequeñita que fácilmente me hubiera gustado tener como amiga o hermana menor en la vida real. O… bueno, supongo que es obvio: el adolescente poético de 15 años se había enamorado de la niña ficticia que compartía sus gustos, cuya personalidad voluntariosa era un muy necesario contraste en su vida. Aun así, no lo aceptaba abiertamente... nadie sabía que me gustaba la serie, ni el personaje. Era una especie de secreto personal. Algo parecido a Kazama con Moepi en Crayon Shin-chan (o, más bien, MUY parecido).

Programación de TV para el 13/09/99,
según The StarPhoenix de Saskatoon.

Con mi interés ya completamente despertado, no perdí mucho tiempo para investigar sobre los orígenes de nuestra niña macabra. La serie, una producción francocanadiense entre el grupo CINAR Alphanim (hoy Gaumont Animation), había comenzado a transmitirse en Canadá en el otoño de 1999, como estreno del canal YTV. Para entonces, sin embargo, el personaje ya había existido por casi una década en el ámbito literario. Su primera aparición fue el 30 Agosto de 1990, como la protagonista del -previsiblemente llamado- libro  Mona the Vampire, con texto y dibujos de la autora británica Sonia Holleyman, en la editorial Orchard Books.

La Sra. Holleyman tenía acumulada una experiencia de varios años como, principalmente, ilustradora de libros infantiles. Ahora bien, Mona the Vampire fue un proyecto en el que decidió echar mano de su creatividad tanto en arte como en historia. No puedo precisar si fue su intención desde un comienzo, o si se trató de una idea que terminó llegando con el paso del tiempo, pero Mona se convirtió en un personaje recurrente para sus libros futuros... aunque ya no como vampira. Quizá a manera de representación de la forma en que los niños suelen cambiar de aficiones o ideas constantemente, la pequeña incansable regresó en el texto Mona the Hairdresser (1992, también publicado con el título Mona the Brilliant en la edición de EEUU), en el que ahora decide probar suerte como una estilista aficionada. Poco después, ya para fines del 93, se publica Mona the Champion, contando la manera en la que Mona crea todo un caos cuando acompaña a su padre a la piscina. 

Los tres libros son muy graciosos, e inclusive como adulto no puedes evitar reír de buena gana al mirar las ocurrencias de Mona. Y esto es porque la Mona de Holleyman es muy lista, pero también de lo más loca y caótica. No tiene la personalidad analítica y cerebral de su versión animada (no le interesan los misterios, sin ir más lejos. No es detectivesca, como su contraparte de CINAR), pero ya muestra sus claras intenciones de divertirse... sin importar qué o a quién tiene que superar para conseguir su objetivo. Cabe señalar que Charley o Lily no existían todavía en estos libros, pero sí podemos encontrar (aún sin nombre) a los padres de Mona, Miss Gotto y al Director Shawbly. ¡Ah! Por supuesto: el gato Fang aparece, desde el primer momento, como el amigo inseparable y compañero de locuras de Mona

"Mona the Vampire" en edición de tapa dura (1990); 
"Mona the Champion" y "Mona the Hairdresser"
en tapa blanda (1995 y 1993, respectivamente).
Colección personal de Catz.

Parte de "Mona the Vampire". Nótese que el diseño original
de Mona se conservó para la serie animada, junto con lo que
claramente serían Miss Gotto y el Director Shawbly.


"Mona the Hairdresser".
La pequeña Mona deja claro que no dará reembolsos.
Hairdresser on fire...

La Mona de Holleyman en "Mona the Champion",
haciendo lo que mejor sabe hacer: desmadre.

El libro original de Mona the Vampire se publicó en diferentes idiomas (he encontrado, hasta el momento de la redacción de este artículo, traducciones al alemán, francés, español, catalán, danés y finlandés), teniendo dos ediciones en pasta blanda para el Reino Unido entre 1991 y 1995. El texto fue adaptado por Delacorte Press para el mercado de EEUU, con algunos cambios de palabras por aquello de las diferencias del inglés británico con el americano, teniendo su edición hardback en 1991 (la cual, por cierto, es muy fácil de encontrar. La UK de 1990 es la que resulta un poco más complicada de conseguir), reeditándose en el 95. Tras el éxito de la serie animada, se publicaron dos ediciones más en pasta blanda en 2001 y 2004, con el nombre The Original Mona the Vampire Book, también bajo el sello de Orchard.

Ediciones 2001 y 2004 de "Mona the Vampire" (UK), Orchard Books.
En Canadá, su producción estuvo a cargo de Scholastic.

Mona the Hairdresser y Mona the Champion tuvieron su correspondiente presentación en pasta blanda en el 93 y 95. Ahora bien, aparentemente nunca volvieron a editarse. Y digo aparentemente porque he encontrado referencias pequeñísimas a una posible edición del 2000 para ambos textos. No hay muchos datos sobre ellas, pero seguiré buscando para darles mayor información en el futuro. Como parte de mi colección personal de Mona, tengo la edición original de Mona the Vampire en pasta dura, tanto de UK como de USA. También dispongo de Mona the Hairdresser en pasta blanda (acabo de conseguirla, por fin, en hardback), su versión en pasta dura de EEUU (Mona the Brilliant) y Mona the Champion, también en paperback. Es casi imposible de conseguir en hardback... La he visto disponible para compra en alemán, únicamente, pero nada de la inglesa. 


III. We can work it out


A pesar de todo, las andadas vampirescas de Mona no iban a quedarse en el olvido. A finales de 1995, Sonia Holleyman publicó dos libros más sobre el personaje en Orchard Books, los cuales podrían catalogarse como "spin-offs" del texto original de 1990: Mona the Vampire and the Big Brown Bap Monster y Mona the Vampire and the Hairy Hands, ambos de Noviembre de 1995 en pasta dura. Sin embargo, la Sra. Holleyman no fue la responsable de escribir dichas historias. Ella se encargó solamente del apartado gráfico, teniendo esta vez la colaboración de la autora sudafricana Hiawyn Oram para el argumento.

Los cuatro libros Oram-Holleyman,
en sus primeras ediciones de pasta blanda.
Colección personal de Catz.

El nombre de Oram ya era conocido en el medio de la literatura infantil desde la década de 1980, identificada por su labor como escritora. No he podido encontrar alguna referencia al respecto de cómo se dio la creación de la mancuerna Oram-Holleyman, pero su colaboración sentó las bases de lo que años más tarde veríamos en la serie animada de Mona the Vampire. Y es que muchas de las ideas de la caricatura ya están presentes en los libros, empezando por la introducción de dos personajes clave: Charley y Lily. En Mona the Vampire and the Big Brown Bap Monster tenemos la primera aparición de Lily Duncan, ya con su alter ego de Princess Giant. Este cuento se adaptaría, de forma bastante libre, en el episodio The Red Moon Monsters de la primera temporada de Mona the Vampire

El origen de Princess Giant, de acuerdo con Mona.
"Mona the Vampire and the Big Brown Bap Monster".

Hay dos cosas que podemos notar sobre los libros de Oram-Holleyman. Primero: son considerablemente más extensos que aquellos publicados por Holleyman en solitario, con un mayor énfasis en el texto que en el arte. Y, hablando del arte, el diseño de Mona es algo distinto del de los tres libros anteriores. Y por ello no me refiero nada más en cuanto al dibujo, sino también en personalidad. Esta Mona es más calmada y emocional que el torbellino hiperactivo de los trabajos previos de la Sra. Holleyman. Aunque ya tiene un interés establecido en los temas sobrenaturales y muestra la gran imaginación que conocemos de la pequeña Parker, sabe diferenciar entre lo que es juego y realidad. Tampoco muestra muchos rasgos detectivescos... la describiría como el "prototipo" de lo que fue la Mona de la serie animada, con todavía algunos elementos de su contraparte original. No me gusta mucho, la verdad. Prefiero la versión original del personaje... y, por supuesto, la animada.

"Mona the Vampire and the Hairy Hands" nos presenta
a Charley Bones, todavía sin el papel de Zapman.

En Febrero de 1996 se publicaron los dos últimos libros de Mona the Vampire creados en conjunto por Oram y Holleyman. Estos son Mona the Vampire and the Jackpot Disaster y Mona the Vampire and the Tinned Poltergeist. En el primero de ellos tiene su debut Angela, que ya era un personaje bastante pesado desde entonces... se explica que solía ser la mejor amiga de Mona, hasta que su familia ganó la lotería (lo que igualmente se llegó a mencionar en la serie animada). En este libro también aparecen otros personajes que serían frecuentes en el programa, como el Reverendo Gregory o Miss Gotto (anteriormente sin nombre). Otro detalle es que se le da a Mona el apellido Nashley, siendo que el personaje carecía de uno hasta dicho momento. Ya sabemos que se cambiaría a Parker más tarde.

Varios personajes tienen su presentación en
"Mona the Vampire and the Jackpot Disaster". 

Mona Nashley se convirtió en Mona Parker.
No lo juzgo, pero tal vez Nashley era más original.

Con Mona the Vampire and the Tinned Poltergeist se cerró la colaboración entre Holleyman y la autora sudafricana, concluyendo el ciclo de historias de Mona the Vampire con un total de cuatro libros (aquí me gustaría aclarar que en la siempre dudosa Wikipedia, en el artículo de Sonia Holleyman, se afirma que fueron seis los libros que publicó junto a Oram. Esto es totalmente incorrecto, aclarando). Dentro de las páginas de este volumen pudimos ver a Charley en su introducción como Zapman.

Zapman, muy distinto a como lo conocimos
en su versión animada. 

Hasta donde he podido averiguar, los cuatro libros de Oram-Holleyman sólo se distribuyeron en el Reino Unido (y de forma limitada en EEUU y Canadá), con sus ediciones en pasta blanda entre el mismo año de 1996 y 1997, siendo parte de la colección Orchard Super Crunchies. Cuando la serie animada comenzó a ganar popularidad, se publicaron dos reediciones en 2001 y 2004 (como pasó con el libro original de Mona the Vampire, lo que ya se ha dicho), las cuales se editaron específicamente para el mercado de Reino Unido, con sus variantes de Canadá, Francia e Italia, según lo que he encontrado en mis búsquedas. Puede que hayan existido ediciones en otras partes del mundo, como España, pero no puedo confirmarlo todavía. En mi colección personal, dispongo de los cuatro libros en su edición paperback noventera. Los he buscado mucho en pasta dura, pero no he podido encontrarlos en ninguna parte. También tengo la edición de 2001 de Bap Monster y la de 2004 de Jackpot Disaster; el objetivo sería conseguir todos los libros en cada edición, claro. No es fácil.

Edición 2001 y 2004 de "Mona the Vampire and the Big Brown Bap Monster".
La versión canadiense reemplaza "bap" por "burger",
ya que no es un término muy utilizado fuera de Bretaña.

Aunque el dúo Oram-Holleyman no nos regaló más historias, Mona aún tenía mucho para decir. En el mismo año de 1995, se publica en Inglaterra el Little Vampire's Diary, un libro de estilo "pop-up" completamente bajo la autoría de Sonia Holleyman. Como en los viejos tiempos, la protagonista era nuevamente Mona, acompañada de Fang. El libro, siendo típico en su género, se apoya mucho en la cuestión física; está lleno de curiosidades, como una gafas que le permiten al lector descifrar algunos códigos secretos (algo parecido a los Spectrespecs que utiliza otra chica excéntrica y creativa... que también me es muy querida... pero eso ya lo saben, ¿no?). Es difícil explicar todo lo que tiene, por lo que les dejaré un video que muestra a detalle su contenido.


Tal vez podrán notar que el libro no menciona a Mona, sino a una tal Plaxie Wishbone. Lo que ocurre es que el video está hecho con la edición de EEUU, la cual es muchísimo más común que la original inglesa. Por alguna causa, quizá derechos o en algún acuerdo legal con Orchard, la versión americana dejó completamente fuera a Mona. Dicho delito de omisión fue corregido en 2001, cuando el libro de UK se reedita como The Original Mona the Vampire's Diary. Este último forma parte de mi biblioteca, y hace unos días pude conseguir -por fin- la primera edición de 1995. Nada de la usurpadora Plaxie Wishbone para el viejo (literal) Catz. He encontrado que se realizaron traducciones al catalán, italiano, alemán, español, portugués y francés, en las que también cambiaron el nombre de Mona por "Fina Triquina", "Alina Sombra" y "Charlotte de Karpathe" para los tres últimos idiomas que les he indicado. Supongo que Mona no les gustaba...  Como sea, recuerdo haberme topado con una reseña del libro (bastante agria, por cierto) a principios de 2002. Es de 1996; me asombra que aún siga en línea, después de casi 30 años.

Las tres ediciones de "Little Vampire's Diary". UK, USA y reedición 2001.
La de USA es, por mucho, la más común. Pero no tiene a Mona...

En 1997 se publica una continuación de Little Vampire's Diary, llamada Little Space Cadet's Supersonic Space Case, nuevamente con Mona como protagonista. Al igual que pasó con el libro anterior, fue impreso en EEUU como una aventura de Plaxie Wishbone (con el nombre Little Space Scout's Space Case). Este libro -dicho sea desde la perspectiva de un usuario de México- es muy difícil de encontrar en cualquier edición; al igual que pasa con el primer volumen de la serie, lo he visto con seis traducciones, por lo que no se puede calificar como un texto "cualquiera" o de poca importancia. No obstante, me he hecho a la idea de que quizá tendré que esperar varios años más para poder comprarlo... Así que, con el permiso de ustedes, lo voy a calificar como la principal rareza del universo de Mona y la Sra. Holleyman.

El libro perdido de Mona.

Bien; ya hemos hablado de forma extensa sobre los libros de Mona. Ahora, pasemos a la tan querida serie animada...


IV. Un canadien errant

 

La página web de CINAR en Mayo de 1998.
Mona se veía, em... ¿peculiar?
Como ya les he contado algunas líneas más arriba, la primera temporada de Mona the Vampire tuvo su gran estreno en Canadá el 13 de Septiembre de 1999, siendo parte de la programación vespertina del canal YTV. Los 26 episodios de la temporada se dividieron en dos, por lo que sólo los primeros 13 fueron transmitidos en el 99. El resto llegaron entre el Verano y el Otoño de 2000, cerrando de manera especial el 14 de Febrero de 2001 con Cupid's Mark/The Lost Pirates (por obvias razones. Digo). 

La historia de la caricatura en sí tuvo su comienzo entre 1996 y 1997, cuando el escritor y productor británico Ian Lewis (de The Farnham Film Company) propuso la idea de convertir los libros de Oram-Holleyman en una serie animada. Ninguna casa productora del Reino Unido tenía interés en el proyecto, sin embargo, por lo que Lewis lo llevó a Canadá, en donde fue aceptado como un trabajo a futuro de la compañía CINAR. Revisando su página web en The Wayback Machine, puedo ver algunas referencias a Mona the Vampire en el informe anual de 1996, publicado en la Primavera del 97, cuando aún no contaban con la coproducción de Alphanim (misma que ya puede apreciarse en el reporte de 1997). El desarrollo de la serie arrancó formalmente en Junio de 1998, con la creación de los 26 episodios que conformaban la S1.

The Gazzette de Montreal
(10/06/98)
Buena parte del elenco canadiense de voces de Mona the Vampire también participó en Arthur Sagwa, the Chinese Siamese Cat (recuerdos del Otoño de 2003, la señal de cable con "convertidor" y el canal de la PBS...). El reparto era encabezado por Emma Taylor-Isherwood, una joven actriz que luego pudimos ver como la protagonista de la serie live action Strange Days at Blake Holsey High (o Colegio del Agujero Negro, que fue como la bautizaron en nuestro idioma cuando la pasaban por Fox Kids. La recuerdo bien... no iba con mi estilo, pero de vez en cuando la ponía sólo para ver a Mona "real"). El resto de la plantilla principal se componía de Carrie Finlay en el papel de Lily, junto a Justin Bradley interpretando a Charley (que en esa época también tenía el rol protagónico en Arthur).

Mona the Vampire se volvió todo un hit en Canadá, el cual no se limitaría a su propia nación. La caricatura llegó a diferentes regiones del mundo, volviéndose muy popular en Inglaterra y Francia. Ya hemos explicado que dicho éxito provocó que los libros de Oram-Holleyman fueran reeditados poco antes del estreno de la segunda temporada de la serie (Mayo de 2001). También salieron a la venta un libro para colorear, un cuaderno de actividades, ocho "libritos" que eran adaptaciones directas de algunos de los episodios de la serie... y otra mercancía que estaba más orientada al mercado de juguetes, como rompecabezas o el peluche oficial.

"Botarga" de Mona promoviendo los libros
de la serie, en lo que seguramente fue
algún evento de CINAR en la época (2001). 

Para México y el resto de Latinoamérica, las aventuras de la vampira en miniatura fueron estrenadas por ZAZ, el extinto canal de cable mexicano propiedad del grupo MVS. En sus comienzos (1991-1995), ZAZ fue la emisora en la que debutaron muchos de los programas de la cadena Fox y Nickelodeon, como competencia directa a Cartoon Network en nuestra la región. Con la llegada de Fox Kids y el canal Nick, ZAZ no tuvo más remedio que enfocarse en las producciones de compañías canadienses y europeas, siendo CINAR una de ellas. Por dicho historial, no es de sorprender que fuera el canal que trajera a Mona the Vampire para el público latino. Aquí cabe señalar que ZAZ estaba muy enfocado en ofrecer una programación sana, por así llamarle. Su lema era "Televisión sin violencia", y se tomaban dicha máxima muy en serio.

Basándome en lo que he podido investigar revisando la hemeroteca de El Norte, parece ser que Mona tuvo su estreno en ZAZ el Martes 7 de Marzo de 2000, en el horario de las 3:30 PM del centro de México, con repetición a las 9:30 PM. Lamentablemente no he encontrado algún documento o noticia "en forma" que me corrobore este dato, pero la información parece cuadrar bastante (y se ajusta a mis recuerdos más antiguos sobre el nombre de la serie, como decía al principio del artículo). La aparición de Mona en las pantallas nacionales fue rápida, por cierto, puesto que la serie tenía apenas seis meses de su estreno en Canadá. Comparemos las cosas con Francia, en donde llegó hasta Noviembre de dicho año... y eso que Alphanim era una compañía gala. 

El doblaje se realizó en los estudios Fandango de la ciudad de México.  Dicho centro era propiedad de la misma CINAR, y estaba específicamente destinado al doblaje de las producciones de la compañía canuck. La grabación de los tracks de la serie seguramente fue hecha entre fines del 99 y principios de 2000 (tal vez Diciembre/Enero. Esto es suposición mía, aclarando; bien pudo ser, a gran velocidad, en Febrero de 2000), con un elenco encabezado por Cristina Hernández en el papel de Mona la Vampira. Cristina en ese momento ya tenía más de una década de experiencia en el medio, pero su voz era muy bien conocida (y gustada) gracias a tres interpretaciones en particular: Bombón (Blossom) de las Powerpuff Girls, Sakura Kinomoto en Sakura Card Captor (siempre, siempre me recordó a Mona) y Wednesday Addams en las dos películas noventeras de The Addams Family. Su voz le quedaba muy bien a la pequeña Mona Parker, y la sigo valorando como la oficial y más apropiada para el personaje

Otros de los actores que participaron en el doblaje fueron José Antonio Macías (quien se ha convertido en una de las figuras más reconocidas de dicho arte. En el año 2000, sin embargo, muchos identificábamos su voz por un par de personajes. A saber: Mousse en Ranma ½ y James en Pokémon. También fue, precisamente, el locutor del canal ZAZ en la "era de Mona") como Charley, Mónica Estrada en el papel de Lily (que podía recordar por su trabajo como otra Lili en Rugrats) y Rebeca Patiño en un rol doble, interpretando a la madre de Mona y fungiendo como directora de doblaje de la serie (los "niños de los 90" tenemos presente la voz de la Sra. Patiño en dos extremos... dando vida a la siempre elegante C.C. Babcock en The Nanny... y, bueno, con todo lo que decía en Drawn Together...). 

También estaba Raúl Anaya como el Sr. Parker (hoy identificado por ser el Master Chief en la serie Halo. Sólo jugué el 1, porque fue el único que salió para PC en los 2000. Bueno, el 2 también, pero nunca lo conseguí), Herman LópezPilar Escandón, por mencionar sólo una parte del talento que nos trajo Mona the Vampire a nuestro idioma. El gustado tema musical corrió a cargo de la cantante Jade, quien años atrás grabara el de Ranma ½ (que efectivamente vi, ya que estamos en eso, a principios/mediados del 98. No era exactamente apropiada para un niño de 12, pero todos en la Primaria seguíamos el ánime, al terminar Dragon Ball Z. Recuerdo las "barajitas" que vendían afuera de la escuela; algunas a peso, y otras más cremosas a precio mucho mayor. El juego de SNES, Hard Battle, de pronto se hizo imposible de encontrar para renta en el Blockbuster de mi zona, cuando antes del 98 nadie lo quería. But I digress).

Fotografía de Cristina Hernández, junto a
algunos de personajes emblemáticos. Mona no podía faltar.
(Imagen de Doblaje Wiki)

Contando algo más sobre el doblaje mexicano (anécdota personal, realmente), hace unos años vi un comercial de Bimbo (no estoy seguro de qué tanto se conozca esta marca fuera de México, pero es una de las empresas más identificables del país, gracias a sus productos de pan), mismo en el que aparecía el Osito Bimbo... la eterna mascota de la compañía (quisieron "matarlo" con esa tontería de la ley de los empaques. Pero sobrevivió, como lo hace un verdadero ícono). Cuando lo escuché hablar, pensé: "me estoy volviendo loco... La voz del oso casi suena como la que tenía Mona... por momentos, al menos". No me equivoqué, de hecho; Cristina Hernández fue, entre muchos otros personajes después de que interpretara a Mona la Vampira, la voz oficial del oso panadero durante varios años en los 2010. Y lo hacía muy bien, como era de esperarse de uno de sus trabajos.

Ahora bien, creo que buena parte del público mexicano que conoció a Mona no fue gracias al canal ZAZ. Me incluyo entre los muchos que pudimos ver la caricatura en el Canal Once del IPN, mismo que en Monterrey se transmitía en la señal de Cablevisión como el canal 41. La historia de esta cadena es de sobra conocida, especialmente por los habitantes de la Ciudad de México (el eterno DF), pero no está de más recordarla de manera breve: se trata de un canal de TV de acceso público, mismo que le pertenece al Instituto Politécnico Nacional (IPN). Su programación siempre ha estado orientada a la cultura y la educación, papel que ha desempeñado en las pantallas nacionales desde 1959, precediendo en ello, por muchos años, al conocido Canal 22. La barra infantil de Canal Once habitualmente incluía caricaturas "diferentes". Por ello me refiero a que no transmitían el mismo tipo de programas que podíamos esperar en el Canal 5 de Televisa, dando un ejemplo. 

En lugar de contenido de Disney o Nelvana, la señal del IPN disponía del segmento Ventana de Colores en los 90. Este incluía muchas series animadas o cortos de, principalmente, Europa y Asia (Japón, en particular). Así, pudimos ver algunas series que se habrían quedado en calidad de desconocidas en México de otra forma: Dig & Dug with Daisy, Mariolino (le encantaba a mi hermana mayor), MorphJimbo and the Jet-Set, Christopher Crocodile, Mr. Benn, o el show japonés de marionetas Niños en crecimiento (sí, el del chango de los memes. Tengo el tema musical grabado en el cerebro). Recuerdo otras dos, cuyo nombre se me escapa; una sobre un chivo (ok, bueno... No puedo decir mucho), y otra acerca de un rey en la era medieval que solía disfrazarse de campesino para convivir con su pueblo.

En Monterrey conocimos Ventana de Colores porque repetían el segmento en el Canal 28 local, usualmente a las 3 ó 4 PM. Me recuerda particularmente a las vacaciones de Verano de entre el 95 y 97, puesto que cursé toda la Primaria en el turno de la tarde. Únicamente podía disfrutar de las excéntricas animaciones europeas cuando me quedaba en casa por una u otra razón. ¡Ah! ¡Se me olvidaban los Moomin! También los repetían por el 28, siendo común encontrarlos cada Sábado y Domingo por la mañana.

Barra de Cablevisión Monterrey, según
el periódico El Norte, el 9 de Noviembre de 2000.
Mona a las 16:00 en IPN y ZAZ.
El contenido para el público infantil de Canal Once empezó a renovarse con la llegada del año 2000. Aparecieron algunas series nuevas, siendo el caso de la australiana Li'l Elvis and the Truckstoppers... y, poco después, Mona the Vampire. Revisando de nuevo los ejemplares de la época en los archivos de El Norte, y haciendo algunos cálculos que parecen coincidir con mis propios recuerdos de tal periodo, todo parece indicar que Mona tuvo su estreno en la barra infantil del IPN el día Jueves 9 de Noviembre de 2000, en el horario de las 4:00 PM (una semana antes fue 2 de Noviembre, fecha bastante "apropiada" para la temática de Mona, pero ese día se transmitió programación especial por Canal Once), como parte del bloque Zona O. La serie únicamente pasaba los Jueves en un principio, pero a partir del  2 de Enero de 2001 se agregó a los Martes. Como señalaba antes, yo descubrí a Mona cinco meses después de su arribo al Politécnico, en Abril de 2001. Basándome en el orden por producción de los episodios, las fechas concuerdan, porque estoy totalmente seguro de que La Batata Mutante fue el capítulo que me dio el primer vistazo de Mona. Y lo sostengo.

Pero dejemos eso por ahora, pasando de nuevo a los recuerdos...


V. Ah, now I don't hardly know her,

but I think I could love her


La imagen de Mona en su bicicleta estuvo mucho
tiempo en el disco duro de mi computadora Alaska...

Mona the Vampire me gustó de inmediato. No era una caricatura promedio, y el disfraz de vampira de Mona, aunque de lo más raro en un principio, era una de las razones por las que te dejaba una impresión muy característica en la memoria. Pero me gustaba más sin el disfraz... como la había visto aquella tarde de Abril, con su cabello corto y los dos "moñitos" rojos que lo adornaban. Me encontré a mí mismo pensando en la serie y en el personaje constantemente en los días que siguieron al flechazo, cuando trataba de enfocar mi atención en el último bimestre de la Secundaria y en el ya próximo examen de admisión a la Preparatoria. Pero era un hecho que Mona seguía muy activa en mi subconsciente, como pasa cuando sabes -pero quieres negar y negar- que te has enamorado... y ahí me tenían, sintonizando el Canal Once la tarde del Martes siguiente... y del Jueves, y del Martes, y del Jueves, y.... vaya: así seguí. 

A veces no podía verla. O, mejor dicho, no quería verla, según yo (por las razones que ya he explicado. Chico de 15 años, Prepa, caricaturas... ¿es claro, no?). Miraba el reloj, que avanzaba con una lentitud dolorosa entre las 4:00 y las 4:30 PM. Cuando finalmente pasaba la media hora y Mona se había ido, una parte de mí se repetía que había "hecho bien". Y otra parte de mí se sentía de lo más triste, pensando que había perdido mi oportunidad de ver a la pequeña vampira, que era lo que yo realmente quería. Recuerdo que a fines de Abril, el Viernes 27, busqué algo de información sobre Mona en el Internet de la época. No había mucho material, pero puedo acordarme a la perfección de la primera imagen que encontré, en la entonces página de CINAR. Era un dibujo, claramente hecho por Sonia Holleyman, con Mona y Fang en su bicicleta. Luego supe que dicho arte fue la portada de la segunda edición americana del libro original de Mona the Vampire, de 1995. Extremadamente difícil de encontrar en 2024, pero no pierdo el optimismo de hacerlo algún día.

Resumen del episodio "Pixies", según lo 
redactaría Mona, en www.monathevampire.com
La página estaba hecha con prácticamente 100% Flash.
Total... Mona se convirtió en mi "amor clandestino"... de "a escondidas, cada tarde...", como dice una balada clásica (que por supuesto que al chamaco sentimental le encantaba escuchar). Mi hermana y yo acabamos por tomarle afición a ver SpongeBob (en sus comienzos. Increíble que todavía siga vigente, ya con casi tres décadas a cuestas), mas ella no tenía sospecha alguna de que me gustaba otra caricatura, sobre cierta niña imaginativa. Ahora sé que no me hubiera dicho nada, y ella misma me lo ha confirmado en nuestras pláticas. Nadie me hubiera dicho nada, pero en su momento suponía, estúpidamente, lo contrario. El caso es que pasó el tiempo, y mientras los 26 episodios de la primera temporada de Mona se repetían en el Canal Once, la segunda estaba en camino de arribar a las pantallas canadienses por YTV, lo que finalmente ocurrió en Septiembre de 2001. Para dicho punto ya se encontraba en línea su web oficial, www.monathevampire.com. El sitio contenía algunos juegos sencillos, además de una pequeña guía de episodios que mostraba un resumen de cada capítulo, emulando el diario en el que Mona escribía sus aventuras. Creo que jamás lo actualizaron, siendo que sólo incluía la temporada uno. También podían descargarse fondos de pantalla, diseños para colorear y un video musical del tema de la serie, con Mona "bailando" muy a su estilo, entre otras curiosidades. 

Había, además, una sección en la que presentaban una breve historieta de cuatro paneles, para que los visitantes improvisaran un argumento basado en ella. Prometían que, al final de cada mes, el mejor sería seleccionado para tener su aparición en la página. Con todo, esto se abandonó rápido, porque recuerdo que la misma historia que vi en Agosto de 2001 seguía en línea dos o tres años después. Desafortunadamente, el dominio expiró en 2016 (más de una década... ok, no podemos quejarnos); no ha habido suerte utilizando The Wayback Machine, pero con algo de maña se puede tener acceso a los archivos .SWF que formaban el contenido Flash del sitio. Y esto es porque toda la página dependía de Flash, lo que era típico de las webs de los 2000. Entre otros de mis planes, tal vez más adelante ponga una versión offline de monathevampire.com en el blog.

Audiogalaxy y Winamp...
Herramientas básicas para cualquier melómano
a comienzos de los 2000. 
Recordar a Mona es, necesariamente, también recordar lo que fue mi vida entre 2001 y 2005. El final de la Secundaria, mi comienzo como estudiante de Preparatoria. Problemas con Química, Física y las Matemáticas de segundo semestre (bendita sea la calculadora con fórmulas programadas). Mi gusto por la literatura de horror y el fanatismo por Lovecraft. Mi afición por la radio, por el Rock instrumental de The Shadows y toda la música nueva (para mí) que estaba descubriendo, en la época de Audiogalaxy y WinMXTelstar, Honeycomb, Morning Has Broken, No Milk Today, Day After Day, A World Without Love en mi lista de Winamp, con un skin improvisado de Mona que quitaba al dejar la PC, para que mi hermana no lo descubriera. Half-Life, Opposing Force, la tercera parte de They Hunger, Gangsta Wars, Day of Defeat y muchos, muchos otros mods para el juego de Valve. NocturneBlood, Return to Castle Wolfenstein, Undying, HaloSoldier of Fortune II y los ataques de ira que me provocaban las granadas de los enemigos. Emuladores de NES y SNES. Mi comienzo en la poesía, los trabajos de Renato Leduc y la impresión causada por La Aurora de Lorca. La lectura del Werther de Goethe y las muchas marcas a lápiz que dejé en el libro de "Sepan cuántos...". Episodios de Twilight Zone durante las noches, mi breve afición por el cine y el canal Retro. Los 18 años y el servicio militar. Mi (torpe) elección de carrera profesional. En todos esos recuerdos, demasiados como para resumirlos en un único párrafo, me acompañó la linda vampira que fue mi amor de adolescencia. Siempre presente, de una forma u otra, en mi memoria. Y, por más emocional que suene, en  mi corazón.

En el Reino Unido, Mona también se transmitía
por Nickeloden UK. Aquí su web, tal como la vi
en Agosto de 2001. La recordaba muy bien. 
Mona the Vampire alcanzó su mayor punto de éxito con el aterrizaje de la segunda temporada de la serie. Como recordarán, esto coincidió con el lanzamiento de una cantidad considerable de mercancía, empezando por la reedición de todos los libros de la mancuerna Oram-Holleyman. Creo que fue en Diciembre de 2001 cuando supe que había un peluche de Mona... y, ¡demonio!, fue algo que me entristeció sobremanera en lugar de alegrarme. Sabía que no había forma, al menos próxima, de tener ese peluche. Estamos hablando de un tiempo primitivo, en donde las compras internacionales en línea no eran tan sencillas como ahora. Hacer una "money order" era un desmadre. Lo intenté, y salía más caro el pago del servicio/impuestos que aquello que quería comprar. Y conseguir una tarjeta de crédito internacional estaba fuera de discusión para mis recursos. 

Así que el chico poeta de 16 tenía que conformarse con tener cero mercancía de su amor platónico. Ni siquiera tuve el valor de pedirle a mi madre, quien era una costurera muy talentosa, que me hiciera algún intento de peluche casero que pudiera servir a manera de consolación. Pero, como ya sabemos, la esperanza muere al último. En varias tardes de 2002 visitaba el centro de la ciudad, en donde se encontraban algunas de las librerías más grandes de Monterrey, como la Castillo y la Iztaccíhuatl. Le decía a la familia que iba a buscar "más libros de Lovecraft", pero mi intención era ver si, de puro milagro, me topaba con alguno de los libros de Mona. Ahora veo que la tenía muy complicada, a pesar de que algunas de las ediciones de 2001 sí tuvieron traducción al castellano en España. Pero ni siquiera en las librerías de segunda mano, que ya abundaban en la zona a principios de los 2000, pude mirar el rostro de la pequeña detective... Así que ni libros, ni peluche, ¡ni nada! Sólo algunas grabaciones en VHS que lograba hacer de cuando en cuando, lo mismo que el material que podía conseguir en línea. Y aunque no era, ni soy, bueno para el dibujo, también llegué a crear algunos bocetos de Mona que bien podrían haberse calificado de respetables. Muchos años más tarde me sorprendí a mí mismo por lo bien que recordaba los pasos para dibujarla... lo que todavía puedo hacer, afortunadamente.

Hagamos una pausa en las memorias personales. Era 2002, y todo parecía perfecto para Mona the Vampire y sus fanáticos. Sin embargo, tras bambalinas, había problemas.


VI. I will return


La segunda y tercera temporada de Mona the Vampire, cada una de 13 episodios, tuvieron su producción al unísono. El último capítulo de la S2 saltó a las pantallas de YTV en Diciembre de 2001, con el estreno de la S3 en Febrero de 2002. Las cosas no estaban yendo nada bien para CINAR entonces; la empresa se había metido en un problema legal gigantesco que fue bautizado como el "CINAR Scandal". A grandes rasgos: se descubrió malversación de fondos por parte de los fundadores de la compañía (Micheline Charest y Ronald Weinberg), por cantidades que alcanzaban una cifra millonaria. No sólo eso, sino que también resultó que el gigante de la animación estuvo recibiendo apoyo económico y recorte de impuestos por parte del gobierno de Canadá, ya que reportaban que su plantilla de escritores se componía de canadienses. 

En realidad, CINAR contrataba los servicios de escritores de EEUU, utilizando en los créditos nombres de familiares o conocidos de los ya mencionados fundadores para engañar al gobierno canuck. No le puedes pegar al gobierno en donde más le duele (el dinero, por supuesto) sin esperar consecuencias, y la treta de la compañía de TV fue descubierta en el año 2000. Aunque en un principio parecía que iban a librarla, el asunto se complicó de manera irreversible para 2001. Esto no afectó la producción de Mona the Vampire y los proyectos relacionados con la serie, pero puedo imaginar que el estreno apresurado de la tercera temporada fue para aprovechar el momentum del programa, como un intento desesperado de obtener todo el beneficio posible.

Periódico Reforma, 6 de Octubre de 2001.
Mientras CINAR se caía a pedazos en la nación del maple, el Canal Once de México cambiaba frecuentemente a Mona de día y hora de transmisión, repitiendo los capítulos de la temporada inicial. El segmento de series infantiles del IPN pasó de llamarse Zona O a ser bautizado formalmente como Once Niños en Octubre de 2001, nombre que conserva al día de hoy (...o, más bien, "Once Niñas y Niños". ¿Saben? Cuando leo esos pleonasmos ridículos de lenguaje, me convenzo de que fue mejor no haber estudiado Letras Hispánicas, como alguna vez quise. ¿Para acabar escuchando todo el tiempo "Mexicanas y mexicanos"... "diputadas y diputados"... o peor, "trabajadoras y trabajadores"?... *suspiro*... No, gracias). De ese tiempo, recuerdo el promocional de Mona en el que decían "¡adivina al personaje... Le encanta la salsa catsup!". La segunda temporada de la serie hizo acto de presencia  por las pantallas del Politécnico en, aproximadamente, Febrero de 2003. Arrancaron con El Dr. Java y el Sr. Hyde/El Ogro de la Biblioteca, de nuevo con doblaje nacional. Este dato de la fecha no he podido confirmarlo. Puedo estar mal, lo acepto, pero aquí sí me estoy basando de plano en mi memoria.

A mediados/fines de 2003 yo me estaba preparando para entrar a la Universidad, por lo que el "mundo real" comenzó a absorberme. Aunque seguía viendo a Mona cuando me daba la oportunidad, poco a poco empecé a alejarme de ella (de ese tiempo recuerdo también a Tracey McBean, de quien luego hablaremos en su propio y merecido post especial de Ir y quedar). He de confesar que llegó el punto en el que dejé de seguirla por completo, perdiéndole el rastro. No me enteré de en qué momento llegó a Canal Once la tercera temporada de la serie, lo admito... y, de haberlo hecho, creo que no me hubiera gustado mucho por una buena razón. Los problemas económicos de CINAR provocaron el cierre de Fandango Studios. Y, en lugar de simplemente mudarse a otro de los centros de doblaje mexicanos para conservar al elenco y -sobre todo- a Cristina Hernández, resulta que CINAR eligió en sus estertores llevarse el proyecto a EEUU. ¿El nuevo lugar de doblaje? Miami... lo que, puedo suponer, tuvo motivos e$pecífico$ en lugar de artísticos.

Arianna López con algunos de sus personajes.
(Imagen de Doblaje Wiki)

Todo el reparto cambió al mismo que acompañaba a las versiones latinas de The Fairly OddParents y South Park. Ahora Mona tenía la voz de la actriz colombiana Arianna López, quien era muy conocida por interpretar a Timmy Turner. No tengo mucho para decir sobre este doblaje. Y, acá entre nos, es mejor así. No me lo tomen a mal, por favor; quiero dejar claro que no es mi intención sonar injusto, ni menospreciar el trabajo de nadie, pero... nunca he podido acostumbrarme a escuchar a Mona hablando igual que un niño dientón con gorra rosada. Y mucho menos con la misma voz que en South Park utilizaba un lenguaje bastante... bastante florido, para ser elegante en lo que quiero dar a entender. Es un doblaje que le queda muy bien a algunas series y a algunos personajes... pero Mona the Vampire no entra en dicha categoría, en mi opinión. Aun así, e independientemente de lo que puedan dictar mis gustos y sesgos personales, Arianna no deja de ser una de las voces de Mona, por lo que debemos darle su merecido reconocimiento como parte de la historia del personaje. Ella también fue mi querida Mona la Vampira.

Programación de Canal Once
en Octubre de 2001, mostrando
el cambio de "Zona O" a "Once Niños".
Regresando a Canadá, la serie tuvo un periodo de pausa tras el fin de la tercera temporada, en Junio de 2002. No había seguridad de que Mona estaría de vuelta por cuarta ocasión, con sus acostumbrados 13 episodios. Finalmente, un comunicado de CINAR liberado en Octubre del mismo año confirmó que la serie volvería con nuevos capítulos. Aquí yo recuerdo que, en algún momento de 2002, leí que había planes de que Mona abandonara el traje de vampira para convertirse de lleno en detective. 

Aparentemente se trataba de dar un giro a la serie para que tuviera énfasis en el aspecto investigador del personaje, dejando la cuestión del terror en segundo plano. No sé si esto sería como algún tipo de spin-off de la caricatura, o si era simplemente una nueva dirección que quedó en mero plan. No he podido encontrar dicho artículo, el cual se ubicaba en el portal de Ananova (un servicio de noticias que estuvo de moda, por un tiempo breve, a principios de los 2000. Fue un intento rudimentario de AI). No hay nada en The Wayback Machine cuando trato de revisar los archivos de su página, sin embargo, por lo que no puedo probarlo. De haberse dado, efectivamente, pues... supongo que lo habría aceptado. No dejaba de ser la Mona de la que me había enamorado sólo por un cambio de giro.

Fuese lo que fuese, la última temporada de Mona the Vampire terminó su producción a fines de 2003 (por ello es que frecuentemente se dice que la serie tuvo duración de 1999 a 2003, lo que no está de más aclarar), con su estreno en Canadá en Enero de 2004. Según puedo ver en algunas fuentes, los episodios se transmitieron de manera bastante desordenada, sin seguir la estructura típica de las temporadas previas. Algunos capítulos salieron al aire en Enero; otros en Mayo y Agosto. Por increíble que parezca, dos de ellos permanecieron enlatados hasta Febrero de 2006. El día 22 de dicho mes, el último capítulo de Mona fue estrenado en su país natal: Nickelodeon Nightmare/Ready Steady Yeti (S4E10, según la nomenclatura de producción). 

Entre la confección de la cuarta temporada y su emisión completa, había acontecido un gran cambio entre los canucks. CINAR ya no existía; la compañía no pudo superar sus problemas legales y fue adquirida en 2004 por un grupo de inversores representados por Nelvana, cambiando su nombre a Cookie Jar Group. Los últimos rastros de CINAR se acabaron en 2012, cuando Cookie Jar se convirtió en parte del conglomerado DHX Media... que luego se transformaría en WildBrain, la empresa que hoy es dueña de los derechos de Mona the Vampire (junto con Gaumont Animation, la actual Alphanim) y una cantidad ENORME de propiedades de animación, como Peanuts y la biblioteca de Jay Ward Productions. Eso es tener mucho poder en cuanto a caricaturas se refiere.

Periódico Reforma, 21 de Agosto de 2005.
En México, la cuarta temporada de Mona aterrizó en Once Niños el 22 de Agosto de 2005. Fue el mismo día en el que se estrenó Jacob Two-Two, y recuerdo que me di un tiempo en mi horario para ver a la pequeña vampira. El nuevo doblaje me causó una impresión no muy positiva que digamos... y, como digo, se podría considerar que yo había cambiado (ahora entiendo que para mal. No es una época que me guste recordar, siendo honesto, sobre todo porque traía muchos problemas a nivel personal, escolar y profesional). 

Y pasó lo que ya era inevitable. No volví a ver a Mona u otro programa de la barra infantil de Canal Once desde aquel día. Estuve tan desconectado del bloque que ni siquiera me percaté de que "terminó" en Julio de 2009. Por ello me refiero a la serie de renovaciones que tuvo el canal del IPN en general por esas fechas, lo que llevó a concluir la era de Once Niños que había estado activa desde 2001. Esto trajo la desaparición de muchos de los programas que eran básicos del catálogo juvenil del Politécnico, siendo Mona the Vampire uno de ellos, por supuesto. Revisando en The Wayback Machine los horarios que tenía Mona en 2009, parece ser que el último episodio transmitido en Canal Once fue Brujas/La Mansión Embrujada de Agatha Misty (S2E7), el Viernes 17 de Julio de 2009... el mismo día en el que Once Niños se renovó. La serie estuvo al aire por la señal del IPN durante casi 9 años, de manera ininterrumpida. No es de extrañar que haya formado parte de la infancia de muchos niños de México... y no tan niños, como es el caso de este redactor.

A todo esto, ¿qué ocurrió con ZAZ? Este canal tuvo que haber recibido los episodios de la segunda temporada desde 2002, pero no puedo darles más detalles al respecto. He tratado de buscar información sobre el tema, sin resultados de por medio. ZAZ tuvo algunos cambios en su formato para 2003, orientándose más a las películas que a las series. Si me lo preguntan, diría que seguramente dieron nada más la segunda temporada. La tercera quizá tuvo algún retraso por la cuestión del cambio de doblaje, no alcanzando a entrar en la programación del canal de MVS antes de su evolución. Pero digo de nuevo que esto es mera especulación de mi parte, por lo que no debe tomarse como algo "factual".

En sus años finales, y a juzgar por lo que se cuenta de él en diferentes videos de YouTube que tratan de resumir su historia, el canal se centró con fuerza en el ánime. Desapareció en el Verano de 2012, y desde entonces han surgido algunos proyectos (de aficionados, no formales/profesionales) que intentan revivir el concepto de ZAZ en lo que fue su tiempo de gloria. No obstante, ninguno de ellos está representado por MVS (y, en una nota más personal, por este canal también pasaban Cybernet, que igualmente se transmitió por el Canal Once durante muchos años, siendo más o menos en 2008 cuando dejé de verlo. "Hola, soy Alexandra Vicencio...").

Cookie Jar anunció en Enero de 2005 un acuerdo con Cartoon Network para transmitir Arthur, The Little Lulu Show y Mona the Vampire en la región de Latinoamérica, apareciendo un año más tarde como parte de la plantilla del famoso canal de TV por cable. Era Febrero de 2006, y yo acostumbraba ver el malogrado bloque de [Adult Swim] cada fin de semana; me acuerdo muy bien de haberme sorprendido bastante con el anuncio de la serie como novedad para el mes, mientras esperaba que dieran las 11 PM.

Resulta gracioso el hecho de que Cristina Hernández ya era la locutora de Cartoon Network, por lo que básicamente se presenta a "ella misma" cuando menciona el arribo de Mona la Vampira. Creo que la daban muy temprano (entre las 8/9 AM), únicamente los Sábados y Domingos, y que no duró mucho tiempo al aire. He escuchado que también apareció en al canal Boomerang un poco más tarde (ya en 2007/2008), pero de eso no puedo comentarles ni siquiera un poco. 

Algo que olvidaba es que Mona  llegó a verse en el Canal 28 de Monterrey, igualmente como uno de los múltiples programas diferidos del Once (la pusieron en un bloque infantil al que llamaron "Jugando con Vere", o "Bere". No me puedo acordar, pero lo conducía una niña de la ciudad). Fue por una temporada muy corta, de quizá algunos meses entre 2002 y 2003 (pudieron haberlo repetido después). Ahora bien, varias personas de Monterrey me han contado que conocieron la caricatura en dicho espacio, por lo que su brevedad no le quitó importancia de ninguna manera. Fuera de ello, he notado que Mona no forma parte de los recuerdos de muchos regiomontanos, a diferencia de lo que ocurre con el público del DF y otros estados de nuestra república.


VII. And the velvet voices...



No puedo concluir este artículo sin reconocer, aunque sea brevemente, los doblajes que Mona the Vampire tuvo a través del mundo. Ya hablamos de los latinos, pero lo cierto es que la serie fue adaptada a una cantidad considerable de idiomas. Sé de la existencia de traducciones al castellano (o "Español de España", término común en Latinoamérica), catalán, francés (uno de los más populares, según me he percatado), alemán, italiano, finlandés, portugués (tanto de Brasil como de Portugal), chino/mandarín (la serie se distribuyó con gran éxito en Hong Kong, para luego cubrir el resto de China. De hecho, la tercera temporada fue coproducida por Animation Services (HK), una compañía de Hong Kong), coreano, polaco, galés... y otros más. De todos los doblajes que he mencionado, algunos de ellos están disponibles en YouTube. Otros, al momento de escribir estas líneas, pueden colocarse en la categoría de perdidos. Para no extenderme demasiado en el tema (que podría bastar para todo un artículo, a decir verdad), simplemente haré la mención de las actrices que interpretaron a Mona en sus respectivos lenguajes, junto con algunos ejemplos de sus voces.

Primeramente: mi voz favorita de Mona (después de Cristina Hernández, por supuesto), es la de la actriz española Carmen Ambrós, quien tuvo el papel de vampira en miniatura en su adaptación al castellano. Es una voz que resulta muy agradable al oído, dándole a Mona una ternura de lo más dulce. Hace muy buen trabajo, y definitivamente que me gustaría conseguir  más episodios con este doblaje de los que he podido encontrar hasta ahora (publiqué tres en mi canal de YT). Sospecho que Carmen también hizo la actuación de Mona en catalán. Pero esto, de nuevo, es especulación mía. 

Mona the Vampire se conoció en España con el título Cosas de Vampiros, lo que parecía ser algún tipo de tendencia o costumbre de los traductores de dicha nación. Pasó igual con Sabrina the Teenage Witch y Third Rock From the Sun (la cual diría que es mi serie live action favorita. Es buenísima), que fueron distribuidas como Cosas de Brujas y Cosas de Marcianos, respectivamente. Bueno, bueno; en México tuvimos películas de franquicias distintas que empezaban con "¿Y dónde está el...?" durante los 80/90, por lo que es mejor no criticar.

¡Ah! Un detalle que puede parecer pequeño, pero que yo considero genial: Carmen Ambrós es la única actriz que modifica su voz cuando Mona lleva puesto el disfraz de vampira, imitando la forma en la que una niña, en la vida real, hablaría al llevar unos colmillos de plástico en la boca. Esto es algo que ni siquiera está presente en el inglés original. 


En Alemania, Mona Parker fue interpretada por Angela Quast, quien era conocida en su país de origen por el protagónico de What About Mimi? (un personaje con cierto parecido a Mona, según yo). 


El doblaje francés, como decíamos antes, usualmente lo veo como uno de lo más celebrados. Kelly Marot, una actriz cuya voz también es muy gustada entre el público galo y francocanadiense, tuvo el rol protagonista. 


Cuando la serie se adaptó al portugués, recibió un doblaje en Brasil y otro en Portugal. No tengo registros del europeo, pero hay varios episodios en línea del brasileño. En dicho caso, Mona pudo escucharse con la voz de Priscilla Concepcion.


Mona, María...
María, Mona...
Como curiosidad: la caricatura recibió un cambio de nombre para Mona en dos países. En Italia se conoció como Milly, Vampiro per gioco (una traducción aproximada sería "Milly, Vampiro por diversión/juego"). El motivo de que Mona fuera bautizada como Milly es porque, en algunas partes de Italia, la palabra "mona" tiene connotación un poco... negativa. He buscado alguna muestra de este doblaje, hasta ahora sin éxito. La voz italiana de nuestra niña imaginativa fue hecha por Federica Valenti. La adaptación del tema musical de la serie, a cargo de Cristina D'Avena, parece ser particularmente famosa (por lo que he pedido investigar, D'Avena frecuentemente grababa versiones especiales de los temas de muchas series live action y caricaturas). Los libros de Oram-Holleyman se publicaron con traducción al italiano (en el formato de las ediciones de 2001) con este mismo nombre.

Otro país en donde tanto Mona como la serie recibieron un nombre distinto fue Portugal, llamándose Maria Vampira. Sí, ya sé que suena hasta cómico, pero así fue. No comprendo la razón de esto, puesto que la palabra "mona" no parece tener un doble sentido en portugués (más allá de decir "borrachera", lo que también aplica en español. Creo que el término "mona" puede resultar más ofensivo en nuestro idioma, dependiendo del contexto). Para Portugal, la voz de Mona (perdón, María) corrió a cargo de Paula Fonseca.  


VIII. I'm swept away from sadness, 

clinging to her memory...



¿Qué pasó después de 2005 en mi vida, que me llevó a abandonar a Mona? Pues... muchas cosas. Algunas que no vale la pena recordar... y otras, que luego tendrán su mención por aquí. El caso es que, precisamente para 2005/2006, todo lo que tuvo que ver con mi periodo de Mona the Vampire y la era Once Niños se había terminado. Así fue durante muchos años... dieciséis, para ser exacto. Me duele aceptarlo, pero lo cierto es que veía a Mona como una simple parte, muy lejana ya, de lo que había sido mi tiempo como adolescente con propensión al sentimentalismo.

Con la llegada de 2021 y todos los eventos que ocurrieron a nivel personal en 2020 (empezando por la muerte de mi madre. Tengo la sospecha de que ella -mamá, al fin- sabía que me gustaba Mona, puesto que acostumbraba mirar los programas de Canal Once, llegando inclusive a ver la caricatura en un par de ocasiones por casualidad. Le gustó. ¿Por qué diablos no aproveché para decir la verdad?), comencé a revalorar aquellas memorias que había pretendido enterrar sin más. Viejos libros, vieja música... y recordé mi época de devoción a Mona. Volví a ver la serie, entendiendo, ya con la "sabiduría" que sólo puede traer la edad, el porqué me gustaba, y por qué mi yo de 15 años se había enamorado por completo del personaje. Más o menos en Julio de 2021 pensé que valdría la pena comprar el libro original de Sonia Holleyman. Los tiempos habían cambiado. Ya no era 2001; ahora resultaba muy sencillo realizar transacciones internacionales, habiendo comprobado esto desde 2011/2012.

Peluche original de Mona (2001), con DVD
canadiense (izquierda) y francés.
Colección personal de Catz.
Cuando quise comprar el libro, sin embargo, me topé con algo todavía mejor. Un vendedor de Canadá tenía el peluche oficial de Mona, ese mismo que fuera motivo de tristeza dos décadas antes, a un precio bastante razonable, y en muy, muy buenas condiciones físicas (porque desde entonces lo he visto de nuevo en venta, pero en estados que sólo pueden calificarse como deplorables). No estaba seguro de si llegaría con bien, o cuánto tardaría... pero mi yo de 16 no dejaba de gritarme que lo comprara y me dejara de tonterías. Y así fue. Un par de semanas más tarde, finalmente tenía el peluche de la pequeña vampira en mis manos. Veinte años de espera llegaron a su fin una tarde de Agosto. No me quise conformar con eso, y poco a poco he estado adquiriendo cada vez más mercancía de Mona the Vampire en los últimos 3 años, formando la colección que hubiera matado (sólo exagero... ¿o tal vez no?) por tener en mi juventud.

Libro para colorear, cuaderno de actividades y VHS mexicano.
Colección personal de Catz.
Puedo decir que ya no niego, de ninguna manera, la importancia que Mona Parker tuvo en mi existencia, sin temor alguno a ser juzgado. Fue un personaje que me hizo muy feliz cuando tenía 15, 17 años. Aunque en su momento no quisiera aceptarlo o, más bien, no quería que se supiera, ahora lo digo abiertamente. Mona se lo merece. E igual se merece el hecho de ser conservada para la posterioridad; hasta el día de hoy, sólo la primera temporada de la serie se ha publicado de manera completa en DVD, pero no es difícil encontrar todos los capítulos disponibles en YouTube en diferentes idiomas. También pueden conseguirse otros DVDs con episodios del resto de las temporadas, fabricados en Canadá, Francia, Inglaterra, Brasil y Australia. Tengo unos cuantos de ellos, los cuales pueden ver en las fotos que he publicado de mi colección personal. 

Para México, el sello Tycoon Entertainment nos trajo una parte de la primera temporada en formato VHS. Tomando en cuenta que los cassettes aún mostraban el logotipo de CINAR y el que Alphanim tuvo entre 2000 y 2002, podemos inferir que esto sería en el año de 2002. No puedo asegurarles cuántos volúmenes salieron a la venta; sé de la existencia de dos, de los cuales sólo he conseguido uno... mismo que, por cierto, fue bastante caro. Dudo que hayan tenido versión en DVD, ya que nuestro país tardó un poco en adoptar la tecnología. Si me equivoco y ustedes, lectores, cuentan con algún disco nacional de Mona, estoy más que dispuesto a escuchar su historia. Mientras tanto, haré la prueba de contactarme con Tycoon para ver si conservan algo de su viejo inventario (si son como Canal Once, dudo que me hagan caso...).

En cuanto al paso del tiempo y las épocas, el programa ha envejecido considerablemente bien. Creo que es muy recomendable todavía para quienes busquen una serie animada de calidad, que no muestre los vicios de las caricaturas actuales (si se les puede llamar como tal, puesto que algunas de ellas parecen telenovelas de tanto drama y supuesto "romance". Esa es la misma razón por la que no estoy de acuerdo con la idea de un reboot o secuela de la serie en nuestra era; el resultado sería desastroso). No tiene ni una pizca de dramatismo, ni quiere darnos alguna lección moral o convencernos de adoptar alguna idea cultural/política. Lo único que Mona la Vampira busca, y consigue a la perfección, es hacer exactamente lo mismo que ya se apreciaba desde las páginas escritas por Sonia Holleyman hace más de 30 años: divertirse... y, de paso, divertirnos a nosotros.

Y eso es todo lo que importa.


IX. It's a small world,

and you've grown



A manera de epílogo (no dejo de pensar que sería una mejor idea dedicarle un post completo en el futuro, sin embargo), me gustaría recordar a Phantom Investigators, una serie de 2002 que mezclaba tecnología de stop-motion con actores reales, la cual salía por Cartoon Network en la Primavera/Verano de 2004. Era una creación de Stephen Holman, quien también fuera responsable del segmento Life with Loopy en  KaBlam! (otra de las series que daban por Once Niños, aunque ya tenía mucho tiempo de pasar por cable en el canal de Nickelodeon).


"Momento, Catz", estás pensando, con el ceño fruncido por la ira. "¿Qué tiene que ver Phantom Investigators con Mona? ¿Tanta Pepsi te ha afectado al cerebro?". Estás en lo correcto (en lo primero, no en lo de la Pepsi. O al menos eso creo). La razón de que les esté hablando del trabajo de Holman en un post dedicado a Mona es porque, para mí, Phantom Investigators es lo más parecido a una secuela de Mona the Vampire. Hablamos de una serie que trata sobre un grupo de adolescentes que investigan casos sobrenaturales. Cada uno de ellos tiene poderes especiales, los cuales utilizan para lidiar con monstruos, fantasmas, demonios y otras criaturas de la noche.

El único personaje que no cuenta con superpoderes es su líder: una chica de 12/13 años que cumple el papel del cerebro del grupo. Tiene cabello corto y rojizo, utiliza un disfraz cuando realiza trabajo de campo, es analítica, siente fascinación por lo sobrenatural... y... se llama... Daemona Prune. Dae... mona... Mmm... ¿a quién me recuerda todo eso?...


Sí. La protagonista de Phantom Investigators (o Investigadores de Fantasmas, que fue el nombre que se le dio en nuestra región) siempre me ha parecido un "avatar" de Mona Parker. No sólo eso, sino que, como digo, la serie fácilmente podría haber sido una continuación de Mona the Vampire, presentándonos a una Mona adolescente que ha evolucionado en sus juegos para ya convertirse en una investigadora de lo paranormal. Obviamente hablamos de dos programas distintos (sin relación de equipo, país o compañía productora), pero las semejanzas entre ambos personajes y su concepto básico llamaron mi atención de inmediato. Y lo siguen haciendo, viendo las cosas con una diferencia de 20 años...

Juguetes de Carl's Jr.
(Imagen de Ebay)
Phantom Investigators, en un hecho que resulta lamentable, únicamente tuvo una temporada de 13 episodios, de los cuales en su momento sólo se transmitieron 6. Y es curioso, ya que veo que hasta tuvo juguetes promocionales en los Carl's Jr. de EEUU. Fue uno de esos casos en los que una serie logra cosechar éxito, pero no el suficiente como para llegar a los estándares de los ejecutivos y productores. Aun así, puedo notar que continúa ganando fanáticos jóvenes, quienes no dejan de mantener vivo el recuerdo del programa. Todos los capítulos ya se encuentran en YouTube, sólo en inglés; casi no hay registros de lo que fue el doblaje realizado en México. Me parece sorprendente que no fuera elegida como parte de la programación de Once Niños (hubiera quedado perfecta, a manera de complemento de Mona), mas tengo entendido que sí la pasaron por un tiempo en el Canal 22 de la Ciudad de México.


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Cansado... pero satisfecho.
Y así finaliza mi texto dedicado a Mona. Un texto que -por una razón u otra- me llevó tres años completar, pero que finalmente me he dado la oportunidad de compartir en mi pequeño espacio de recuerdos. Quizá escribí demasiado; me doy cuenta de que redacté el equivalente a 6 u 8 artículos del blog... pero valió la pena. 

Me hubiera gustado publicar más detalles, como hablar de los DVDs de la serie, o profundizar en los trabajos de las diferentes actrices de doblaje de Mona (les dediqué muy poco espacio, la verdad. Habría sido bueno hablar más sobre Emma Taylor-Isherwood, de igual manera. Siento que no le puse la atención que debía recibir). Pero es mi opinión que, probablemente, ya sería demasiado para sólo un artículo... y mis manos piden un descanso del tecleo masivo al que las he sometido en las últimas noches. Habrá tiempo para escribir una continuación en el futuro (tal vez en el aniversario 26 de Mona the Vampire. O en Abril, cuando sean 24 años de haberla conocido), en el que podré hablar de aquellos temas que quedaron fuera por una u otra razón. También espero escribir un texto sobre Tracey McBean, antes de que termine el año (o para el primer aniversario del blog. Sí... no es mala idea).

Emma Taylor-Isherwood. Me sentía mal por
no incluir su foto en el post. Nunca es tarde.
No soy ingenuo: sé bien que mi artículo no será leído por muchas personas, considerando que esta bitácora personal casi no tiene visitantes (y más todavía con la poca actividad que he mostrado de Julio a la fecha. Va de la mano con lo que digo). No obstante, la verdad es que pensaba más en mostrar mi aprecio por Mona y lo que ella ha representado en mi vida, en vez de buscar necesariamente una audiencia. Como suelo decir por aquí: si ésta llega, bien. Si no, también. Sólo espero que no termine sufriendo un plagio a manos de algún aspirante a "YouTuber", con poca creatividad y acento marcadísimo (hay algo que se llama español neutro, chamacos. Aprendan).

Por lo pronto, ya he tenido mi oportunidad de dedicarle la entrada más importante de Ir y quedar a la pequeña Mona Parker, lo que buscaba lograr cuando comencé este proyecto. Lo hice por y para ella. Espero haberme "sacado la espina" que quedó por los años en los que la dejé en un olvido por demás cruel.

Para quien tenga interés en la cuestión musical, estas son las canciones a las que hice referencia en el post de hoy. Elegí algunas de ellas en particular porque eran justo lo que escuchaba entre 2001/2003. Otras, simplemente se acoplaron al contexto del artículo: